Autor: Felipe Mosciatti Sepúlveda Urgenciólogo del Hospital Regional Coyhaique
¿Qué son y cómo respondemos ante las enfermedades cardiovasculares?
¿ Qué son y cómo respondemos ante las enfermedades cardiovasculares? OpiniónUrgenciólogo del Hospital Regional CoyhaiqueLas enfermedades cardiovasculares (ECV), entre las que podemos encontrar los Accidentes Cerebro Vasculares (ACV) y los Infartos Agudos al Miocardio (IAM), según las últimasestadísticas oficiales de 2022 del Ministerio de Salud, con 31.606 muertes, son la primera causa de mortalidad en Chile. Reflejo de una tendencia que ha ido en aumento en los últimos años, no solo en nuestro país, sino que en el mundo entero. LaOrganización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de17.9 millones de personas fallecen al año por ECV y que un tercio de ellas son menores de 70 años.
Por lo anterior y ante la creciente demanda de las Unidades de Emergencia Hospitalaria (UEH) en nuestro país, es fundamentalidentificar rápidamente estos pacientes para un manejo oportuno, ya que “tiempo es tejido”, es decir, mientras antes logremos realizar un diagnóstico efectivo, más probabilidades de éxito tendrán las terapias que apliquemos y menor será el impacto a largo plazo en los tejidos afectados.
Es de suma importancia entonces poder manejar rápidamenteestas patologías cuando son detectadas en las UEH, pero esaún más importante la prevención y el manejo de los factores de riesgo modificables, que son, principalmente, dietas pocosaludables, sedentarismo, consumo de tabaco y otras sustancias(alcohol y drogas), además de enfermedades de alta prevalenciacomo la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, la dislipidemiay la obesidad. El IAM, la enfermedad en que súbitamente se obstruyen las arterias coronarias, parcial o completamente, puede manifestarsede diversas maneras.
La más común es referida como un dolor torácico súbito, opresivo, de alta intensidad y persistente desdesu inicio, que frecuentemente ocurre en el centro del pecho y que puede irradiarse hacia los hombros, brazos, cuello, mandíbula, espalda, sea en reposo o durante la actividad física, y que se asocia a síntomas neurovegetativos (sudoración, mareos, vómitos, compromisos de conciencia, entre otros) y cuya ocurrencia tiendea ser más frecuente entre la cuarta y quinta década de vida en las personas con las enfermedades previamente descritas, y también posible en pacientes más jóvenes con fuerte predisposición genética a las ECV (principalmente dislipidemias o antecedentes de familiares con cardiopatías coronarias) y al consumo excesivo de drogas ilícitas (principalmente cocaína) y alcohol.
Por eso, ante la ocurrencia de estos cuadros, acudarápidamente a la Urgencia más cercana (SAPU, SAR o la UEHdel HRC) para realizar a la brevedad un electrocardiograma(ECG) que nos ayudará a determinar si existe o no obstrucción completa de arterias que irrigan el corazón, examen que es de vitalimportancia para establecer terapias inmediatas, intervenciones, riesgo de complicaciones y el servicio hospitalario de destino paracontinuar con su estudio y observación.
Como meta de manejo en los IAM, desde el primer contacto médico (para realizar e interpretar un ECG) hasta la administración endovenosa de los fármacos trombolíticos, es que sea dentro de los 120 minutos iniciales de evolución del cuadro de acuerdo conlas recomendaciones internacionales que nos permiten controlarlos síntomas y la progresión del daño a nivel del tejido miocárdico.
En el HRC contamos con los recursos para el diagnóstico ymanejo inicial como avanzado de los IAM, permitiendo su ingresoa unidades monitorizadas hasta lograr su traslado al centrocon las competencias para realizar finalmente la Intervención Coronaria Percutánea (ICP). En casos de atención en urgencias de establecimientos de atención primaria, una vez realizado el ECG, son capaces dederivarnos rápidamente a los pacientes con alta sospecha deIAM mediante el SAMU, resguardando la monitorización duranteel traslado, para que completemos su manejo y estudio.
Finalmente, es tarea de todos cuidarnos y manejar lo que está a nuestro alcance: diagnosticar oportunamente patologíascrónicas, realizarnos controles periódicamente, adherirnos a lostratamientos entregados y cambiar nuestros hábitos cotidianos, todo para disminuir la probabilidad de que las ECV puedan ocurrir. En el caso de que estas sean inevitables y ocurran, y para cualquier otra urgencia, estaremos atentos para su diagnóstico ymanejo, con el trato más oportuno, digno y cercano que podamos ofrecer..