Desafíos y oportunidades en un año de transición
Desafíos y oportunidades en un año de transición o]ColumnaCarlosCruz, Director ejecutivo Consejo de Políticas de InfraestructuraPSD urante este año, Chile ha sido sacudido por una seriede eventos que han captado la atención pública y afectado profundamentela estabilidad social e institucional del país.
Además de los episodios de violencia que han remecido a la ciudadanía, hemos visto cómo casos de corrupción, tráfico de influencias y la destitución de altos cargos en instituciones clave han generado un impacto significativo en nuestra convivencia. En este contexto, el país se prepara para las próximas elecciones de gobernadores, alcaldes, consejeros regionales y municipales, fundamentales para definir el futuro de nuestros territorios en los próximos cuatro años. Enparalelo astas dificultades, hemos comenzado avislumbrar una mirada más optimista en lo económico.
Durante 2024, Chile ha avanzado hacia una normalización de sus principales variables económicas: se proyecta un crecimiento del 2,5%, la inflación ha sido controlada, las tasas de interés se mantienen enniveles razonables y el presupuesto público está equilibrado. Estos avances han permitido al país concentrarse nuevamenteenel crecimiento y desarrollo económico. A pesar de que algunos consensos nose han hecho explícitos, se perciben ciertos acuerdos que nos permiten proyectar de mejor manera. Uno de los principales desafíos identificados es el aumento delainversión. El gobierno ha tomado medidas parareducir los obstáculos que impone la compleja red de instituciones, normas, reglamentos y criterios que muchas veces dificultan la implementación de proyectos de inversión. Asimismo, ha manifestado un fuerte compromiso con el desarrollo de industrias emergentes, como el Hidrógeno Verde y el Litio, que tienen el potencial de posicionar a Chile como un actor relevante en los mercados internacionales. Estas se sumarán alos sectores ya consolidados como la minería, la industria agroalimentaria y forestal, además de algunos servicios que comienzan a emerger. Este esfuerzo se ha acompañado por un aumento en la inversiónen infraestructura. Instituciones comoel Ministerio de Obras Públicas (MOP)a través de recursos públicos y el aporte de lasempresas concesionarias, empresas como EFE, el Metro y lasempresas portuarias, han incrementado su actividad. Este dinamismo prometeser un motor importante para la economía en 2025, ampliando la conectividad y fortaleciendo la competitividad. Juntoaestasiniciativas se haidentificado la urgente necesidad decerrar brechas enservicios esenciales. La escasez derecursos hídricos, lafalta de viviendas y las carencias en lossectores desalud y educación siguen siendo problemas críticos. Incluso sectoresopositoresreconocen quesino se abordan estas materias podirían desencadenarse conflictos sociales importantes, como ya haocurrido en el pasado reciente. Sibienestos avances y acuerdos no constituyen unaestrategia integral de desarrollo, representan una base sólida para iniciaruna conversación profunda sobreelfuturo del país, que necesariamente debe considerar formas de agregarle más valora nuestras exportaciones. Como CPI, proponemosreforzar estos consensos mediante propuestas programáticas en infraestructura paralos candidatos presidenciales que competirán en 2026. Creemos firmemente que, con una infraestructura de nuevageneración, Chile puede alcanzar un mayor crecimiento através dela ampliación de sus opciones, mejorar la calidad de vida desus habitantes y generar más empleo. Para lograr estos objetivosserá crucial aprovechar todaslas fuentes de financiamiento disponibles, establecer una institucionalidad ordenada que facilite la toma de decisiones y desarrollar una logística eficiente que mejorela competitividad del país. También esfundamentalresolverlos rezagos en recursos hídricos y en la construcción de viviendas, aprovecharlas ventajas dela generación eléctrica no convencional y garantizar que el acceso a Internetse conso-lide como un bien nacional de uso público. Nuestro propósito es contribuir a un diálogo amplio que se enfoque en las oportunidades de desarrollo y que deje atrás las divisiones y conflictos que dificultan la construcción de un futuro próspero para todos. Con esta visión, aspiramos a consolidar una economía más inclusiva y sostenible, que nos permita proúyectarnos con optimismo en los próximos años..