VIAJE EN EL TIEMPO..., EN TREN Y A SAN ANTONIO
VIAJE EN EL TIEMPO... , EN TREN Y A SAN ANTONIO UN PASEO EN ANTIGUOS COCHES DE TREN RESTAURADOS --DE LOS AÑOS 20,30 Y 50 DEL SIGLO PASADO--, MIENTRAS SE RECORRE LA ANTIGUA VÍA FÉRREA QUE CONECTA A SANTIAGO CON EL PUERTO DE SAN ANTONIO... ES UNA ALTERNATIVA MUY ACTUAL, SALIENDO DE LA ESTACIÓN CENTRAL, A BORDO DE ESTE, UNO DE LOS VARIOS CIRCUITOS DEL TREN DEL RECUERDO. POR Marcela Saavedra Araya. A las dos horas y media de habernos internado por un camino cubierto de hierba, árboles antiguos y cerros, atravesamos la quebrada del estero El Sauce.
Hasta ese momento el tren había ido lento, a 40 kilómetros por hora, y sobre los cómodos asientos de felpa burdeo y madera era fácil sorprenderse gracias a la vida natural y a los pueblitos que se desplegaban a lo largo de la ruta. Pero no habíamos visto todo aún. Una vez que el tren se encaramó en la cordillera de la Costa, se dispuso a bajar pausadamente. A cada minuto el paisaje era distinto, sobre todo cuando salíamos de cualquiera de los cinco túneles en la ruta. Llegando ya a San Antonio había arbustos, matorrales, suculentas.
Para contemplar bien el cuadro natural, en el asiento de atrás, un abuelo y su nieto abrían la ventana de madera del vagón de Primera Clase. "Si te das cuenta, el tren va frenando", dijo a su nieto el hombre de pelo cano. Los demás nos esforzábamos por encontrar en el horizonte algún atisbo del océano Pacífico. Esa mañana de sábado de julio el paseo empezó a las 9 en punto.
Era el momento de salida para esta experiencia patrimonial llamada Tren del Recuerdo, que honraba su nombre: al abrir una puerta de madera adornada con coloridos vitrales, nos acomodamos en un vagón de la década del 1920. Todo nos llevaba a ese pasado: las cortinas en las ventanas, las felpas de los asientos dobles, el techo curvo de madera y el diseño de los números de asiento. Las instrucciones que recibimos al partir fueron: "Haremos dos paradas, una en Talagante y otra en Malvilla. Nadie puede bajar y demoraremos tres horas y media en llegar a San Antonio. Disfruten su viaje". Una vez en pleno recorrido, un saxofón llegó a nuestro vagón. Tocaba Quién es la que viene allí, de Los Tres, mientras el público aplaudía encendido.
Había bebidas y algunos tragos para acompañar el traqueteo, hasta que llegamos al pueblito de Malvilla, donde varias señoras vestidas de blanco subieron cargando canastas con empanadas, calzones rotos, dulces de La Ligua, palmeras o cuchuflíes. Y así, en ese ambiente, fue cómo arribamos a San Antonio a eso de mediodía. Ahora podríamos recorrer la ciudad a nuestro gusto, hasta las 16:45 horas: la hora de reembarque en el tren, para regresar a Santiago. Antes de perdernos en el puerto, comenzamos a husmear en el resto de los vagones. De esta manera pudimos ver que todos eran de distintas épocas. Así conocimos, de paso, a José Tomás Bretón, experto en trenes antiguos y presidente de la Corporación del Patrimonio Ferroviario. Según Tomás, la idea de hacer viajes en coches restaurados utilizando las viejas líneas ferroviarias nace en 2012, tras un plan gestado por la corporación en conjunto con la Empresa de Ferrocarriles del Estado.
Estos Trenes del Recuerdo, dijo, "tienen el objetivo de evocar esos viajes en ferrocarril, de ver los paisajes que no se ven desde la carretera y también son el pie para conocer la historia de los ferrocarriles en Chile". Dicho eso, nos explicó que el tren que nos había traído era de 1923 y el carro contiguo, de 1930. Pero que también había vagones de los años 50 y 60. "Acá se hace todo un trabajo para mantenerlos operativos.
Los restauramos para que funcionen con todos los estándares de seguridad actuales, pero manteniendo su antigua esencia". (A propósito de eso, vaya esta recomendación: en estos días, traiga abrigo porque no todos los coches tienen calefacción y pueden ser bastante helados. ) Con esta fórmula, agregó José Tomás, hacen salidas cada sábado del mes, pero a diferentes destinos de la zona central: hacia Limache, Panquehue (cerca de Los Andes) o Curicó.
Y también, claro, a través de la ruta de Rancagua a San Antonio. "Creemos que viajar en estos coches tan antiguos es parte del patrimonio cultural de Chile, pero también de las costumbres que había alrededor del ferrocarril. Con las historias de los exferroviarios o de los emprendedores que recrean a las antiguas vendedoras de las estaciones. Desde ahí, estos viajes son obviamente una forma de rescatar el patrimonio, pero siempre con miras a ponerlo a disposición de las personas", dijo. Y puntualizó luego: "El Tren del Recuerdo apunta a ser más que un museo". D MÁS INFORMACIÓN: TrenDelRecuerdo. cl DIARIO DE VIAJES Usa coches bien restaurados. TREN DEL RE CUERDO Hay salidas distintas cada sábado. TREN DEL RE CUERDO FRANCISC O ESCUDER O Trenes del Recuerdo partió en 2012. TREN DEL RE CUERDO.