Autor: MAUREEN LENNON ZANINOVIC
Cristián Opazo revela la fuerza teatral de los 80
Cristián Opazo revela la fuerza teatral de los 80 PUBLICACIÓN Una mirada retrospectiva:“N o fui al Trolley ni a la Spansí me crié en un espacio dex, pero puedo decir que donde existió un mito donde se construyó nuestro presente, muestra idea de libertad y de contracultura urbana. Somos la generación que se crió a la sombra de ese mito”, señala Cristián Opazo (Santiago, 1979), académico de la Facultad de Letras UC.
En un café de la calle Tomás Moro, rememora a “Artes y Letras” que a mediados de los 90 se arrancaba del colegio para ir a las fiestas de la Blondie: local que abrió en la estación metro Unión Latinoamericana en 1994 y donde los sonidos de Morrisey, The Smiths y Boy George, entre otros, inundaban cada rincón de este epicentro de la vida nocturna. “En esa discoteca se escuchaba música new wave de los 80, con una curaduría que rescataba ese mito que se construyó en las fiestas de la generación anterior”, revela. A medio camino entre la crónica y el ensayo, el también profesor visitantedel Kings College de Londres acaba de publicar “Rímel y gel.
El teatro de las fiestas under” (Ediciones Metales Pesados), en el que según sus propias palabras “hilvana una memoria de desacatos festivos de una constelación de artistas teatrales que desearon sus primeras barricadas en la pista de baile”, y en espacios icónicos de los 80 y principios de los noventa, como El Trolley, el Garage Internacional de Matucana y las fiestas Spandex en la calle San Diego 1035.
De esta manera, Opazo instala, en este marco temporal, el legado de cinco imborrables creadores ligados a las artes de la representación de nuestro país: Jorge Díaz, Ramón Griffero, Andrés Pérez, Pedro Mardones y Vicente Ruiz. Junto con ello, señala que desde sus primeros años de estudios universitarios de Literatura, en el Campus Oriente UC, empezó a escudriñar en torno al mundo de los 80 e inicios de los 90.
“Mi libro lo que trata de contar es que, en un minuto donde las universidades estaban en crisis y con programas de estudio que no se habían modernizado, hubo una fuerza juvenil que comenzó a ca-Múltiples capasPara Cristián Opazo, otro elemento a considerar es que, a fines de los 80, arribó a nuestro país un número importante de jóvenes retornados y que hablaban variados idiomas “y se encuentran con una generación que estaba pateando piedras, como la canción de Los Prisioneros, y entre todos ellos se da un ejemplo que todavía me conmueve, de solidaridad, colaboración y de compartir contactos.
Es un círculo virtuoso entre jóvenes marginados y retornados”. Opazo añade que le interesó dar cuenta en “Rímel y gel” de esta complementariedad y de revisitar “clásicos notables como Cinema Utoppia, de Ramón Griffero; las performances de Vicente Ruiz y la llegada de La Negra Ester, de Pérez; pero también formas de bailar y de convivencia que se enraízan en esas fiestas”. ¿Por qué incluyó a Jorge Díaz, quien vivió en España?“A Jorge Díaz todavía le adeudamos decenas de lecturas y mi libro intenta entregar una capa más. Cuando él se instala en España, crea una imagen pública, y que envía cada vez que viene a Chile; es decir, la imagen de un señorALLINIPALRACrecatado, de vida ascética, desconectado de la vida nocturna. Muy de su casa.
Sin embargo, en el texto de él Todas las fiestas del mañana que se recuperó en 2013, gracias a un equipo conformado, entre otros, por Carola Oyarzún y María Teresa Salinas, lo relevante es que encontramos modismos de los 80. Al leerlo uno puede exclamar qué raro, es como si Jorge Díaz hubiera ido a las fiestas Spandex. Él, estando en España y supuestamente encerrado, conocía la noche madrileña como nadie. En un momento dado de la investigación terminé dando con el fotógrafo Jesús Sebastián González, a quien cito en el libro, y me comentó que le pareció ver a Jorge Díaz en el Café Manuela. Un chileno que se instalaba en la movida madrileña. Eso me interesó con este libro: no dar retratos fijos de los personajes, sino mostrar sus múltiples caras.
Con Jorge Díaz tuve la oportunidad de conversar en susúltimos años de vida santiaguina, en el Café Tavelli, y ahí descubrí que escuchaba a Lou Reed y a The Velvet Underground: ¡ Fascinante! Ojalá que los que lean este trabajo logren emocionarse y descubran que Jorge Díaz fue más que El cepillo de dientes”, cierra. RÍMEL Y GEL. EL TEATRO DE LAS FIESTAS UNDERCristián Opazo. Metales Pesados 313 páginas, 2024 $19.000 nalizar su creatividad por otros espac i o s. Y e s t a s m í t i c a s f i e s t a s s e convirtieron en la fachada de centros culturales clandestinos, donde las puertas no cerraban. En el Garage de Matucana, por ejemplo, se grababa música y había talleres. Lo mismo en el Teatro Esmeralda”, dice el también autor de “Pedagogías letales.
Ensayo sobre dramaturgias chilenas del nuevo milenio” (UC-Cuarto Propio). A medio camino entre la crónica y el ensayo, el académico de la Facultad de Letras UC acaba de publicar, bajo el sello Metales Pesados, “Rímel y gel. El teatro de las fiestas under”. PUBLICACIÓN Una mirada retrospectiva:. El profesor de la Facultad de Letras UC Cris-