Shock de oferta
Señor Director: En general los shocks de demanda son menos complejos de gestionar para los bancos centrales. Un shock de demanda que acelere la demanda agregada y, en consecuencia, la inflación, es una señal clara para aumentar la tasa de interés, enfriar el gasto y, en consecuencia, ralentizar los precios.
Sin embargo, un shock de oferta (como el reajuste a las tarifas de la luz) pone al ente rectoren una encrucijada. ¿Debe subir la tasa de interés con el riesgo de deprimir aún más la actividad económica, siendo fiel así a su mandato? ¿ O debe tolerar de manera transitoria una mayor inflación, asumiendo que el shock no tendrá efectos permanentes? ¿ Qué hará el Banco Central en esta disyuntiva? Si atendemos al corredor de la tasa de política monetaria (pag. 41 del IPo M) podemos notar que el ente rector mueve hacia arriba el corredor —reflejando tasas de interés menos expansivas para el futuro—, y no descarta una eventual alza. Todo dependerá de la persistencia de este shock de oferta. Rodrigo Montero Decano Facultad de Administración y Negocios, U. Autónoma