“Lo tenian inmovilizado, pero aun así uno de estos tipos le apuntó y le disparó”
“Lo tenian inmovilizado, pero aun así uno de estos tipos le apuntó y le disparó” El asalto ocurrió a las 23:10 horas del domingo en el restobar Club Caribeño. La policía busca a seis asaltantes que robaron la recaudación del día de un restaurante ubicado en Vespucio Norte.
JUAN _ MORALES Habla la mamá de Ricardo Cárcamo, baleado por resistirse a un asalto en Quilicura "Lo tenian inmovilizado, pero apuntó y le disparó" apuntó y le disparó" aun asi uno de estos tipos le 2 2 ELISAVERDEJO ELISAVERDEJO car a la administradora del restaurancar a la administradora del restauranénova Honorato se encuentra en e la sala de espera de la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Dávila, en Recoleta, sentada, con las manos entrelazadas y mirando a un lugar indeterminado, sin enfocar nada. No puede. Su mente galvanizó una imagen espantosa de la que no puede desprenderse y que acaso nunca pueda sacársela del todo: vio a su hijo, tendido en el piso, siendo baleado por unos delincuentes. Su hijo se llama Ricardo Cárcamo, tiene 38 años, y el domingo, cuenta Génova, había terminado de trabajar temprano en una empresa de transportes, así que estuvo casi todo el día en la casa. Hasta que llegó la noche. "Ricardo había quedado de ir a buste y yo lo acompañé", cuenta Génova, susurrando apenas, como si rezara. El restaurante al que se refiere es el Club Caribeño, que se ubica en Américo Vespucio Norte con Alcalde Juan Larenas, en la comuna de Quilicura. Eran cerca de las 23 horas. La administradora que menciona también se encuentra en la sala de espera de la clínica, pero es incapaz de pronunciar una sola palabra. )) "Me quedé petrificada. Ni siquiera fui capaz de bajarme del auto.
No podía creer lo que había pasado" Génova Honorato El asalto "Yo lo vi todo", prosigue Génova. "La administradora es la encargada de cerrar el local y cuando bajaba la cortina, mi hijo se bajó del auto y la fue a buscar. Le tomó un bolso y la cartera y vinieron al auto.
En el bolso estaba la recaudación del día". Pero poco antes de subirse al auto, cuenta, se abrieron las puertas de dos camionetas tipo suv estacionadas a pocos metros, de las que descendieron seis sujetos con el rostro cubierto. Algunos portaban armas de fuego. Era un asalto. "Se fueron directo a los bolsos. No sé por qué mi hijo no se los pasó. Se resistió", cuenta Génova. "Le pegaron entre varios, lo tiraron al suelo y ya lo tenían inmovilizado, pero aun así uno de estos tipos le apuntó y le disparó. Fueron tres o cuatro disparos, no sé. Me quedé petrificada. No supe qué hacer. Ni siquiera fui capaz de bajarme del auto. No podía creer lo que había pasado". Las cámaras de seguridad del recinto captaron el instante del asalto.
En las imágenes se ve a la administradora junto a Ricardo Cárcamo y una tercera persona, un hombre, dirigiéndose a una camioneta gris con pick up, al tiempo que dos camionetas suv de color blanco se acercan lentamente. Justo cuando la administradora abre la puerta de la camioneta, descienden los sujetos de las suv blancas. Algunos visten overoles blancos. El que opone resistencia es Cárcamo. Las imágenes no tienen audio y no se ve cuando le disparan, porque la balacera ocurre en un ángulo que no logra captar la cámara. Pero sí se ve que son tres o cuatro los asaltantes quienes lo atacan. Fue una secuencia muy rápida. Génova sigue petrificada. Apenas logra mover la boca para comunicarse y es incapaz de gesticular su dolor. Siempre mirando hacia la nada, susurra: "Me dijeron que mi hijo tiene perforado el intestino grueso, el intestino delgado, el hígado y un pulmón. Y también le llegó un balazo en la cadera". De pronto, en un segundo, parece volver de su trance. Ya sin la mirada perdida, gira la cabeza para decir algo con toda la fuerza de su voluntad. Son palabras de rencor profundo: "Espero que encuentren a los malditos desgraciados que le hicieron esto a mi hijo". La Fiscalía Norte encargó la investigación a la Brigada de Robos de la PDI. En el momento en que se escriben estas líneas, no había rastros ni de los asaltantes ni del botín..