OSCAR LANDERRETCHE
OSCAR LANDERRETCHE n los primeros días de junio Oscar Landerretche, académico de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile, generó una fuerte polémica con sus dichos.
Recién declarada su adhesión a Carolina Tohá, sostuvo, entre otras cosas, que no entregaría un "cheque en blanco" a las otras candidaturas del oficialismo si su abanderada perdía en las primarias de ese fin de mes.
Ahora, ya con los hechos consumados, el economista refrenda esa posición y sincera que no apoyará a Jeannette Jara y que votará nulo en noviembre, por diferencias de fondo con el Partido Comunista respecto de la visión de la democracía y de la economía.
Sobre lo que hará en una segunda vuelta, asegura: "Dependiendo de quiénes lleguen, uno va a tener que hacerse un juicio de cuál es el mal menor". Le acusan de haberle tirado un salvavidas de plomo a Tohá con sus dichos de principios de junio. ¿Se arrepiente de algo en la forma, el fondo o el timing de sus deelaraciones? -No creo que lo que haya dicho sea tan trascendente. Me cuesta mucho decir que me arrepiento de algo en lo que creo firmemente.
No hay nada de lo que haya dicho que no refleje lo que pienso, ni me parece que haya dicho nada que no sea de manera muy directa y respetuosa, pero claro, discrepante con las tendencias hegemónicas dentro de la izquierda actual. ¿Pero cree que ayudó a la candidata con lo que dijo? -No lo sé, no tengo idea. No tengo manera y no creo que nadie pueda decirlo. Estaba en una entrevista, me hicieron una pregunta y la respondí. Yo no era parte de la campaña y dije que no era vocero.
Pero la gente quiere ver cosas que no son reales y están procesando sus propios enredos éticos que han tenido por su actuar poco éticos que han tenido por su actuar poco íntegro y contradictorio con sus valores durante los últimos años.
Entonces, necesitan descargar la rabia interna que les genera eso, con alguien que les está diciendo la verdad en la cara. ¿A qué atribuye la magnitud del triunfo de Jeannette Jara en las primarias? -Creo que efectivamente hay una hegemonía radicalizada en la izquierda chilena hoy. Dentro del mundo cultural y político más orgánico, de la gente que se considera de izquierda. Y adicionalmente, una parte del votante más de centroizquierda, más del Socialismo Democrático, no fue a votar. No consideró que la candidatura de Carolina fuera algo que había que respaldar, cosa que yo sí estaba diciendo. En ese sentido, la estrategia mía de hacer un llamado a que ese tipo de gente votara por ella, fracasó completamente. Esa gente se fue, eso es lo que demostró la primaria, y va a ser un desafío para la izquierda recuperarla, si es que existe.
En ese contexto, ¿Tohá fue una mala candidata o lo atribuye más al fenómeno global que describe? -En primer lugar, sigo considerando que Carolina Tohá es una persona con un enorme talento político y que habría sido una gran presidenta de Chile.
Ahora, es posible que no tuviera atributos electorales OSCAR LANDERRETCHE Elección presidencial de noviembre: Voy a anular El académico de la FEN de la U. de Chile sincera que no apoyará la candidatura presidencial de Jeannette Jara. "Para mí no es posible hacer eso", afirma, y argumenta dos objeciones de fondo con la abanderada PC y su partido.
