Sargento Aldea: legado de valentía y lealtad a 145 años del Combate Naval de Iquique
Sargento Aldea: legado de valentía y lealtad a 145 años del Combate Naval de Iquique En las aguas turbulentas del puerto de Iquique, el 21 de mayo de 1879, durante el célebre Combate Naval que enfrentó a la corbeta chilena Esmeralda contra el monitor peruano Huáscar, nació una leyenda que el tiempo no ha podido borrar: el Sargento Juan de Dios Aldea Fonseca, símbolo de valentía, lealtad y sacrificio absoluto por la patria. A 145 años del combate, su memoria se revive con fuerza en el mes de las Glorias Navales, cuando el país entero honra a los héroes que dieron su vida por Chile. Aldea, un joven soldado de la artillería de marina, acompañó sin titubeos al Capitán Arturo Prat Chacón en el temerario abordaje del Huáscar, gesto que selló su nombre en la historia. UN HOMBRE DE VOCACIÓN TEMPRANA Nacido en Chillán el 24 de mayo de 1853, hijo del profesor José Manuel Aldea y de Úrsula Fonseca, Juan de Dios mostró desde pequeño virtudes cívicas, académicas y morales. A los 19 años, motivado por su amor a la patria, se enlistó voluntariamente en el ejército, incorporándose al batallón de Artillería de Marina. En 1873 ascendió a Cabo 2º, y en 1877 fue promovido a Sargento 2º, mismo año en que se embarcó en la vieja corbeta Esmeralda. Jamás imaginó que sobre las cubiertas de esa nave, descrita como “la mancarrona”, enfrentaría su prueba suprema. EL VALOR EN LA CUBIERTA DEL HUÁSCAR El 21 de mayo de 1879, mienlos cañones tronaban tras en la rada de Iquique, Aldea se sumó a la ofensiva encabezada por el Capitán Prat. Junto al soldado infante de Marina Arsenio Canave, saltó al abordaje del Huáscar, en una acción suicida de cuerpo a cuerpo. Apenas puestos sobre la cubierta del blindado enemigo, fueron recibidos por una andanada de fuego desde las troneras. El Sargento Aldea resultó gravemente herido por impactos de bala, mientras intentaba resistir junto a sus compañeros.
Su cuerpo fue posteriormente desembarcado malherido, junto a los restos mortales de Prat y Serrano, quedando a las afueras de la antigua Aduana de Iquique, agonizando por horas sin recibir atención médica, en medio de la hostilidad de un pueblo ocupado por fuerzas enemigas. Se le negó auxilio sanitario por parte del comandante peruano Miguel Grau, y fue gracias a ciudadanos europeos no bomberos, como falsamente ha circulado que fue trasladado finalmente al hospital de sangre. UNA MUERTE SILENCIOSA, UN RECUERDO ETERNO El 24 de mayo de 1879, tres días después del combate, Juan de Dios Aldea falleció producto de sus heridas. Fue sepultado sin honores ni ceremonia oficial, en circunstancias que hoy se consideran indignas para quien dio su vida por la nación. Estudios y documentos históricos recientes han desacreditado versiones románticas sobre su funeral con pompa o participación de bomberos iquiqueños, indicando la ausencia de respaldo documental en tales afirmaciones. Sin embargo, su legado no fue olvidado. Hoy su nombre es sinónimo de lealtad sin condiciones, de obediencia consciente, de valor genuino. En cada ceremonia del 21 de mayo, junto a los nombres de Prat, Condell y Serrano, resuena también el de Aldea, con la fuerza de quien cumplió su deber hasta el último aliento. SÍMBOLO DE PATRIOTISMO PARA LAS NUEVAS GENERACIONES El Sargento Aldea no sólo vive en los libros de historia o en los nombres de calles y escuelas. Su ejemplo inspira generaciones de chilenos a encarnar valores como la vocación de servicio, el sacrificio colectivo y la fidelidad al deber.
“El Cavanchino está más orgulloso cuando recuerda a los que cayeron por él”, se escucha decir cada año en la plaza 21 de Mayo de Iquique, donde su memoria es honrada por marinos, escolares y ciudadanos de todas las edades. A pocos días de una nueva conmemoración nacional, Chile vuelve la mirada al pasado no solo para recordar, sino para honrar la memoria de quienes dieron su vida con coraje inquebrantable.
Y en ese homenaje, el Sargento Aldea ocupa su sitial de honor, como ejemplo eterno de valentía y lealtad.. A días de conmemorar un nuevo 21 de mayo, la figura de Juan de Dios Aldea se eleva como emblema del sacrificio y patriotismo. Su heroico actuar en el abordaje del Huáscar junto al Capitán Prat sigue siendo un ejemplo inmortal de compromiso con la patria. Por : Alejandro Aguirre San Martin