Delincuencia y calidad de vida
Delincuencia y calidad de vida 0 Editorial Delincuencia y calidad de vida El Barómetro elaborado por el Instituto de Políticas Públicas, da cuenta de cómo van cambiando las preocupaciones y percepciones de los habitantes locales. areciente edición del Barómetro Regional, elaborado por el Instituto de Políticas Públicas de la UCN junto a Feedback, revela un giro significativo: aunque la inse'guridad sigue liderando las preocupaciones ciudadanas, su peso ha disminuido 12 puntos porcentuales en solo un año. Más que una buena noticia, este cambio es una señal de alerta. Lo que surge detrás de esta disminución es un panorama más complejo: la diversificación de los problemas que afectan la vida cotidiana de los antofagastinos. La migración -particularmente en Calama-, el costo de la vida, la corrupción y el deterioro de los servicios públicos están ganando protagonismo.
Este cambio en las prioridades sugiere que la ciudadanía ya no solo teme por su seguridad, sino que comienza a cuestionar las condiciones estructurales que moldean su bienestar diario: un transporte El Barómetro no público en retroceso, solo mide áreas verdes abandonapercepciones: das, una salud pública también es un en crisis y un acceso a la a A vivienda cada vez más termómetro social restringido. La evaluaque pide, cada vez ción deestos servicios con más fuerza, cayó en todos los indicarespuestas dores respecto a 2024. integrales. Estamos ante una ciudadanía que ya no solo expresa temor, sino también malestar. No se trata de que la delincuencia haya dejado de ser un problema -sigue siéndolo, y de forma grave-, sino que ahora convive con otras fuentes de frustración social. Por un lado, las autoridades deben seguir combatiendo la delincuencia, pero sin descuidar la inversión en políticas sociales que fortalezcan la vida urbana.
Y por otro, es urgente que los liderazgos políticos y técnicos -locales y nacionales dejen de leer los datos de forma aisladáY fófniencen a entender que los problemas están interconectados: seguridad, migración, empleo, servicios públicos y salud no son compartimentos estancos, sino síntomas de un modelo que exige ajustes profundos..