Por un lado, el concepto de democracia, donde el pensamiento marxista-leninista apunta a superar y reemplazar el sistema actual, y por otro, sus postulados económicos. "Son dos discrepancias bien grandes y no se arreglan así como, "mira, me voy a cambiar de disfraz", señala. Una entrevista de OLGA BUSTAMANTE FUENTES Una entrevista de OLGA BUSTAMANTE FUENTES que hoy son importantes. Se habla mucho de los atributos de la personalidad, de ser más empático. Puede ser que Carolina sea una persona más bien seria, más bien ordenada, más bien conceptual, más bien con una mirada más rigurosa. Y una persona como yo, que probablemente tiene la misma forma de ver el mundo, será atraído por una candidatura como esa. Quizás uno mire menos estos otros atributos más blandos. Para mí por ejemplo, que alguien sea simpático o no, me da exactamente igual desde el punto de vista de votar por esa persona. Los mejores presidentes de Chile que tuvimos en el periodo de la Concertación era gente que, pucha, no sé si era particularmente simpática ni empática. Pero eran unos estadistas que supieron conducir a Chile en una de las transiciones democráticas y en uno de los procesos de salida de la pobreza más exitosos del mundo. Yo le atribuyo cero mérito a la simpatía, a la empatía, a la buena onda, para ser Presidente de la República, pero concedo que posiblemente hoy, en el mundo comunicacional que tenemos, esos atributos importan.
Precisamente, esas cualidades más blandas que menciona son las que se han destacado de Jeannette Jara... -Yo a la candidata que ganó no la conozco -Yo a la candidata que ganó no la conozco -Yo a la candidata que ganó no la conozco -Yo a la candidata que ganó no la conozco y, por lo tanto, no tengo manera de emitir un juicio al respecto. Lo único que estoy diciendo es que para mí, que alguien sea simpático, no aumenta la probabilidad de que respalde eso. Para nada. Considera que su sector, el Socialismo Democrático, ¿quedó herido de muerte tras estos resultados? -Pucha, no sé. Al Partido Socialista (PS) muchos han tratado de darlo por muerto. Pero las cosas suben, bajan, cambian.
Hay un conjunto de personas que generacionalmente entraron a la política vía este proyecto del Frente Amplio (FA), que yo creo que tiene fecha de vencimiento, y que probablemente van a terminar transitando hacia el PS. Lo que sí hay que reconocer, es que el partido ha tenido como tres fracasos en estrategia presidencial al hilo, y una incapacidad de agruparse en torno a liderazgos presidenciales que funcionen. Pero fue un mazazo fuerte el de ahora... -Claro, porque además el mundo del Socialismo Democrático fue extremadamente maltratado por la gente que nos gobierna hoy. Y a pesar de ello, cuando vino la hora de la necesidad de este gobierno, entraron, ordenaron. Apuntalaron a un gobierno que estaba a punto de naufragar después del proceso constituyente, hicieron toda la pega, asumieron todos los costos, y la MD / IN 'ó 'ó.
OSCAR LANDERRETCHE sensación que les queda a muchos es que no hubo un "yo te ayudo y tú después me reconoces esa ayuda". No, fue como *yo te ayudo y después yo soy desechable". Les da la impresión de que no hay reciprocidad en la relación política. Así que, claro, es un mazazo en ese sentido también.
Desde afuera se ve esa paradoja, que el Socialismo Democrático vino al rescate del gobierno del FA, pero al final se terminó hundiendo con él. -Bueno, humildemente yo era el que hace cuatro años decía que eso iba a ocurrir. Y también en esa época, le desagradaba mucho a mucha gente que lo dijera.
Pero si al Socialismo Democrático lo llamaban a ayudar, ¿tenía la alternativa de quedarse al margen? -Por supuesto, absolutamente tenía esa alternativa. ¿Y que este gobierno se hundiera solo? -No que se hundiera, que se viera obligado a negociar en el Parlamento.
El hecho de que uno tenga minoría parlamentaria y que tenga que gestionar el gobierno con sus propios ministros y sus propios dirigentes, significa que el país votó por un proyecto que ellos presentaron como excluyente del Socialismo Democrático y tendrían que haberlo administrado de esa manera. Entonces, aquí hay una serie de lecciones que tienen que ser aprendidas, aunque no estoy seguro que las hayan aprendido. En este contexto, ¿usted qué va a hacer? ¿ Va a apoyar la candidatura de Jeannette Jara de cara a la primera vuelta? -Para mí no es posible hacer eso. Para cualquier persona que me conozca, que conozca mis opiniones, que haya leído mis libros, sabe que no es posible hacer eso. ¿Por qué? -La razón es bien simple y es importante explicarla. Yo soy un profesor universitario que enseño historia del pensamiento económico y político. O sea, de hecho, doy clases sobre el marxismo. Entonces, entiendo con mucha precisión lo que significa un partido marxista-leninista.
