El controvertido balance de la "Cuarta Transformación" de López Obrador en México
El controvertido balance de la "Cuarta Transformación" de López Obrador en México En términos económicos, el gobierno de López Obrador concluirá con un crecimiento raquítico: un promedio de apenas 1% del PIB anual, según los datos oficiales, por debajo del 2,1% que promediaron los tres sexenios anteriores y lejísimos del 4% anual que prometió al inicio de su mandato.
Es el peor registro desde el período de Miguel de la Madrid (1982-1988), cuando la economía se expandió 0,2%. López Obrador se escuda en que le tocó sortear "algo extremadamente excepcional", como fue la pandemia en 2020, cuando la economía registró una caída histórica de -8,6% del PIB, y ha señalado que desde 2021 el país ha crecido 3,4% en promedio.
El Presidente también ha destacado que al comienzo de su gobierno la economía de México ocupaba el lugar 15 del mundo y ahora está en el 12; que el país desplazó a China y Canadá como el principal socio comercial de EE.UU. ; recibió el año pasado un "récord" de US$ 36.000 millones de inversión extranjera y que "por primera vez en 50 años" el peso mexicano no se ha devaluado y, al contrario, es la segunda moneda en el mundo en fortaleza en relación al dólar.
Pero ese balance no convence a los expertos. "Desde la `década perdida' de los ochenta México no había experimentado una tasa de crecimiento tan baja como la del período 2019-2023", comenta el economista Emmanuel Salas, académico de la UNAM. "La recesión causada por la pandemia fue la más severa en la historia económica del país, y por primera vez en 40 años, México tardó más de un año en recuperar su nivel de producción previo a la recesión.
Estos resultados no ocurrieron de manera aislada, sino que se vinculan al ambiente beligerante que el Presidente promovía diariamente en sus conferencias matutinas", señala el analista, quien destaca que decisiones arbitrarias de AMLO, como la cancelación de la construcción del nuevo aeropuerto de Ciudad de México, "deterioraron el clima de negocios, impactaron negativamente en la inversión privada y contribuyeron al bajo crecimiento económico", al tiempo que el "enfoque aislacionista" del gobierno le hizo perder oportunidades como el nearshoring.
El impacto de los programas sociales En general, los economistas le reconocen a AMLO que --apegado a su consigna de austeridad-mantuvo los equilibrios macroeconómicos, aunque les preocupa el creciente gasto de los últimos años, al calor de la campaña electoral, que se proyecta podría aumentar la deuda pública a cerca del 52% del PIB, ocho puntos más que en 2018.
Como principal logro de su gobierno, López Obrador e incluso sus críticos resaltan el combate a la pobreza: según los últimos datos oficiales disponibles, durante su sexenio la población en situación de pobreza cayó del 41,9% al 36,3%, mientras que en su última cuenta pública el mandatario estimó que 9,5 millones de mexicanos salieron de la pobreza.
El gobierno señala que esto se debió a la fuerte expansión de los programas sociales --el presupuesto en protección social subió 61% y el gasto en el programa de pensiones para adultos mayores subió 774%--; al histórico incremento en 181% del salario mínimo, y a una tasa desempleo de apenas 2,7%. "De manera positiva, podríamos argumentar que las transferencias directas en forma de pensiones, no contributivas, a adultos mayores han reducido la pobreza, pero la sostenibilidad del programa es cuestionable", señala Salas, quien es pesimista sobre el legado económico que le deja a Claudia Sheinbaum. "El balance general es negativo, y lo más preocupante es que México muestra signos de desaceleración, a pesar de que el gobierno planea incurrir en un déficit elevado (3,3%) para intentar estimular la economía". Bajo crecimiento, pero con menos pobres LA ECONOMÍA mexicana creció un promedio de apenas 1% anual en el sexenio de López Obrador.
FRANCE PRESSE López Obrador comenzó su mandato con la promesa de un giro en la estrategia de la lucha contra el crimen organizado y la violencia endémica de México: "Abrazos, no balazos", fue su consigna, referida a priorizar las causas estructurales del crimen.
