Autor: Cristian Rodríguez
Columnas de Opinión: Octubre
Columnas de Opinión: Octubre Director Instituto de Políticas Públicas UCNcinco años del estallido social en Chile, el panorama essig-nificativamente diferente al que muchosanticiparonen ese momento. Las demandas no solo nose han canalizado, sino que la ciudadanía ha desarrollado una visión más crítica y, en algunos casos, desilusionada hacia aquel proceso y sus resultados. Uno delos aspectos más indiscutibles del estallido fue su capacidad para poner en el centro de la agenda pública problemas quehabíansido ignorados por décadas. La desigualdad estructural, la precarización de los servicios básicos como salud, educación y pensiones, y la percepción de injusticia fueron temas que cobraron relevancia. Según el estudio realizado en 2019 por el Programa delas Naciones Unidas para el Desarrollo, el 53% de las personas encuestadas manifestó su desagrado conla desigualdad delos ingresos.
Sin embargo, el descontentoeraaún mayor cuanla do se preguntó por la desigualdad de acceso ala salud (68%) y educación(67%), la población vivía con la sensación de que el país no les ofrecía oportunidades suficientes para progresar. A pesar de la magnitud del movimiento, las expectativas de transformación se fueron diluyendo con el tiempo. Uno de los principales fracasos del estallido fue la incapacidad de convertir ese malestar en una agenda política coherente y de largo plazo. Las demandas eran múltiples y muchas veces contradictorias. El proceso constitucional, que se presentó como la principal res-puesta institucional a las demandas del estallido, terminaron siendo unrellejo de esta fragmentación. La violencia queacompañó aalgunas de las protestas tambiéncontribuyó al fracaso del proceso. Lo que comenzó como una movilización pacífica y apoyada por unagran parte dela población, fue perdiendo legitimidad amedida quelos episodios de destrucción de infraestructura y enfrentamientos se hicieron más frecuentes. Según el Estudio Nacional de Opinión Pública realizado las protestas cayó por el Centro de Estudios Públicos, el apoyoadel 55% en 2019 al 23% en 2024, mostrando un claro cambio enla percepción pública. Acinco años del estallido social, es difícil hablar de un éxito transformador. Sibien permitió visibilizar problemas profundos enla estructura política, social y económica del país, loscambios concretos hansido limitados. Las expectativas de una nueva constitución que resolviera las demandas sociales se han desvanecido, elrechazo delos procesos constituyentes evidenciaron la desconexión entre la clase política y la ciudadanía.
En retrospectiva, elestallido social puede haber sido un punto deinflexión, pero el camino hacia una verdadera transformación será el resultado de un proceso político largo y gradual, en el que las demandas ciudadanas deberánser canalizadas através de instituciones fuertes y acuerdos políticos amplios.. Columna