La carrera por el talento global
Sinnúmero de razones, algunas comprensibles y otras no tanto, la migración se ha transformado por estos días, de manera global, en una mala palabra.
Con mayor o menos intensidad, impulsadas por el la delincuencia importada o azuzadas por la refriega política, las élites, y la ciudadanía con ellas, discuten fórmulas para blindar sus fronteras, aumentar los requisitos de ingreso y, de ser posible, disuadir a quienes pretendan probar suerte en tierra ajena. Dicha perspectiva, sin embargo, podría estar perjudicando también la atracción de talento calificado; pers que aportan conocimiento, experiencias y energía a las sociedades en las que aterrizan.
The Economist cita un estudio de la Universidad de Harvard que, observando lo que les sucedió a distintos equipos de investigadores cuando murió un colega, muestra que la pérdida de una capacidad intelectual de un inmigrante redujo la productividad de los compañeros de trabajo (medida en patentes) casi el doble que la pérdida de un investigador nativo.
A partir de esto, el estudio estimó que los inmigrantes en Estados Unidos, aunque sólo reprenas “Los países exitosos en la atracción de profesionales calificados pueden situarse un paso adelante en los indicadores de competitividad global”. Sentan el 14% de la población, son responsables de un 36% de la innovación. «A medida que la globalización del capital se estanca, el flujo de cerebros a través de las fronteras se convierte en una forma cada vez más importante para que se difundan nuevas ideas», señala el artículo.
Desde luego, Estados Unidos, China y la mayoría de los países desarrollados han declarado su intención de acoger y recibir inmigrantes altamente calificados, en especial en campos considerados estratégi cos, como la inteligencia artificial y otras tecnologías, o bien que son valorados porla población, como la medicina.
Sin embargo, factores como la obsesión de China por la seguridad; la tendencia del Reino Unido a dificultar la instalación de ciudadanos extranjeros, o el enrevesado y sumamente restrictivo sistema migratorio de Estados Unidos, han hecho que dichos países pierdan terreno. No sólo frente a estados autocráticos y financiados por el petróleo —como Dubai—, sino también frente a otras democracias desarrolladas, como Canadá, Australia o Portugal. Según señala el reporte, dos principios resultan fundamentales para facilitar la atracción de capital humano calificado. El primero, que eliminar obstáculos y barreras administrativas es más eficaz que ofrecerincentivos para profesiones específicas. El segundo, que los criterios para decidir a quién admitir deben ser lo más simples y objetivos posible. Por supuesto, el aumento de la migración, incluso aquella más calificada, tiene desventajas que los países receptores deben enfrentar, como el aumento del precio de la vivienda. Pero hay pocas dudas de que países exitosos en la atracción de profesionales calificados, en áreas estratégicas, pueden situarse un paso adelante en los indicadores de competitividad global.
El temor a la migración masiva, y sus impactos negativos, no debiera cegar a quienes toman decisiones de política pública. «Aquellos (países) que no logren desplegar una mejor alfombra de bienvenida desperdiciarán la oportunidad de acelerar la difusión del conocimiento y hacerse más prósperos».