EDITORIAL: ¿Hasta cuándo se burlan de Viña?
EDITORIAL: ¿ Hasta cuándo se burlan de Viña? Editorial ¿ Hasta cuándo se burlan de Viña? El Estado ignoró 1.800 viviendas listas tras el incendio.
Una omisión que evidencia burocracia insensible ante la emergencia. arevelación hecha por la Cámara Chilena de la Construcción (CCC) ante la Comisión Investigadora de la reconstrucción estremece por su simpleza brutal: 1.862 viviendas listas para entrega inmediata fueron ofrecidas al Estado pocas semanas después del megaincendio de febrero, y ni el Ministerio de Vivienda ni el Serviu respondieron. Ni una palabra. Niun correo. Nada.
En un país donde los discursos sobre "el derecho a la vivienda digna" abundan, sobre todo en la boca de gente como Gabriel Boric o Gonzalo Winter, cuesta entender --y aceptarque, en medio del dolor de 8 mil familias que lo perdieron todo, la respuesta institucional haya sido el silencio. No una, sino dos veces. En mayo se repitió el gesto: la CCHC actualizó su catastro con otras 829 viviendas disponibles.
Nuevamente, fue ignorada. ¿Era por el precio? ¿ Por la burocracia? ¿ Por mezquindades políticas? Según ¿ Dónde estuvo fuentes del propio Serviu, la alcaldesa la decisión venía "del nivel Ri ti, el central" y la razón fue clapamon ¿ e ra: "Era mucha plata". Coministro Monteso mosiel sufrimiento de las los parlamentarios familias damnificadas tudela zona que tanto viera un límite presupuess da tario mientras los departadicen jugársela POr mentos permanecen valos damnificados? cíos, y la reconstrucción Una vergiienza. avanza a paso de tortuga.
Siel Estado no puede reaccionar con agilidad en una emergencia de esta magnitud, ¿para qué está? ¿ Cuál es su rol frente a la catástrofe, sino el de articular soluciones rápidas, efectivas y humanas? La omisión del Minvu, denunciada como "vergonzosa" por algunos diputados e incluso calificada como "criminal" por otros, refleja una dolorosa verdad: en Chile, la burocracia sigue valiendo más que la urgencia social. No se trata sólo de eficiencia administrativa. Se trata de dignidad, de confianza, de humanidad. Y el Estado, esta vez, les falló. Gravemente. ¿Dónde estaba la alcaldesa Ripamonti, el ministro Montes o los parlamentarios que tanto dicen jugársela por los damnificados? Una vergúenza..