Marca chilena transforma ropa americana en piezas de pasarela
Marca chilena transforma ropa americana en piezas de pasarela Álvaro Palomera y María José Ramírez, los creadores de BadPink.
BadPink. ¿Le interesó esta especialidad? Abundan los cursos para aprender corte y confección. 2110044114444 414844 ¡ ADAM LAMAA A ¡ ADAM LAMAA A ¡ ADAM LAMAA A ¡ ADAM LAMAA A ¡ ADAM LAMAA A ¡ ADAM LAMAA A ¡ ADAM LAMAA A ¡ ADAM LAMAA A ¡ ADAM LAMAA A ¡ ADAM LAMAA A DAVID VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ Arman prendas con retazos y telas de la feria: han expuesto en Nueva York, Tokio y París arca chilena transforma ropa americana en piezas de pasarela WWiLHEM KRAUSE adPink no nació con una esBites de marca ni como una respuesta a las tendencias de la moda circular, más conocida como ropa usada.
Para María José Ramírez y Álvaro Palomera, la ropa de segunda mano siempre fue una elección cotidiana, motivada tanto por el ahorro como por el deseo de lucir prendas únicas. "Mira, esto nació un poco sin saber lo que hacíamos", admite María José. "Siempre fuimos una familia de feria de barrio, de ropa americana. Mi mamá, mis hermanas y yo la encontrábamos especial, única". BadPink trabaja en la confección y customización de prendas a partir de ropa reutilizada y materiales rescatados. Su propuesta se basa en la intervención de prendas y la reconstrucción textil, tomando elementos como chaquetas de mezclilla, cierres y tachas para transformar cada pieza en algo único.
María José, encargada de la costura, y Álvaro, enfocado en los detalles de construcción y terminaciones, han desarrollado un proceso en el que no solo trabajan con ropa americana, sino también con telas en desuso, retazos de fábricas y materiales descartados.
La madre de María José, modista, tenía un taller en casa, y desde niña ella aprendió a reutilizar telas e intervenir prendas. "Los sobrantes del taller terminaban siendo ropa para taller terminaban siendo ropa para mí. Aprendí que no era necesario comprar más si se podía ocupar lo que había". Crecer en ese entorno la llevó a entender la moda como transformación constante. "Siempre hubo una máquina en nuestra casa", valora.
Alvaro creció en la escena del hip hop, donde la ropa americana tenía un valor especial. "Cuando nos conocimos, nos dimos cuenta de que hacíamos lo mismo sin saberlo: comprar en Bandera cuando Bandera era Bandera", dice, refiriéndose a la época en que en esa calle se conseguían prendas de marca a precios bajos, "cuando esas tiendas no eran boutiques súper hipster y vintage, sino realmente de ropa americana por kilo". Desde el inicio de su relación, la intervención de prendas fue algo natural. "Nos dividimos las tareas de manera natural. Todo lo hacemos juntos, desde crear hasta ir a comprar cierres, ojetillos y tachas", explica Álvaro. "Para nosotros, una noche de sábado puede ser hacer una chaqueta. Es un panorama, algo que disfrutamos". "Soy la menor de seis hermanos, así que siempre heredé ropa", dice María José. "Álvaro también viene de una familia numerosa.
No e ra solo comprar ropa de segunda mano, era darle una segunda vida". Siempre sostenible BadPink no nació con la intención de ser una marca sustentable, pero el concepto siempre estuvo presente en su forma de trabajar. "Nos dimos cuenta después de que lo que hacíamos era moda sostenible", dice María José. "No porque lo decidimos un día, sino porque siempre fue así". Sin embargo, el mercado ha cambiado. "Antes te conseguías un Levi's a dos lucas, ahora están a 30", comenta.
La subida de precios en la ropa americana los obligó a adaptarse. "Dejamos de comprar donde ya no daba el bolsillo", explica Álvaro. "Gracias a eso, comenzamos a buscar más ferias en Santiago donde encontramos mejores precios y las lucas se quedan en el barrio, donde más se necesitan". También han incorporado la compra de retazos de telas y saldos, aprovechando cada material al máximo. "Fui de las que me puse hasta en el Parque Forestal en esos años, hace mucho tiempo atrás, cuando se hacían las grandes ferias y vendíamos la ropa que hacíamos", cuenta María José. Nueva York fue el primer destino del extranjero donde mostraron su trabajo en una pasarela. "Pensé que iba a ser una sola vez y ya", recuerda. Pero luego Tokio, París, Los Ángeles y Ecuador se sumaron después a la lista de presentaciones.
A pesar de su crecimiento, su emprendimiento sigue funcionando como un taller artesanal. "Nos prometimos que BadPink éramos nosotros y nadie más", dice María José. "No sabemos si algún día nos expandiremos, pero por ahora no es nuestro deseo. Nuestro taller así, como es ahora, nos ha llevado lejos. No sé si seguiría siendo BadPink en un galpón con muchas máquinas". Corte y confección La oferta de formación en corte, confección y patronaje es amplia y diversa.
Por ejemplo, la plataforma Edutin Academy ofrece un curso gratuito y certificado que abarca desde fundamentos básicos hasta técnicas avanzadas, incluyendo el uso de máquinas de coser y overlock (edutin. com, https://acortar.link/y41FBR). Para quienes prefieren la formación presencial, el Instituto Crearte en Santiago ofrece programas especializados en moda femenina, vestidos de fiesta y alta costura, incluyendo técnicas como el moulage y la sastrería (institutocrearte. cl, https:// acortar. link/tpahjY). El Servicio Nacional de Capacitación y Empleo ofrece cursos gratuitos de corte y confección en distintas regiones, tanto en modalidad presencial como en línea. Estos programas están dirigidos a personas mayores de 18 años, con prioridad para quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad según el Registro Social de Hogares. Para más información y postulaciones, se puede visitar el portal oficial Sence. cl (https://acortar.link/ObWLBd). tar. link/ObWLBd). tar. link/ObWLBd). tar. link/ObWLBd)..