Skármeta Este martes despedimos a Antonio Skármeta, uno delos más grandes narradores que ha dado Chile y el mundo. Su partida marca el fin de una era literaria lena de profundidad, calidez y poesía. Para quienes hemos seguido su obra, Skármeta no solo fue unescritor; fue un puente entre lo cotidiano
Skármeta Este martes despedimos a Antonio Skármeta, uno delos más grandes narradores que ha dado Chile y el mundo. Su partida marca el fin de una era literaria lena de profundidad, calidez y poesía. Para quienes hemos seguido su obra, Skármeta no solo fue unescritor; fue un puente entre lo cotidiano y loextraordinario, capaz deretratar las emociones humanas con una sensibilidad que pocos logran. Sus personajes, tan cercanos y reales, nos hablaron de amor, esperanza y lucha entiempos convulsos, y siemprelo hicieron desde la voz de quienes anhelan un mundo más justo y humano. Obras como Ardiente paciencia no solo nos recordaronla importancia de la palabra y de los sueños, sino que tambiénnos mostraronel poder dela poesía para transformar vidas. Skármetasiempre tuvo la capacidad de hacernosverlo extraordinario en lo más simple, lo más íntimo en lo universal. Hoy, su pluma se detiene, pero su legado perdurará en cada lector que se encuentre consu palabras. Nos deja un vacío irreparable en las letras, pero también una herencia literaria que seguirá iluminando nuestras bibliotecas y corazones por generaciones. Aunque fisicamente se ha ido, Skármeta continuará presente en cada página, en cada historia que nos haga sentir vivos. Rodrigo Durán Guzmán.