40 años del Tratado de Paz y Amistad con Argentina: ¿dónde está el champagne?
40 años del Tratado de Paz y Amistad con Argentina: ¿ dónde está el champagne? El precie de la pat Sien lo último se constatan innegables logros, también es necesario recordar que -junto con una compleja negociación originada en el incumplimiento argentino del Laudo de uti. tribunal tribunal internacional, acontpaíiada dv frecuentes anicuaz. as ab-icrtas ab-icrtas y veladas de la amenaza de! uso de la fUerZa-r la firma del Tratado de Paz y Amistad (TPA) exigió renuncias unilaterales nuestras aobre espacies de territorio territorio rnarltisno garantiz. ado por la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (que dala do 1982) Quizás par efecto de nuestra tendencia al relato autorreferencial autorreferencial (centrado en “nuestros logros”), hasta aqul se olvidó recardar que ontre los sacrificios poriapaese ineluyónuestra renuneia renuneia a la proyección hacia el E. sle de nuestro Mar TerrItorial, Zona Adyacente, Zona Económíe-a Económíe-a Exclusiva y plataforma continental del Grupo Pixton, Nueva yLennox y, también, de otros archipiélagos australes chilenos (12,24 y 200 millas, respee tivamentek MiLes de luna de territorio marítimo.
A ese precio se agrega nuestra nuestra ronuncia a la proyección de la Zona Económica Exclusiva de las islas del cabo de Hornos y Diego Itarníra, al oricntc de lo que Argentina denontina “el meridiano del cabo de Hornos” (más al sur del trazado oti. tre los Punto Ey F de La Carta Marina Anexa 1 deI TPA). Esta çiltiina concesión unilateral unilateral no incluyó -sin embargola proyección de nuestra plataforma plataforma continental, el Este de dicha longitud. Conforme con La Convención sobre el Derecho del litar de 1982. se trata de dos entidades distintas y separadas.
La tradIcIón geo-legal chilena Si durante las últimas décadas décadas la implementae-idn de la normativa para la inLegración binacional registró indiscutibles indiscutibles avances, para entender por qué esto fue posible, también es de justicia reconocer que la diplomacia del gobierno enditar no solo encaró con temple la crisis gati. lLada por ci rechazo de la dictadura militar argentina argentina al Laudo Arbitral de 1977 (sentencia unánime de 5 jueces elegidos decomún acuerdo), sino que además, con altura de miras, pudo proyectar la relación relación bilateral a largo plazo1 sin reducirla a La mcra solución del problema causado por La pretensión pretensión de la Contraparte sobre las islas al sur del e--anal Iieagle (para bloquear la proyección antártica de Chile) Parecería que por razones ideológicas (antes que de honestidad honestidad intelectuaL) hoy cuesta reconocer reconocer que, durante ci gobierno militar, la defensa de los titu los chilenos se ajustó -con el aporte de expertos conocidamente disidentes disidentes de La Junta de Gobiernoa una tradición geo-juridica que data del siglo XVI, y que antes, sin vacilaciones, fue a cabalidad insplementada por los gobiernos del Presidente Eduardo Frci Montalva y del Presidente Salvador Salvador Allende Cossens (con los celebrados cancilleres Gabriel Valdóa Subercaseaux y Clodomiro Clodomiro Almeida Medinat. Estos son los hechos.
La diplomacia del gobierno militar (-equipo de la “mediación”) “mediación”) fue capaz de comprender que en esa continuidad roside la principal fortaleza de -citando a don Miguel Luis Amunitegui Amunitegui los titules chilenos sobre la extremidad y dominio de la extremidad austral del continente continente amcrieane.
Este es un aspecto medular, que nuestros negociadores de los SOs tuvieron en cuenta para enfrentar los desafías (y las amenazas) impuestas por una bipolar Argentina (que hasta el último minuto dudó si concurris, o no, a la firma del Tratadu) Quienes conocen las vicisitudes del Laude Arbitral, la crisis de 1978 y la Mediación Papal, saben saben que se trató de un proceso estremadsme ate complejo que -invasión argentina de las islas Falldand?Malvinas de por modioin modioin extremis condujo a la firma del TPA.
