EDITORIAL: La economía de Kamala Harris
EDITORIAL: La economía de Kamala Harris Un gran debate --acompañado de muchas críticas-se ha producido a partir de la propuesta de Kamala Harris de "prohibir los aumentos excesivos de precios de alimentos y almacén", como mecanismo para enfrentar el alza sostenida de precios que ha tenido Estados Unidos en los últimos años.
Aunque el fenómeno inflacionario en ese país está en franca normalización, su impacto sobre los salarios reales y los votantes parece ser de tal magnitud que la actual vicepresidenta considera atinente su propuesta de regular los precios. Las críticas a esta posición no se han dejado de s e n t i r.
D e s d e Trump, que la c a l i f i c ó c o m o una política soviética, a numerosos economistas que han salido a señalar los efectos perniciosos de este tipo de medidas que, aplicadas en el pasado en Estados Unidos y en Chile, y en lo más reciente en Argentina y otros países en desarrollo, han significado tantos costos sociales y mercado negro. Hay expectación respecto de las propuestas de la candidata demócrata, toda vez que su carrera política ha sido relativamente corta y sus referencias económicas, más bien escasas. Es por ello que su referencia a la fijación de precios ha causado tanta repercusión. Pero hay otras áreas donde las posiciones recientes de Harris han suscitado dudas importantes. Por ejemplo, su propuesta de aumentar fuertemente los impuestos junto a considerables subsidios en vivienda, salud y energías verdes, anticipa un incremento significativo de la deuda pública. En el caso del impuesto corporativo, su mención de aumentarlo desde 21% a 28% representa una amenaza que se debe tener en cuenta para el dinamismo económico en ese país.
Los planteamientos iniciales de Harris parecen decididamente orientados a la redistribución e c o n ó m i c a, a partir de un enf r e n t a m i e n t o entre consumidores y empresas. Esa lógica justifica la importante inclinación hacia la i z q u i e r d a c o n que ha sido catalogada su candidatura.
Hasta ahora, el fuerte dinamismo de Estados Unidos ha estado dominado por un auge de la demanda, tanto de los consumidores, que todavía mantienen fondos en exceso derivados de los apoyos de la pandemia, como por el alto déficit fiscal. Nada asegura que ello continúe en el futuro si fuertes regulaciones y mayores impuestos se establecen. Las primeras señales económicas de Harris parecen dar por sentadas las bases del crecimiento en Estados Unidos, proponiendo una agenda más intervencionista, profundizando la línea de Obama y Biden. Sus planteamientos iniciales parecen decididamente orientados a la redistribución económica, a partir de un enfrentamiento entre consumidores y empresas. La economía de Kamala Harris.