Frackers estadounidenses y autoridades saudíes le dicen a Trump que no realizarán más perforaciones
Frackers estadounidenses y autoridades saudíes le dicen a Trump que no realizarán más perforaciones Después de que muchos productores perforaran en exceso hasta la quiebra durante el auge del esquisto, la industria ahora se centra en mantener bajos los costos. AP Keith Kellogg, enviado especial de Trump a Ucrania y Rusia. AFP CONTENIDO LICENCIADO POR THE WALL STREET JOURNAL Se avecina un enfrentamiento entre Trump y Arabia Saudita por los precios del petróleo, dijo uno de los exfuncionarios estadounidenses.
Los asesores de Trump han sincerado a algunos donantes de petróleo y gas que entienden que el Presidente no puede confiar en los frackers estadounidenses para aumentar la producción en el corto plazo, cuentan conocedores de las discusiones. "Las empresas ya no buscan el crecimiento a cualquier precio", dijo Kaes Van't Hof, presidente de la productora de petróleo del oeste de Texas Diamondback Energy. "El esquisto está en una fase muy diferente de su ciclo de vida". A más largo plazo, los asesores afirman que el apoyo de Trump al petróleo y el gas estadounidenses (incluso eliminando las regulaciones ambientales) hará que el sector sea más atractivo para los inversores. Eso, a su vez, conduciría a un mayor flujo de capital hacia la industria y, en última instancia, aumentaría la producción. Facilitar la construcción de oleoductos y otras infraestructuras también Presidente ha declarado una "emergencia energética" nacional y ha prometido reducir a la mitad los costos energéticos generales de los estadounidenses.
Keith Kellogg, enviado especial de Trump a Ucrania y Rusia, ha dicho que los productores mundiales deberían intentar reducir los precios del petróleo a US$ 45 el barril, para presionar a Rusia a poner fin a la guerra con Ucrania. Esos precios podrían ser desastrosos para los frackers estadounidenses y Arabia Saudita, los dos amigos más poderosos de Trump en el mercado petrolero mundial.
La última vez que los precios cayeron por debajo de los US$ 45, durante la pandemia en 2020, provocaron una dolorosa guerra por la participación en el mercado entre Arabia Saudita y Rusia y llevaron a la quiebra a docenas de perforadores de esquisto. Si los precios del petróleo cayeran, Arabia Saudita tendría dificultades para generar suficientes ingresos para pagar los servicios sociales, los pagos mensuales a los ciudadanos y los grandes proyectos de infraestructura. Según el Fondo Monetario Internacional, necesitará unos 90 dólares por barril este año para equilibrar su presupuesto. El Presidente Trump quiere impulsar la extracción de petróleo, pero sus aliados en la industria del esquisto estadounidense y Arabia Saudita se oponen a ello.
Trump lleva meses alentando a la industria del esquisto estadounidense a que "perfore, perfore, perfore", pero no se prevé que se produzca otro auge petrolero en Estados Unidos en un futuro próximo, por mucho que se desmantelen las regulaciones, según los ejecutivos del sector. Después de que muchos productores perforaran en exceso hasta la quiebra durante el auge del esquisto, la industria ahora se centra en mantener bajos los costos y devolver dinero a los inversores. Los asesores del Presidente admiten que los frackers estadounidenses no extraerán mucho más, según personas familiarizadas con el asunto.
Los asesores dicen que su mejor palanca para reducir los precios podría ser persuadir a la Organización de Países Exportadores de Petróleo y a Arabia Saudita, el líder de facto del grupo, para que agreguen más barriles al mercado. Pero Arabia Saudita ha dicho a exfuncionarios estadounidenses que tampoco está dispuesta a aumentar los suministros mundiales de petróleo. Algunos de esos exfuncionarios han compartido el mensaje con el equipo de Trump. El Presidente cree que una nueva oleada del petróleo resolvería muchos de sus problemas: podría frenar la inflación y allanar el camino para recortes de las tasas de interés. También podría fortalecer su posición en futuras confrontaciones con los petroestados Rusia e Irán. En un discurso pronunciado en enero, Trump dijo que tenía previsto pedir a Arabia Saudí y a otros miembros de la OPEP que redujeran los precios del petróleo. El Presidente tiene previsto visitar el reino en uno de sus primeros viajes al exterior de su segundo mandato, y se espera que presione personalmente para que Arabia Saudí aumente la producción petrolera. La fijación de Trump con los precios del petróleo es irritante para algunos en la industria.
