Columnas de Opinión: Individualismo frenteamplista
Columnas de Opinión: Individualismo frenteamplista COLUMNA DE OPINIÓNEn una reciente entrevista, Gabriel Palma, hombre de izquierda, profesor en las universidades de Cambridge y de Santiago, padre del “Palma ratio” que permite analizar la desigualdad más allá del Gini, supervisor de Mario Marcel y ami-go de muchos de los que pasamos por Cambridge, hizo una dura crítica al Frente Amplio. Califica como negativo el legado de este gobierno y cree que la izquierda será “inelegible por una generación”. También apunta al “individualismo de izquierda” del sector. Según Palma, a los jóvenes frenteamplistas solo les interesan los derechos personales, la crueldad con los animales, el aborto libre, la diversidad de género, pero no los pobres.
Remata diciendo que “noconozco a alguien del Frente Amplio que antes de ganar la presidencia haya puesto un pie en una población o en un campamento” (La Tercera, 1 de marzo). Ahora bien, muchos de esos jóvenes sí pusieron sus pies y cabezas en alguna prestigiosa universidad extranjera.
Entre 1980 y 1999, el Estado de Chile entregó un promedio de 56 becas por año para estudiar un doctorado o magíster en el extranjero (un promedio anual de 34 para PhD y 22 para magíster). Las becas aumentaron de manera explosiva.
Entre el 2000 y el 2019, Chile financióun promedio de 545 becas por año para estudiar en el extranjero (un promedio anual de 254 para PhD y 291para magíster). Si durante los veinte años del período 1980-1999 fueron becados 1.130 universitarios para estudiar en el extranjero, en las primeras dos décadas de este siglo esa cifra llegó a 10.892. En resumen, las becas para estudiar fuera de Chile aumentaron casi diez veces a partir del nuevo milenio. Y los flamantes posgraduados tenían la obligación de regresar a Chile. Como podrá imaginar, la demanda académica no dio abasto. Esta nueva élite de privilegiados vivió en países desarrollados y estudió en las mejores universidades del mundo al alero del wokismo. Regresaron carga-Esta nueva élite de privilegiados vivió en países desarrollados y estudió en las mejores universidades del mundo al alero del wokismo. dos de grandes ideas y teorías con una nueva visión del mundo. Y aunque no se puede generalizar, muchos aprendieron un par de cosas, pero creyeron saberlas todas. Durante el frenesí del estallido social confundieron los derechos humanos universales con sus derechos particulares. Y a Piñera con Pinochet. Tal vez la tolerancia a la tontera rebasó sus límites.
Ya no vemos peces sintientes jugando fútbol y tampoco usamos el lenguaje inclusivo de “todes, todxs o tod@s”. El “hartazgo” que explica Arturo Pérez-Reverte en su artículo“El triste precio de la estupidez”, también hizo de las suyas en Chile. Como dice el gran novelista, “se granjearon, tras calzarnos tanto miedo y basura, la antipatía de la gente normal”. Al final la izquierda woke frenteamplista, bautizada con ingeniosa precisión como “Ñuñork”, cavó su propia tumba. Y ahora con Tohá de candidata seguirán refugiándose en la Concertación que tanto atacaron y despreciaron. Eso sí, este matrimonio sufrirá algunos ajustes de poder. Hay muchas cuentas por cobrar. Si la izquierda se caracteriza por su compromiso social con los pobres, la crítica de Palma al individualismo frenteamplista es demoledora. Aunque abundan los escándalos del tipo “cada uno mata su piojo”, donde la realidad supera a la ficción, este individualismo es diferente. Su relación con la responsabilidad, que es solo responder por nuestros actos, es escurridiza.
La ministra vocera del Gobierno, comentan-do las discretas respuestas del Presidente por el caso Monsalve, declaró: “se pudo haber hecho mejor, pero se hizo de manera correcta”. Detrás del habitual seguimos aprendiendo o un todavía no es suficiente, aparece lo correcto. En fin, frente a cualquier error o crisis solo recuerde el apagón la responsabilidad suele ser de otros. Pero su crítica más severa es por los pobres. Lo triste es que sin plata y con bajo crecimiento siguen esperando. Si desea comentar esta columna, hágalo en el blog. COLUMNA DE OPINIÓN Por Leonidas Montes