La ley del Dios está inscrita en el corazón de los seres humanos Domingo 22 del tiempo ordinario Ciclo “B” omingo, 1 de septiembre de 2024
La ley del Dios está inscrita en el corazón de los seres humanos Domingo 22 del tiempo ordinario Ciclo “B” omingo, 1 de septiembre de 2024 Las lecturas de hoy nos hablan de la Ley de Dios y de los legalismos y anexos que se le habían ido haciendo a esa Ley divina a lo largo del tiempo, hasta que Jesús decide deslastrarla de todo lo que los hombres le habían ido agregando. Dios entregó a Moisés su Ley para el cumplimiento estricto de todos: del viejo pueblo de Israel y del nuevo pueblo de Israel, que es hoy la Iglesia de Cristo.
Más aún, es una Ley tan sabia, tan prudente y tan necesaria que es indispensable seguirla, tanto para el bien personal y como para el bien de los grupos, pequeños o grandes, y hasta para el bien mundial. 1.Por eso, aparte de estar esa Ley escrita en las piedras que Dios entregó a Moisés Moisés en el Monte Sinaí, está también inscrita en el corazón de los seres humanos. Y cuando nos apartamos de esa Ley, porque creemos encontrar la felicidad fuera de ella, nos hacemos daño a nosotros mismos y hacemos daño a los demás.
Y la Palabra Palabra de Dios, en la cual está contenida esa Ley, ha sido sembrada en nosotros para nuestra salvación, como nos lo recuerda el Apóstol Santiago en la Segunda Lectura (St. 1,17-18.21 -22.27 ): “ha sido sembrada en ustedes y es capaz de salvarlos”. Es por ello que nos recomienda ponerla en práctica y no simplemente escucharla y hablar de ella. 2.Moisés, quien había recibido las instrucciones directamente de Dios, había instruido al pueblo así: “No añadirán nada ni quitarán nada a lo que les mando”. Pero sucedio que, a lo largo del tiempo, se fueron anexando a la Ley una serie de detalles minuciosos prácticamente imposibles de cumplir, además de interpretaciones interpretaciones legalistas y absurdas que hacían perder de vista el verdadero espíritu de la Ley. Por todo esto Cristo tuvo que aclarar bien lo que era la Ley y lo que eran los anexos y legalismos. Y tuvo que ser sumamente severo contra los Fariseos, que regían la vida religiosa de los judíos, y contra los Escribas, que eran los que fungían de intérpretes de la Ley. (cfr. Mt. 23,1-34 y Lc. 11,37 -47) 3.
Tal es el caso que nos narra San Marcos en el Evangelio de hoy (Mc. 7,1-8.14-15.21 -23): en una ocasión los discípulos de Jesús no cumplieron las normas de purificación de manos y recipientes, según se exigía de acuerdo a estos anexos y legalismos.
Y, ante el reclamo de unos Escribas y Fariseos, el Señor les responde responde algo bien fuerte: “Qué bien profetizó de ustedes Isaías! ¡Hipócritas! Cuando escribió: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de Mi.. . Ustedes dejan de un lado el mandamiento de Dios para aferrarse a las tradiciones de los hombres”. 4.Ajuzgar por la respuesta de Jesús, definitivamente se habían agregado cosas humamas a Ja Ley divina. lo habían cumplido lo que Moisés, por orden de Dios, había instruido: no quitar ni agregar nada a la Ley. Y por eso habían puesto cargas tan pesadas que ni e1los mismos cumplían.
Y cada vez queje reclamaban a Jesús el incumplimiento de estas cargas absurdas, con gran severidad les ib1i tumbando todos los legalismos y anexos que habían ido agregando a la Ley de Dios. 5.En otra oportmnidad fue Jesús mismo quien se sentó a la mesa, precisamente casa de un Fariseo, sin la rigurosa purificación exigida. Al anfitrión reclamarle, Jesús no se midió en su respuesta, ni siquiera por ser el invitado: “Eso son ustedes, fariseos.
Purifican el exterior exterior de copas y platos, pero el interior de ustedes está lleno de rapiñas y perversidades. ¡Estúpidos!... Según ustedes, hasta dar limosna sin reformar o interior y todo está limpio” (Lc. 11,37-41). Ver también Mt. 23,1-37.6.Por eso Jesús les insiste en este Evangelio que lo importante no es lo exterior sino lo interior. Lo importante importante no son los detalles que se habían inventado, sino el corazón del hombre. Es hipocresía lavarse muy bien las manos y tener el coraón lleno de vicios y malos deseos.. Es hipocresía aparentar por fuera y estar podrido por dentro. Lo que hiy que purificar es el interior, lo que el ser humano lleva por dentrp: en su pensamiento, en sus deseos. Los pecados brotan del interior, no del exterior... 7. Por eso, para corregir el legalismo absurdo, dice Jesús: “Escúchenme todos y entiéndanme.
Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que silo mancha es lo que sale de dentro, porque del corazón del hombre salen las intenciones intenciones malas, las ornmcacmones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre.
Son todas cosas que nos ensucian y que debemos expulsar de nuestro interior para no estar manchados. 8.Nosotros tal vez no tengamos legalismos agregados, pero sí podríamos revisar revisar nuestro interior a ver si tenemos cosas de esas que nos ensucian. Y entonces limpiarnos con el arrepentimiento y la confesión.
La Segunda Lectura de la Carta del Apóstol Santiago (Stgo. 1,17-18; 2 1-22.27 ) nos recuerda la importancia de “aceptar dócilmente la palabra que ha sido sembrada” sembrada” en nosotros, y que no basta escucharla, sino que hay que ponerla en práctica, sobre todo en obras de Justicia, caridad y santidad: “visitar a huérfanos y viudas en sus tribulaciones, y guardarse de este mundo corrompido”. Conclusión: en el interior del hombre se anida el pecado y Cristo, al ser aceptado en la conversión, purifica y limpia nuestra intimidad y desde el corazón penitente y convertido, nace el hombre nuevo y el Reino eterno de Dios se manifiesta en nuestra vida. La gracia divina hace posible vivirla Ley de Dios como lo quiere Cristo. Podemos Podemos caer una y otra vez, pero con humildad y fe, somos rescatados por el salvador. El hombre nuevo no es un invento ideológico, es una nueva creación, una obra principalmente de Dios, del único salvador Jesucristo. (*)Mario A. Diaz Molina es Profesor de Religión y Filosofia. Licenciado en Educacion. Egresado de la Universidad Católica deYMaule. La ley de Dios está inscrita en el corazon de los seres humanos Domiflgo 22 del tiempo ordinario Ciclo “B” IJomingo, 1 de septiembre de 2024.