Autor: PADRE RAÚL HASBUN
COLUMNAS DE OPINIÓN: Paz
COLUMNAS DE OPINIÓN: Paz OPINIÓN PADRE RAÚL HASBUN HASBUN Paz an Agustín definió la Paz como la "tranquilidad en el orden". Hoy, el mundo sufre intranquilidad y desorden. Entonces ¿ todo tiempo pasado fue mejor? San Agustín responde: "quienes dicen eso, es porque no les tocó vivirlo. Si fuera así, igual se habrían quejado" Siempre es posible evitar, o poner término a la guerra internacional, mediante la mesa de negociación diplomática.
Chile y Argentina, por mediación de San Juan Pablo II y su Cardenal Samoré, dieron al mundo ejemplo de cómo prevenir un baño de sangre entre naciones hermanas, llamadas a unirse y cooperar, en lugar de aniquilarse y odiarse. Y cuando el propio país es mal conducido, la paz brota de una leal negociación entre gobernantes y opositores; evitando, en diálogo sincero, una guerra civil armada. Lamentablemente, Chile está hoy demasiado lejos de constituir un Reino de Paz. Cada día se cometen múltiples y sangrientos asesinatos, robos y asaltos. Respiramos tóxica inseguridad, incertidumbre e indefensión. Cuesta encontrar un trabajo formal, bien remunerado, y cotizable previsionalmente. Empresas constructoras e inversionistas sucumben ante un cúmulo de exigencias burocráticas, que tardarían años en cumplir. Desalentados, prefieren emigrar hacia horizontes más amigables.
Pero nuestras carencias e incertidumbres son ínfimas, comparadas con lo que sucede, hace interminables meses y años, en Palestina e Israel: la Tierra Santa donde nació, se educó, hizo milagros, murió y resucito Jesús, Salvador y Redentor de todos. Corre allí un baño de sangre, un martirio de millones, que no cesa de fluir y crecer. La casi totalidad de sus víctimas son civiles indefensos, en especial niños y mujeres. Viven aterrorizados por el fragor de las bombas, que destruyen e inutilizan casas y departamentos, mercados, escuelas, templos, hospitales, ambulancias. Y no se detienen, siquiera por un mínimo de humanidad, ante el hambre, la sed, la enfermedad, la inanición, el raquitismo. Huir es imposible, los millones de desplazados de sus hogares ya destruidos, sólo tienen el mara la vista; o la muerte segura, dondequiera se encuentren. Se pacta una tregua de pocos días, para vacunar a los pequeños contra la poliomielitis.
Pero esos niños vacunados, igual están fatalmente destinados a morir: no habrá vacunas contra la creciente dificultad para ingresarles alimentos y medicinas, ni contra bombardeos que asesinan supuestos terroristas, también supuestamente escudados en estos pequeños: sus restos quedarán sepultados bajo escombros.
Las mediaciones de paz fracasan, la violencia criminal persiste y se incrementa, la ONU muestra su ineficacia, las Cortes Internacionales de Justicia no consiguen hacer respetar sus veredictos, reina la ciega obcecación por aniquilar al enemigo desde la infancia, para que no llegue aser "terrorista". Pero en esa Tierra Santa nació el Rey de la Paz. Él, y su Madre Bendita, esperan nuestra oración y trabajo. La guerra es el fracaso total de nuestra dignidad humana. La Paz será siempre posible, y mejor. Paz será siempre posible, y mejor. Paz será siempre posible, y mejor. Paz será siempre posible, y mejor. Paz será siempre posible, y mejor..