Autor: Por
Leonidas Montes
Columnas de Opinión: Correrías libertarias
Columnas de Opinión: Correrías libertarias COLUMNA DE OPINIÓNAl otro lado de la cordillera tenemos el fenómeno Milei. Y a este lado irrumpe Johannes Kaiser con su nuevo Partido Nacional Libertario. Esta marea libertaria, que también ha ganado tracción a nivel mundial, no eslo mismo que el liberalismo clásico. Son primos, pero no hermanos. En una entrevista reciente, Axel Kaiser, referente en la batalla cultural libertaria, nos dice que el Estado es un potencial enemigo. Temas complejos como la educación o la salud se resolverían sin Estado, con váuchers. Para un liberal clásico, el Estado no es un enemigo y puede jugar un rol en educación y salud pública. El libertario no cree en la igualdad, ni siquiera en la igualdad de oportunidades. El liberal clásico, en cambio, reconoce espacios de igualdad. Eso sí, para ambas tradiciones, la justicia y el rule of law son fundamentales. De ahí nace ese gran principio: todos somos iguales ante la ley. La libertad es un concepto individual y casi absoluto para un libertario. También es primordial para un liberal clásico, pero con conciencia de los demás. Si el individuo libertario maximiza su utilidad, el liberal clásico vive con los demás. Para este, el precepto de no hacer daño al otro no sería suficiente. Eso sí, ambos entien-den la responsabilidad como contracara de la libertad. Para un libertario solo existe la economía de mercado. El liberal clásico, en cambio, camina de la mano de una economía social de mercado. No es fácil distinguir al libertario del liberal clásico. Sin embargo, podemos intentarlo recordando dos visitas que influyeron en nuestra historia reciente. Milton Friedman, que vino a Chile en 1975 y 1981, sería más cercano a la corriente libertaria. En temas económicos, Friedman tenía la película muy clara, tal vez demasiado clara. En cambio, Friedrich Hayek, que visitó Chile en 1977 y 1981, se aso-cia más al liberalismo clásico. Friedman sabía lo que había que hacer. Hayek no tenía tanta claridad. Pensaba que los problemas no eran solo económicos, sino también sociales y políticos. Friedman creía en el homo economicus que maximiza su utilidad y en una ciencia económica que puede predecir el futuro. Tal vez por eso creía que las soluciones a los problemas sociales eran más simples. Hayek, en cambio, era crítico del tipo de economía que promovía Friedman. Ambos economistas y premios nobeles encarnan esas diferencias. A partir de este ejemplo podríamos especular sobre el carácter del libertario y del liberal clásico. Un libertario, como Friedman, suele ser másSi el escepticismo guía al liberal clásico, unas pocas certezas pueden obnubilar al libertario. directo y seguro de sí mismo. El liberal clásico, más dubitativo y humilde. Si uno tiene respuestas, el otro tiene preguntas. El liberal clásico considera que la realidad es compleja, desconfía del que asegura saber lo que es mejor para la sociedad y no se cree los cuentos, ni siquiera los propios. El libertario se cree algunos cuentos con tanta fe que a veces cae en la trampa del dogmatismo. Si el escepticismo guía al liberal clásico, unas pocas certezas pueden obnubilar al libertario. Es lo que sucedió con las tres causales del aborto en el Consejo Constitucional. Curiosamente, en Chile predomina una rara mezcla: los libertarios conservadores. Los libertarios que defienden a rajatabla la libertad individual Ayn Rand y MurrayRothdbard, por ejemplo apoyan el aborto. Como diría Friedman, somos libres para elegir. Sin embargo, para el Partido Republicano, el dogma y las creencias fueron más poderosos que todo lo demás. Como sea, la entrada de Johannes Kaiser por los palos remece la carrera política de la derecha. Ahora bien, si el candidato del Partido Republicano quiere correr hasta el final, el joven líder del Partido Nacional Libertario prefiere competir en una primaria amplia. Todo hace prever que JAK no la tiene fácil: Axel Kaiser ya apodó a su hermano “Mikele”, un desafiante cóctel de Milei con Bukele. Si desea comentar esta columna, hágalo en el blog. COLUMNA DE OPINIÓN