Los datos, sin embargo, apuntan al sexenio de AMLO como el más violento en la historia reciente de México: con más de 198.000 homicidios (un promedio de 95 diarios o 1 cada 15 minutos), su gobierno superó el número de muertos de los períodos de Enrique Peña Nieto (165.000 o 71 diarios) y de Felipe Calderón (120.000 o 55 diarios), quien comenzó en 2006 la llamada "guerra contra el narco". Pese a estas cifras, en su último informe López Obrador aseguró que su enfoque "lleva tiempo" y que durante su mandato "se avanzó y ya estamos viendo resultados". Según defendió, la incidencia mensual de homicidios se ha reducido en 19% con respecto a cuando comenzó su gobierno, y luego de muchos años al alza, se aprecia una leve curva descendente en el número de asesinatos: después de alcanzar máximos en 2019 (36.661 ) y 2020 (36.773 ), se comenzó a revertir tímid a m e n t e l a t e n d e n c i a e n 2 0 21 ( 3 5. 7 0 0 ), 2 0 2 2 ( 3 3. 2 8 7 ), 2 0 2 3 (30.565 ) y en lo que va de 2024 (22.010 ). El gobierno también destacó la reducción en más de 15 puntos en la percepción de inseguridad, hasta el 59,4% de la población, y la detención de 94.240 criminales durante el sexenio, incluyendo 8.509 "objetivos prioritarios" como Rafael Caro Quintero, alias "El narco de narcos", y Ovidio Guzmán, uno de los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán. "El balance de la gestión en materia de seguridad de López Obrador es negativo", zanja Armando Vargas, director del programa de seguridad de México Evalúa. "Si bien de 2018 a 2024 existe una reducción en períodos comparables cercana al 20%, este sexenio termina como el más violento en la historia de México.
Ahora, uno podría decir que si bien es cierto que la violencia continúa manteniendo niveles muy altos, en realidad sí hay una reducción, lo que podría dar cuenta de un proceso de pacificación paulatino y sostenido.
El problema con ese argumento es que hoy, como nunca, han aflorado dudas sobre la calidad de los datos de incidencia delictiva en México", señala el experto, quien explica que hay "muchas suspicacias" en la sociedad civil y en la academia sobre cómo se están clasificando ahora los delitos contra la vida. "Hay varias hipótesis sobre la presunta reducción de los homicidios: la primera tiene que ver con la inconsistencia de los datos por manipulación directa o por falta de capacidades de las fiscalías para reportar estos homicidios; otra es que la violencia se reduce pero no debido a la política pública, sino a la dinámica de los grupos criminales". Otra incongruencia de López Obrador fue su promesa de "regresar a los soldados a los cuarteles" en sus primeros seis meses de mandato.
Todo lo contrario: en su gobierno se creó la Guardia Nacional con la idea de que fuese un cuerpo policial de carácter civil, pero finalmente se traspasó constitucionalmente su control a la Secretaría de Defensa Nacional --del ámbito militar-y se aseguró la permanencia del Ejército en labores de seguridad pública al menos hasta 2028.
Además, en este sexenio se registró un inusual incremento de asignaciones a las FF.AA., la mayoría de ellas relacionadas con contratos de obras públicas. "A lo largo del sexenio, lo que vimos fue no solo la militarización de la seguridad pública, que hoy está consolidada como una política de Estado con carácter constitucional que va a trascender períodos, sino que también una militarización del país que se extendió hacia otros ámbitos de la gestión, como la educación, la infraestructura, el desarrollo social y la salud", dice Vargas. "Lo de `abrazos, no balazos' fue una de las grandes mentiras del sexenio, sin lugar a dudas". El período más violento de la historia AMLO TERMINÓ militarizando aún más el combate contra el crimen organizado.
ASSOCIATED PRESS Como el primer presidente abiertamente de izquierda en la historia de México, Andrés Manuel López Obrador asumió en 2018 con una promesa grandilocuente: su gobierno impulsaría una "Cuarta Transformación", una renovación profunda del país al nivel de la Independencia, la Reforma y la Revolución de 1910.
Más allá de los resultados concretos de la llamada 4T, los expertos señalan que parte importante de la alta aprobación con la que termina su mandato --cercana al 65%-se debe a la narrativa única y al poder comunicacional de López Obrador, un orador hábil y teatral que cita de memoria a próceres como Benito Juárez y Francisco I. Madero para que el "pueblo" se sienta partícipe de una gesta histórica liderada por él.