También conocen que a la paciencia de la diplomacia vaticana, y a la buena fe de la delegación encaborada por Enrique Enrique Bornatein y Ernesto Videla, se debe, en parte sustancial, el texto acordado en 1984, que más tarde hizo posib[ca los logros recientes de la integración binacional. binacional.
Les Límites australes en los prózl. aee4-Ofloa La actitud autorreferencial que menciono pare-ce ser una de las razonos que nos impide reconocer los complejisimos desafias que, especialmente en materia limítrofe, en el mediano y large plazo (dentro y fuera del enarco del Tratado de Paz y Amistad) se presentan a la relación con ArgentinaNo es avezado afirmar que, nos guste o no, Las cuestiones limítrofes pendientes improntarán la relación relación vecinal de los próximos decenios. La primera de esas cuestiones cuestiones reside en el problema no resuelle del Campo de Hielo Patagónico Sur. Ello, luego de que, en 1991, Chile aceptara incluirlo entre los 24 asuntos limítrofes pendientes.
Despuésde acordar soluciones soluciones para 22 de dichos “problemas”, “problemas”, junto con la cuestión de la vecina Laguna del Desierto (situada (situada a miles de kilómetros al sur del Ceno htanquehue), la diplomacia de Santiago aceptó poner sobre la mesa de negociaciones negociaciones cerca de 150 lerna de límite a lo largo y ancho de la tercera reserva mundial de agua dulce Más tarde, en 1998, a pesar de la resistcncia de parte de La “diplomacia de carrera” y de representantes de la Patagonia, la clase política chiLens, aceptó la tesis geopolítica argentina que sostiene que entre el Monte Pies Ray y el Cerro Daudet aun es exigible delimitar sntes que) conforme con la antigua tesis chilena, demarcarParafraseando Parafraseando a don Jesé Miguel lrarr&zabal, el efecto multiplicador multiplicador de este error geográfico y diplomático está aün por verse. Hoy algunos creen que detrás detrás de dicho arreglo también estuvieron ciertos intereses chilenas que, a cambio do delimitar, delimitar, pedían que la Argentina de Carlos Menem facilitara gas barato y acceso a su mercado.
Se trata, sin duda, de un tema de investigación para la nueva generación de historiadores: la histeria juagará. la acaerdo Inaplicable Como sea, lo concreto es que, a lo largo de los años, científicos, juristas y políticos de diverso signo han hecho ver que el acuerda de 1998 resuLta -para nuestro interés nacionalinaplicable.
Esto, a menos que Chileesté, otra vez, dispuesto a “renunciar unilateralmente” (un aras del buen entendimiento con Argentina), a extensos territorios territorios de relevancia material que, conforme can la realidad geográfica y la histeria del Tratado de Limites de 1881, le pertenecen.
El caso Campo de Hielo Sur es revelador de un ethos diplomático criollo que durante tres décadas exudó buenismo y expresión de deseo (el “síndrome “síndrome del mejor eosnpaii ero del curso”), además de un incomprensible incomprensible desinterés por el estudio de la geografía y el conocimiento práctico del territorio territorio nacionaL Ese carie-ter de parte de nuestra diplonsacia yde nuestra clase poiltica (responsable de la integridad del territorio nacional) nacional) resulta preocupante en vista de la magnitud del segundo segundo desafío estructural para los próximos 40 añosA saber: la delimitación pendiente de nuestra nuestra plataforma continental, al sur de lo pactado en 1954Ocurre que, re-interpretando lo dispuesto en el Tratado de Paz y Amistad, en 2009 Argentina extrapeló sus pretensiones te rritoriates alo largo y ancho del área que cae mismo instrumento jurídico denomina “Mar de la Zona Austral, pero que ahora la Directiva Nacional de Defensa argentina (2021) llama Mar de Francisco Hoces”. Es evidente entre 2009 y20l9 ni nuestra diplomacia, ni nuestra clase poLitica aquilataron los alcances jurídicos y geopoliticos geopoliticos del reclamo argentino de plataforma continental más allá de las 200 millas en el AtLántico Sur (en el cual Chile apoya la causa de Malvinas), la Antártica Americana y-muy importante, el Mar de la Znna Austral.
