Las ventanas rotas
Las ventanas rotas Opinión Las ventanas rotas Enlosaños80se popularizóla teoría delas ventanasrotas. En simple, laidea es quesise rompe la ventana de algún edificio y esta no serepara pronto, los vándalos aprovecharán de romper otras ventanas, luego de Tomperotras partes, hasta destruir, eventualmente, todo el edificio. Lamentablemente, Chile se ha ido llenando de ventanas rotas.
En 2008 descubrimos que las farmacias habían roto la ventana de la colusión de los precios y, en lugar de arreglarla, la cubrimos con la cinta delas"clases de ética". En 2010, trasel terremoto, miles de personas salieron a saquear supermercados y tiendassin pudor, y nuevamente quedó una ventana sin reparar.
En 2011 se descubrió otra ventana rota en educa: ción, en 2014 estalló la ventana del fi anciamiento irregular de la política, y desde ahínno hemos parado de mirar estupefactos cómo ya casi no quedan ventanas queromperen nuestro quer: do edificio. Desde autoridades haciendo escándalos patéticos hasta bandas denarcotraficantesen las poblaciones, pasando por políticos presos vendiendo pornografía online, quedan pocas ventanas por romper. Sin embargo, quienes reclamamos hoy contra la delincuencia hemos hecho pocoso ningún esfuerzo por reparar las ventanas. Hemos encontrado la excusa perfecta para culpar a los "vándalos" de no haber hecho lo que teníamos que hacer.
En efecto, si miramos las series de datos del Banco Central, es justamente en 2008 queel crecimiento en el gasto en consumo pasó a superar sistemáticamente el gasto en formación bruta de capital fijo, es decir, al mismo tiempo que descubríamos ventanas rotas, dejábamos de gastar en repararlas. Y aunque pareciera ser culpa de "los poderosos", losciudadanos he: mos colaborado poco.
Nos emborrachamos pidiendo bonos, nos vol vimos locos pidiendo el dinero que teníamos guardado en las AFP y celebramos cada propuesta de día feriado o mejora en nuestras con: dicioneslaborales sin pensaren los costos que genera para todos. "Así Necesitamos invertir en "nosotros" (no en *mí"). Porque cuando un vecino consigue reparar su ventana, hace que el entorno mejore. Cuando una empresa prospera, el territorio y la industria mejoran. nos enseñaron, "así es el mercado", "ya era hora que nos tocara", po. dríamos reclamar, peroeso no quita que ya nadie está preocupado del edificio. Parecemos tan desesperados por proteger nuestro trocito de vidrioroto quenosomos capaces de verel panorama general. Tampo cohay mucho dónde mirar paraquienesacostumbran a buscarexcusas: han pasado gobiernos de distinto signo y ninguno ha intentado siquieracambiarelrumbo; la ola migratoria es mucho más reciente que loshe chos relatados. El terremoto, que podía aparecer como excusa es, para dójicamente, uno de los pocos años de cifras económicas alentadoras. Entonces, parece que no hay salida. Cualquierintento por reparar alguna ventana parece ridículo. Sinembargo, no hay otra manera. Necesitamos in vertiren "nosotros" (no en "mí"). Por que cuando un vecino consigue repa rar su ventana, hace que el entorno mejore. Cuando una empresa logra prosperar, el territorio y la industria mejoran. Aunque sean dos pasos para atrás porcada paso hacia el frente, ese paso al frente es el que nos impide caer en picada. Ya llegará el mo. mento de comenzar aavanzar, peroes necesario hacernos cargoen: tre todos. Porque ningún gobierno será capaz de arreglarlo todo. Ningún inversionista creará todo el trabajo que necesitamos.
Ninguna policía ni milicia acabará con la delincuencia, sino el trabajo y la consideración de cada uno de nosotros, tratando de hacer lo mejor que podamos pa: ra vivir en una sociedad mejor. ra vivir en una sociedad mejor. CLAUDIO PARÉS BENGOECHEA Facultad Ciencias Económicas y Administrativas Universidad de Concepción.