Y es lo siguiente: es la visión de que hay una diferencia entre el uso táctico de la democracia liberal como la entendemos nosotros, las instituciones de la democracia, y, digamos, la construcción estratégica de la democracia. Por así decirlo, la gente que es marxista-leninista cree que la democracia que nosotros practicamos y que consideramos un buen sistema, es algo defectuoso que tiene que ser superado. Y que tiene que ser superado y reemplazado por otra cosa. Antes se decía que tenía que ser reemplazado por la dictadura del proletariado. Ahora se habla de democracia popular, se le ponen otros nombres. Pero en el fondo, es algo que no tiene las reglas de la democracia como las conocemos hoy. Lenin y el pensamiento asociado a él, sí decía que los partidos comunistas podían participar de la democracia liberal en forma instrumental y jugar bajo sus reglas.
En ese sentido, el Partido Comunista de Chile, yo diría, con la excepción de lo que pasó con intentar terminar con el gobierno de Piñera, siempre ha jugado básicamente en las reglas de la democracia liberal chien las reglas de la democracia liberal chilena. Pero su objetivo es otro. ¿Y qué implicancias tiene eso? -El problema es que en Chile tenemos un sistema presidencial, donde el Presidente de la República o la Presidenta tiene muchísimo poder.
La cantidad de personas que puede nombrar, en la variedad de cargos que puede nombrar, cargos que tienen que ver con manejar las elecciones, con regular el mercado de capitales, con manejar el Banco Central, etc.
Y, por lo tanto, si esa persona llega al poder en forma completamente legítima, pero el tipo de nombramientos que hace, el tipo de cosas que hace con el Estado, tienen el objetivo de superar esta democracia, como dirían ellos, "la democracia burguesa", eso es algo con lo cual yo tendría mucho reparo. algo con lo cual yo tendría mucho reparo.
Y no creo que sea honesto intelectualmente pedirle a gente que lleva décadas siguiendo una doctrina política muy precisa y conocida, que porque ahora es conveniente para una elección, te digan que no, que ahora es otra cosa. Entonces uno dice, 'vamos a hacer como que creemos, ¿no?". No me parece una manera muy honesta de discutir cuáles son los principios involucrados en los liderazgos políticos que están compitiendo.
Entonces, ¿para usted es insalvable la visión y adopción utilitaria que tiene el PC de la democracia, para apoyar a Jara? -Claro, y por eso es diferente cuando el PC participa de una coalición que está liderada por otro movimiento. Es muy diferente cuando el Presidente es de una diferente cuando el Presidente es de una fuerza de izquierda que tiene una concepción más convencional de la democracia liberal, a que ellos lideren. Mi objeción es a su objetivo estratégico de superación de la democracia. Ellos juegan de acuerdo al juego de la democracia, pero quieren superar la democracia. Doy un ejemplo para el otro lado. José Antonio Kast también es alguien que respeta las reglas democráticas. Cuando perdió fue a saludar a Boric, pero él quiere indultar a (Miguel) Krassnoff. Yo encuentro que eso es algo inaceptable desde el punto de vista de los derechos humanos.
O sea, uno puede ser una persona que juega de acuerdo a las reglas SIGUE "Mano firme contra el cortoplacismo" "Mano firme contra el cortoplacismo" "Mano firme contra el cortoplacismo" El cortoplacismo es una mentalidad miope y egoísta que amenaza el futuro de las personas y el planeta. Solo adoptando una visión de largo plazo, que priorice el bienestar permanente por sobre los beneficios inmediatos, podremos forjar un mundo mejor para las futuras generaciones. Es responsabilidad de todos revertir la mentalidad cortoplacista. Aún estamos a tiempo. ás HNoMásCortoplacismo La, Empresas Copec Por las futuras generaciones Por las futuras generaciones.