Durante esa coyuntura nuestra nuestra diplomacia prefirió ignorar que, para ser consistente con In tradición e-arto-bibliográfica ibérica que soporta nuestros titulos sobre toda la extremidad austral de las Américas, esa regLón regLón se denoinina, simplementc, Mar Austral o, lo que mucho más tarde, el capitán James Cook llamó Southern Ocean.
Lo anterior a pesar de que una simple mirada al mapa le plataforma continental argcntine argcntine indicaba çue, en 2009, Argentina Argentina extendió iiniLstcralmcnteel limite internacional en el Mar Austral y la Antártica, cago, de hecho y de derecho, a la luz de la Convención de Naeionr-s Unidas sobre el Derecho del Mar, rcinterpretó y relativizó la normativa del TPA Las ólites políticas y diplomáticas diplomáticas no mensuraron la gravedad de las renovadas “pretensiones territoriales argentinas” que, en todos sus ¿ dónde está el champagne? 40 años del Tratado de Paz y Amistad con Argentina: Jorge Giuniáis Exdlptomiátko y Aea-dÁinico UisJcrsldsd A utdssonia En En víspera de la connuemoraeión connuemoraeión de los 40 años de la firma deL Tratado de Paz u yAmistad, TPA(29 de noviembre 1984), se suceden eventos y reportajes dedicados a recordar ese hito histórico, y a destacar los avances recientes recientes de la “integración con Argentina”. iZII! II” Seminal. eeamemosatlvo sobre lea té atas ¿ st lkatade de Paz y Amistad entre Chile y Argsadn& MIarel 1 SIrria del tratado, 1, “La acúti&orreferenda1 que menciono parece ser una de las razones que nos impide reconocer Los compLejísimos desafíos que, especialmente en materia limítrofe, en el mediano y Largo plazo (dentro y fuera del marco del Tratado de Paz y Aniisrad) se presentan a la relación con Argentinas.. 40 años del Tratado de Paz y Amistad con Argentina: ¿ dónde está el champagne? detalles técnicos y juridicos, se difundieron a través de un recurso legal ante un organismo técnico-e ientl fico: la Comisión de Limites de la Flalaforrna Continental de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Man Ni monedas, ni sebos postales postales ni mapas oficiales en edificios pdblicos y escuelas que ilustraron el citado recianio recianio legal, lograran preocupar a nuestras ¿ lites, incluso despu&s de 2016, cuando Argentina eamenzó eamenzó a insistir en que daba por incorporado a su territorio un sector del suelo y aubsuolu marino chileno plus ultra el cabo de Hornos.
Todo esto n. a obstante que el TPAexpresantente eatipula que lo pactado constituye la solución completa y definitiva de las cuestiones de limites pendientes y que, por lo mismo, en el futuro ninguna de las partes presentaría presentaría nuevas reivindicaciones ni interpretaciones incompatibles can su letra y espirito.
Obviando estas obligaciones, obligaciones, e invocando una lórmula geo-eientlfiea del Art. 76 de la Convención del Mar (1982), el reclamo argentino de plataíurma plataíurma continental más allá de las 200 millas reinterpretó esas obligaciones con ci tratado de 1984, afirmando soberanía sobre los recursos naturales de cerca deP miL kms de territorios pias ultra lo delimitado con Chile.
Adicionalmente, el reclamo de plataforma continental argentino argentino en l. aAntÁrtica puso sobre la mesa la aplicación del sistema de solución de controversias del TPA para la cuestión de los reclamos territoriales hasta hoy congelados por el Tratado Antártico. Todo sumamente complejo.
Observado ese reclamo en una Carta Marina, es evidente que la finalidad geopolitica de tal acción afirmativa argentina argentina en el Mar Austral consiste en reivindicar su antigua pretensión pretensión del principio bioceánico bioceánico que -en el terreno y & miles de kilómetros de la Plaza de la Constituciónpretende “arrinconar” “arrinconar” a Chile al accidente del meridiano del cabo de Fiarnos. Esto, coma sntes se indica, para dejarnos sin proyección Lacia al sector de la Peninsula Antártica. Sialguien pensó que el principio bioceánieo habla sido superado en 1984, la cvidenesa cvidenesa demuestra que no es así.
