Autor: el fortalecimiento de la identidad barrial”.
Carrillón de mi barrio
Carrillón de mi barrio DÍA A DÍALas campanas de la iglesia de mi barrioproclaman alegres que ya es mediodía.
Mientras camino hacia la panadería León, me agrada observar que los vecinos tene-mos todo al alcancede la mano: panade-ría, carnicería, verdu-lería de la señora Fa-dua, botillería, pelu-quería de Felipe, quien, además, oficiade costurero; el alma-cén de Maggi, el ba-zar de Elsa, un lugarde comida china parallevar, otro de comidaecuatoriana, dos co-legios, en fin, todoalrededor de la plaza, y lo que falta lo halla-mos pocas cuadras más allá: lavaseco, fe-rretería, dos bancos con sus cajeros auto-máticos, una caja vecina, restaurantes, va-rias farmacias, un centro médicoLos trabajos finalizarán en marzo de 2025. Escucho, mientras camino, la últimacampanada de las doce y de inmediato em-pieza a sonar el cantode campanas del ca-rrillón. Qué gratos re-cuerdos. Me detengoy entono la melodía:“Salve, Regina, Ma-ter misericordiae, /vita dulcedo et spesnostra salve”. En losaños 50 se rezaba, enespañol, esta Salve, al finalizar la misa, por la conversión deRusia. Lindo mi barrio. Hay de todo, pero elcarrillón, aunque sea una grabación, es unregalo que el alma agradece. En suma, uncarrillón de barrio tan bueno como el mejordel centro. (Si se acordó de farmacia An-drade, tiene usted más de 65 años. )La Plaza Juan Rens está en remodela-ción. Un cartel informa a los viandantes quese trata del “mejoramiento de plazas paraMENTESSANA. DÍA A DÍA