Actualmente, los precios rondan los US$ 73 por barril, un valor relativamente bajo en comparación con 2022, cuando promediaban más de US$ 94 por barril y el precio promedio nacional de la gasolina alcanzó un récord de más de US$ 5 por galón. Los precios de la gasolina promedian US$ 3,10. El podría aumentar la demanda de combustibles fósiles, lo que podría estimular la perforación, afirman los asesores. Las aspiraciones de aumentar marginalmente la producción estadounidense con el tiempo no son completamente irreales, dijo Ed Crooks, vicepresidente para las Américas de la consultora energética Wood Mackenzie. Depende de si la administración es capaz de mejorar la economía de la producción, pero podría llevar años y palidecería en comparación con los años de auge del gas de esquisto. Entre los primeros cambios regulatorios de Trump, "no vemos nada que haga una diferencia colosal en la economía de la producción", dijo Crooks. Los ejecutivos petroleros admitieron que esperan que la producción estadounidense, que ya se encuentra en niveles récord, crezca modestamente este año, a menos que los precios se disparen. El Departamento de Energía proyecta que la producción nacional aumentará alrededor de un 2% a unos 13,7 millones de barriles por día para diciembre, y luego se mantendrá relativamente estable en 2026. Ese nivel de producción no sería suficiente para saciar el apetito inmediato de Trump por un manantial de petróleo.
También podría obstaculizar su capacidad de imponer sanciones a Rusia o Irán por su petróleo y gas, medidas que probablemente llevarían a una menor cantidad de barriles en el mercado y a un aumento de los precios del petróleo, socavando la promesa de Trump a los votantes.
Antes de la investidura, el equipo de transición de Trump dijo a la gente que tenía la intención de ir a Arabia Saudita para obtener garantías de que intervendrían para llenar el vacío si aumentaba la presión sobre Irán. El equipo de Trump ha estimado que las exportaciones de Irán podrían reducirse entre 500.000 y 750.000 barriles por día debido a las sanciones que se están considerando, reconocen involucrados con el asunto.
Las sanciones que se están discutiendo si Irán no frena su programa nuclear incluyen apuntar a los puertos chinos que importan petróleo iraní, a los acuerdos petroleros iraquíes con Irán y a otros lugares utilizados para facilitar la transferencia de petróleo iraní. A dos exfuncionarios estadounidenses se les dijo que el reino se mostraría reacio a apresurarse a aumentar la producción porque temían que se repitiera el exceso de oferta de 2019.
Ese año, la administración Trump pidió al reino que anticipara el regreso del embargo a Irán abriendo los grifos, pero Trump sorprendió a los saudíes al permitir exenciones para algunos compradores de petróleo iraní en Asia, lo que condujo a un exceso de oferta de petróleo y a precios más bajos. Otro factor es que los saudíes dicen en privado que necesitan la participación de Rusia en la OPEP+ (una alianza entre el cártel y otros productores, incluida Rusia) para sostener los precios. El gobierno saudí también está dando prioridad a las relaciones pacíficas con Irán, un cambio radical con respecto a su actitud adversaria en 2018. En aquel entonces, los saudíes se oponían al acuerdo nuclear y respaldaban las sanciones. Ahora, el reino quiere ser parte de las negociaciones nucleares en lugar de presionar en su contra, dicen los funcionarios saudíes. Traducido del inglés por "El Mercurio". La emergente disputa por el precio del petróleo: Frackers estadounidenses y autoridades saudíes le dicen a Trump que no realizarán más perforaciones COLLIN EATON, BENOIT FAUCON Y BENOIT MORENNE. THE WALL STREET JOURNAL. El Presidente de EE.UU. plantea que valores más bajos resolverán muchos de los problemas del país, pero encuentra resistencia temprana en el mercado petrolero. SOLUCIÓN El presidente cree que una nueva oleada del petróleo resolvería muchos de sus problemas..