A comienzos de 2020, en vísperas vísperas de la aprobación de una ley argentina sobre plataforma continental, la Cancillería Piñera Piñera 2 aceleró la aprobación del Estatuto Antártico (ley 2L255). mientras que la Armada actualizó actualizó la proyección de la plata forma forma continental de 200 millas al oriente del meridiano del cabo de Hornos. En la coyuntura, el gobierno chileno tambión notificó notificó a su par argentino que su ley sobre plataforma continental nos resultaba inoponible.
De es-a manera, el paÍs comenzó comenzó a recuperarse de un letargo impuesto por un “etlsos noventero” que confundió la expresión de deseo y el interda económico meramente coyuntural coyuntural can la realidad material y a largo plazo del Derecho Interoacional Interoacional aplicado a la geografia.
Luego, a comienzos do 2022, Chile puso a consideración del organismo internacional t&nico t&nico competente los datos geoeientlfieos geoeientlfieos y la canografla de nuestra plataforma continental del sector occidental de nuestra Provincia Antártica (el Mar de Beilinghausen), proyectando la plataforma continental baciala posición de aquella de las islas Diego Ramírez.
Utilizando fórmulas fórmulas del Derecho del Mar -legal -legal y geo-cientiticamenteChile comenzó a ilustrar al mundo la continuidad entre sus territorios sudamericanos y la Antártica Sudsmericana Mirados desde la óptica del rrasado de Paz y Amistad, dichosaetosafirmativos dichosaetosafirmativos hicieron patente que -otra vozArgentina Argentina y Chile se enfrentan en un diferendo limítrofe austral. F. sto, no obstante las obligaciones obligaciones asumidas en noviembre de 1984 en presencia del Papa Juan Pablo II. Argentina impuso este diferendo, diferendo, y ahora deberá atenerse a sus consecuencias.
“Error geopolltico tipo 1 do la gcopollLies gcopollLies peronista”. La proyección de la plataforma continental chilena en el Mar Austral no se acaba en la proyección de nuestras nuestras islas más australes. 411 sOsa del Tratado le Paz y Amisladi ltYóada está el ebampsgne La conmemoración do los 40 años del TPA nos resulta de duLrey duLrey agraz.
Primero, porque, por razones estrictamente coyunturales coyunturales y antipatías recíprocas entre gobernantes, la agenda bilateral se ha adelgazado preoeupantcmentc preoeupantcmentc y, segando, porque porque está pendiente que ambos país-es reconozcan la necesidad de sincerar y encauzar los probiernas probiernas limítrofes pendientes.
Por ahora, parecería que Aigentina reconoce que Clsile no está preparado para un acto de sinceridad de tal magnitud, en parte porque sus autoridades no conocon(ni les preocupa) el fondo fondo de los problemas limítrofes hasta aquí sio solución.
Mientras tanto, Argentina cnticnde que sus debilidades estructurales son temporales y, con un horizonte horizonte de mediano plazo, ha emprendido el fortalecimiento de sus bases de negociación can Chile, con, por ejemplo, una acelerada modernización de sus fuerzas srmadas Con esto en consideración, conviene mencionar que las generaciones que vivimos el p]ebiscitn del 5 de oetubrn de 1988 (Slzersus No) recordamos la frase del general Fernando Matthei (entonces miembro de la Junta de Gobierno) que, frente al evidente triunfo del Mo y un impostado exitismo del Ministerio del Interior(que “valoraba” la minoría obtenida por el si), hacia la mediana-che de aquel día preguntó: si el resultado ea positivo para el gobierno, entonces ¿ dónde está el champagno? Lo que, con espíritu republicano, republicano, el general Matthci quiso significar es que, si el gobierno militar hsbia claramente perdido perdido el plebiscito. ¿qué babia que celebrar? Para quienes eonocenoa las complejidades delplebiseite de 1988. sabemos que, al reconocer explícitamente el triunfo del No la aíirmacidn del general Matthei encauzó el proceso polItice, obligando al gobierno militar a respetar el resultado de las urnas. Las generaciones recientes ni siquiera sospechan la importancia de esa preguntaafirmación.
