Expectativas estudiantiles sobre ingresos post educación superior se ajustan poco a la realidad
Expectativas estudiantiles sobre ingresos post educación superior se ajustan poco a la realidad EL MERCURIO A partir de la década de los 90, Chile se transformó en uno de los países de la OCDE entre los con mayor expansión en matrícula de educación superior.
De esta forma, lo que en un principio era considerado un sistema de élite, creció de forma masiva y trajo resultados: según datos de la organización, a nivel país los graduados de una institución terciaria de entre 25 y 34 años ganan, en promedio, 91% más que quienes solo se titulan de enseñanza media.
A pesar del alto retorno promedio que trae consigo la educación superior, muchos graduados "no cumplen con sus expectativas en el mercado laboral". Así lo destaca un estudio desarrollado por Loreto Cox --académica de la Escuela de Gobierno de la U. Católica--, recientemente public a d o p o r e l A m e r i c a n Journal of Political Science.
En la revista, la autora señala que para l l e g a r a e s t a conclusión, en una primera instancia encuestó a 14.233 jóvenes en torno a sus últim o s a ñ o s d e educación superior, todos de distintas carreras e instituciones.
A cada uno le preguntó cuáles eran sus expectativas una vez terminado aquel período de estudios. "Luego volví a encuestar a alrededor de 4 mil al año siguiente, y les pregunté cómo estaban", dice Cox a "El Mercurio". Los resultados mostraron que para entonces, el 65% ganaba menos de lo que originalmente había pronosticado. Mercado laboral Cox cree que este fenómeno "se da sobre todo en países donde ha crecido y se ha masificado muy rápido el sistema de educación superior.
Hay una especie de desajuste de las expectativas, porque en el fondo muchos tienen la idea de lo que significaba, por ejemplo, ser abogado hace 30 o 50 años, que es muy distinto a lo que puede significar actualmente (entendiendo que son muchos más). Esto aun cuando ser abogado hoy sea algo que en relación a solo ir al colegio, supone algo muy bueno". Sus datos muestran que para aquellos con expectativas no cumplidas, la brecha promedio entre expectativas y resultados un año más tarde bordeaba los $300 mil mensuales. "Creo que el esfuerzo que se ha hecho con mifuturo. cl --portal del Ministerio de Educación que pone a disposición distintos indicadores a considerar al elegir una carrera, entre ellos empleabilidad e ingreso promedio de cada una-es súper importante y me parece que se debe seguir profundizando", indica la académica UC. "También creo que las universidades tienen un rol importante en este sentido: estamos hablando de que muchos estudiantes de último año tienen expectativas totalmente alejadas de la realidad; eso yo lo veo como una falla de las instituciones.
Hay que poder acercar a esos jóvenes al mercado laboral, así como ocurre en otros sistemas de educación superior, donde desde muy chicos a los estudiantes se les están haciendo talleres sobre cómo buscar trabajo, cuánto pueden ganar o cómo enfrentarse a una entrevista laboral.
Aquí me parece que esa tarea es relativamente débil". Erik Cortés, psicólogo vocacional, coordinador de Orienta UNAB y especialista ajeno al estudio, plantea que además de informarse en los sitios de instituciones dedicadas a entregar datos sobre las perspectivas de cada profesión, es importante que los jóvenes tengan "el contacto más cercano posible con los lugares en que trabajan los profesionales de la carrera de su interés, así como también, por otro lado, tengan el contacto más cercano posible con profesionales que ya están trabajando en el campo laboral de la carrera". Para ello, las visitas a empresas le parecen claves. "Es muy importante conversar con profesionales con experiencia", continúa. "De esa manera advertirán de primera mano de muchos aspectos que los sitios web, por ejemplo, no informan.
Datos como horarios de trabajo, permanencia promedio en el mismo puesto de trabajo, principales desafíos en las labores que cumplen, reconocimiento profesional y otros por el estilo". Instancia formativa Las prácticas profesionales también son una instancia significativa para aprovechar de preguntar y averiguar, recuerda María Eugenia López, directora ejecutiva de Fundación Portas, organ i z a c i ó n q u e t a m p o c o t u v o relación con el estudio y que se dedica a orientar a quienes entran a la educación superior, asesorándolos después en la búsqueda de su primer trabajo. "Si son pensadas como una instancia formativa, le permiten a la persona acercarse a las industrias y empresas; tener mayor sensibilidad sobre lo que ocurre en los puestos de trabajo", comenta López. "Hay que partir por entender que el proceso de buscar trabajo es de por sí un trabajo. Requiere método, consistencia con respecto al propio relato y al currículum. Y requiere de un entorno fortalecido.
Es decir, de redes". A propósito de trabajo, Loreto Cox destaca que en su informe, el panorama "no es del todo negativo". Esto porque en una escala del 1 al 7, cuando a los encuestados se les preguntaba si su actual labor se relacionaba con aquello que habían estudiado, el promedio fue de 5,8. Ante la pregunta de si su trabajo les gustaba, el promedio fue 5,7. "Son notas bastante buenas", subraya. Investigación de la Escuela de Gobierno UC en base a jóvenes del país: Expectativas estudiantiles sobre ingresos post educación superior se ajustan poco a la realidad M. CORDANO n El 65% de quienes participaron en un estudio para el que se les encuestó antes y después de titularse de una carrera dijeron ganar menos de lo que originalmente pronosticaron.
Ideologías Parte de la investigación liderada por Loreto Cox también supuso entender "qué efectos tienen estas brechas (entre expectativa y realidad) en la ideología de las personas". La académica comenta que su análisis indica que cuando las expectativas tienden a estar más insatisfechas, las personas suelen tener pensamientos que se relacionan más con ideologías de izquierda. "Hay más demandas de un Estado más grande y más proigualdad", explica.
El número de jóvenes en Chile que acceden a la educación superior ha ido en alza en las últimas tres décadas: si en 1999 el 30% de los padres de niños de 10 años esperaban que su hijo se graduara de la universidad, para el año 2013 ese número subió al 85% de los apoderados, según datos del Mineduc. En la foto, una feria universitaria en Estación Mapocho..