Y lo hizo casi a diario durante seis años en sus "Mañaneras", sus conferencias de prensa a las 07:00 que podían extenderse por más de tres horas, en las que atacaba con vehemencia a sus rivales, divertía con sus frases campechanas y marcaba a primera hora la agenda de los medios y las redes sociales. "La primera explicación a la popularidad de López Obrador es en torno a los símbolos que maneja. Toda la política gira en torno a los símbolos, y él se preocupó de manejarlos bien y estructurar un discurso que hizo sentido a varios grupos de mexicanos, especialmente en clases bajas y medias. Y lo hizo todos los días en las `Mañaneras'", comenta Gustavo López Montiel, profesor de Ciencias Políticas del Tecnológico de Monterrey. Algunos de estos gestos fueron de austeridad, como el de rebajarse el sueldo, convertir en un museo la pomposa residencia oficial o vender el avión presidencial.
Pero AMLO también adquirió un tono demasiado duro y hasta revanchista con sus críticos, a los que llamaba "neoliberales corruptos", "fifís", "oligarcas" y "seudointelectuales", lo que polarizó e intoxicó el clima político y social. ¿Nuevo partido hegemónico? El fenómeno caudillista de AMLO lo traspasó a su partido, Morena, que a pesar de su corta vida --fue creado en 2014-ya domina completamente el Congreso y tiene control de las gobernaciones en 24 de los 32 estados, lo que ha recordado el carácter hegemónico que tuvo el PRI en el siglo pasado.
El "Obradorato" le han llamado algunos, recalcando el rol omnipresente de López Obrador y su "hiperpresidencialismo". Con esta "supermayoría" parlamentaria, López Obrador logró avanzar en controvertidas reformas constitucionales que, según sus críticos, han socavado los contrapesos institucionales. La más polémica fue la recientemente aprobada reforma judicial, que busca que jueces y magistrados sean elegidos por voto popular, lo que se teme podría politizar y afectar la independencia de la justicia.
Con los argumentos de eliminar la corrupción y promover la austeridad republicana, el Presidente también eliminó decenas de órganos autónomos del Estado, como el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación o ProMéxico, en una lista que suma y sigue --algunas están pendientes de su trámite parlamentario-con la desaparición de la Comisión Federal de Competencia Económica, el Instituto Federal de Telecomunicaciones y el Instituto Nacional de Transparencia.
Otro foco de preocupación ha sido su intención de eliminar el Instituto Nacional Electoral, como parte de una reforma política que reduce congresistas, modifica la financiación de los partidos y podría profundizar la concentración de poder. En total, López Obrador envió al Legislativo un total de 101 iniciativas, y sumaría 67 aprobadas (66,3% ) al finalizar su mandato. Su sexenio concluye con 27 reformas constitucionales, un número alto pero inferior a sus antecesores Enrique Peña Nieto (2012-2018), con 28, y Felipe Calderón (2006-2012), con 38.
Sin embargo, muchas quedaron pendientes y serán tarea de su sucesora y heredera política, Claudia Sheinbaum, ya que --el propio AMLO lo remarca-la 4T es un proceso a "largo plazo" que está "en desarrollo". López Montiel asegura que el sexenio concluye con una alerta en términos de cómo se han afectado "la estructura y los contrapesos de la República", con el riesgo de un retorno al "control y la autoridad centralizada" y un liderazgo que se duda vaya a jubilarse. "Hay un tufo autoritario en las estructuras dentro de Morena. Nada más que a diferencia del PRI, donde el líder cambiaba cada seis años, aquí el líder no ha cambiado y va a seguir siendo él. López Obrador ha buscado garantizar no solo la centralización de las decisiones en él, sino también el control al interior del partido y del gobierno hacia el futuro. Este es un partido con condiciones personalísimas, más que institucionalizadas". El polarizante estilo político del "Obradorato" LÓPEZ OBRADOR utilizó sus conferencias de prensa matutinas para marcar a diario la agenda de los medios.
FRANCE PRESSE Este 1 de octubre concluye el sexenio del Presidente izquierdista: El controvertido balance de la "Cuarta Transformación" de López Obrador en México JEAN PALOU EGOAGUIRRE Sus adherentes destacan la reducción de la pobreza y la ampliación de los programas sociales, pero su gobierno cierra como el más violento de la historia y sus detractores advierten sobre los tintes autoritarios de su proyecto político..