El comeotario es pertissentesi consideramos que, en fecha tan reciente como el ide noviembre de 2022. con una Nota Diplomática Diplomática dirigida al Secretario General de Naciones Unidas, Argentina notificó a la Comisión de Mmitea de la Plataforma Continental Continental “que rechaza la pretnnsión de Chile de proyectar, al sur de Tierra del Fuego, una plataforma continental al Este del meridiano 671ó de longitud Oeste (meridiano (meridiano del cabo & Hornos), por resultar contraria al Derecho Internacional y, en particular, at Tratado de Paz y Amistad Argentino-Chileno de 1984”, Es decir, en 2022, Argentina acusé a Chile de violar lo preserito preserito en el TPA.
Visto sai elasuntn, elasuntn, ¿dónde está el champagne? Más atlá de les 40 s4oa dst tratado Es claro que, no obstante la comp tejidad de los asuntos Iisnltroíes Iisnltroíes pendientes, la relación bilateral con Argentina no puede reducirso solo a olios, incluso si en los próximos años (probablemente (probablemente décadas) estos asuntos ocupan a las diplomacias y las clases políticas de ambos paises. Un ejercicio biLateral deslacendad ayudaría a formalmente separar separar esa problemática del resto de la agenda de integración. Es claro que ambos paIses tienen amplios espacios para profundizar su integración fiaiea y económica.
Por ejemplo, haciendo realidad la simplificación simplificación del tráfico de personas y mercancías, o sincerando el uso de los recursos hidricos campartidos campartidos ¿ Serán necesarios otros 44) alba para que oslo finalmente se imp]omente? Mirados esos desafíos desde desde la Patagonia y la Tierra del Fuego, se trata de problemas básicos aún por resolver. Trans curridos4ü albos, los habitantes del extremo sur seguimos obligados obligados a un doble control fronterizo, fronterizo, esencialmente inocuo, que soloeontribuye a mantener la desconfianza y la irritación.
Más al norte, esta misma deficiencia deficiencia tiene un impacto gravisimu gravisimu sobre el funcionamiento y los costos del irá fico terrestre de mereanelas argentinas hacia la-a puertos chilenos, peri udicande udicande por igual a privados de ambos países. Todo indica que la crispación crispación va en aumento, a pesar de Isa celebraciones, reuniones, acuerdos sectoriales y domases que, en terreno, no resuelven nada de nada. En este plano, es claro que los dos paises deben, otra vez, sincerar intenciones.
En lo que respccta a] sur más lejano del mundo lisiar Austral y Antártica), el irredentismo peronista peronista se equivoea gravemente al reinterpretar el Tratado de Paz y Amistad vinculándolo a su cuestión de Malvinaa, para insistir en un proyecto politieo esencialmcntemesiánieoypropiodclsigto esencialmcntemesiánieoypropiodclsigto XIX.
Entre otras cosas esenciales, esenciales, ese proyecto ignora que la geopolítica del siglo XXI incluye amenazas mucho más graves que una comunidad esencialmente pacífica deapenss3ntil personas (los isleños de las Faikland), que en lo austantivo solo reclaman su derecho humano a elegir su destino. Chile no es tampoco un enemigo externo de Argentina.
La ofuscación del relato irredentista irredentista mesiánico argentino (que aspira a un “destino manifiesto”) impide entendcr al extremo sur del hemisferio occidental como un espacio de colaboración de buena le entre entidades distintas, distintas, pero con enorme potencial de complementaeión. sólo el aprovechamiento inteligente de la geografía y sus recursos (por ejemplo, los pesqueros) podrá afisnzaraesta gigantesca región del planeta como una verdadera znnade paz, diferente, distante y lejanade los avatares dotas mundo cada vez más convulsionado, más amenazado ymás peligroso. ¿Serán necesarios otros 40 años para que reparemos en esta oportunidad? lablkad. ea Bloéloehüccl “Sólo el aprovechamiento _____ inteligente de la geografía ysus recursos (por ejemplo, los pesqueros) podrá arianzar a esta gigantesca región del planeta como una s, verdadera zona de r paz, diíerenie, distante ylejana de los avatares deunmuridocadavez más convulsionado, más amenazado y máspeligroso”. FLnisasl, st Trssada ile tas yAaslaladeetre C1ÚIs y Argeatlsa..