OSCAR LANDERRETCHE de acción inmediato" ¿ Seguridad y crecimiento económico deben ser los temas prioritarios del gobierno que asuma en marzo de 2026? -Así es, pero tal como argumenté en mi columna Big Push sobre crecimiento, y aplica también para seguridad, ojalá se den cuenta de que los gobiernos son cortos y la paciencia de la ciudadanía es breve. Las grandes reformas y los cambios profundos toman mucho tiempo para aprobarse e implementarse, y la ciudadanía no te va a esperar.
Por lo tanto, les recomendaría a los equipos programáticos de todas las campañas pensar en dos frecuencias: una de largo plazo, de las reformas grandes -tributaria, por ejemplo-, y otra que es un plan de acción inmediato. O sea, ¿se debe tener un plan corto que te dé tiempo para el plan largo? -Exactamente. Necesitas un plan corto, porque es el que habilita que hagas las cosas estructurales largas. En el caso de la economía, la teoría mía es la del big push: se requiere un empujón grande en obras públicas, en vivienda, y una ley corta tributaria, bien al hueso. Eso para reactivar la economía y que te permita hacer las reformas largas. Y en el caso de seguridad ciudadana, lo mismo. Necesitas poder mostrarle a la ciudadanía que ya, ok, controlamos el barrio Meiggs, ahora vamos por el siguiente barrio. Logramos limpiar, qué se yo, la Fuerza Aérea, entonces ahora avanzamos hacia la siguiente institución. Conquistas un territorio, lo estabilizas. Es como la cosa militar. Se van ganando pequeñas batallas para poder ganar la guerra. -Así es. Y no solo porque eso te da lo que en estrategia militar se llama profundidad estratégica, sino porque además te valida políticamente.
La gente dice: "Mira, lograron Meiggs". Das la sensación que estás avanzando, lo mismo en crecimiento económico: logras reactivar las obras públicas y se siente un poco que la cosa está andando; el sector construcción empieza a movilizarse, a contratar. Hay un poquito más de actividad y eso empieza a validar la siguiente política.
Entonces, cuando tú vas y dices, "bueno, además tenemos que hacer una reforma importante al empleo público, o al Estado", tienes un grado de credibilidad. ¿Y observa algo de ese tipo de estrategia a nivel de los candidatos? -En las dos áreas me da la impresión que la poca discusión de fondo que están teniendo los comandos, porque hay mucha cosa simbólica, es muy grandilocuente. Están prometiendo cosas que no van a poder hacer y la gente se da cuenta. Entonces yo les diría: prometan cosas que sí van a poder hacer. Sería más realista. En la ley corta impositiva, con incentivos, que usted recomienda, ¿tiene cabida algún tipo de invariabilidad tributaria para proyectos? -Claro, eso es un viejo truco. Los capitales que entran tienen tales condiciones tributarias por un período, y si usted se demora y llama después, no pues, ya no está la promoción. Ese tipo de reformas las hizo la Concertación diez veces, aunque más que con eso, con la depreciación acelerada. Ese tipo de cosas es lo que hay que hacer en una ley corta tributaria. Pero además, por otra razón, porque cuando tú haces una ley tributaria con instrumentos de corto plazo, que no son para siempre, es más fácil de digerir para los parlamentarios. Lo mismo con el tema de un fast track de permisología para obras públicas estratégicas. No que sea más bajo el estándar ambiental, que sea más rápido el proceso. Ahí, para la gente que es muy garantista en el área de permisos, es un poquito más tragable si es más acotado. Cuando achicas un poco la política, la haces más posible de pasar, sobre todo porque gane quien gane la Presidencia va a enfrentar un Parlamento muy fragmentado. Entonces, mientras menos complicado sea esto, más factible es de hacer.Q.