Para cambiar el mundo... primero debo cambiar yo
Para cambiar el mundo... primero debo cambiar yo Columnaly» Dr. FrancoLotito, conferencista einvestigador (PUC)tiva. “Todos nosotros luchamos con tentaciones, distracciones o inacciones, tal como las ganas de “dejarlas cosas para mañana”, conducta llamada procrastinación y de la cual no estamos exentos.
Incluso más, una delas expresiones que escuchamos a menudo es: “¡ Como buen chileno, dejé eltrámite para últimahora!”. La pregunta que debemos plantearnos -muy honestamente, por cierto-, essi esafrase refleja de verdad a un “buen chileno” o, en realidad, estamos frente a una persona desidiosa, negligente y muy poco proacHay evidencias neurocientíficas que demuestran que la volun-esulta curioso advertir que un gran número de personas anda pensando en cambiar el mundo, pero a nadie se le ocurre quelo primero que hay que hacer, es cambiar uno mismo, ya que si bien es cierto no podemos controlar todo lo que nos pasa enla vida, sí estamos en condiciones de controlar dos cosas: los objetivos que queremos lograr y la forma de responder a aquello que nos pasa enel diario vivir. Es verdad quenadie puede obligar a otra personaa cambiar su queella “escomoes”, formadeser, especialmente, cuando asegura sinquele importe el mal queestá causando con su equivocada formade actuar. Más aún, cuando dicha persona funciona en basea sus prejuicios, su odio osuracismo. Tomar el sendero del cambio significa tomar el camino del aprendizaje, es decir, controlar y modificar las conductas y actitudesqueno nos dejan cambiar. Porlotanto, además del deseo dealunagran cuocanzar ciertas metas, se fuerza de: ita tade disciplina y deseos de aprender.
La voluntad se define como la capacidad para controlar el grado de atención que le prestamos a nuestro entorno, a las emocionesque experimentamos yalos deseos quesentimos, ya quetodos estos factores influyen en la salud, en las relaciones interpersonales, así como en el éxito que deseamos alcanzar. tades como un músculo que puede ser ejercitado, araíz de lo cual muchos de los cambios que pudiéramos proponernos se frustran por no tener suficiente fuerza de voluntad, por falta de proactividad y una desidia que impide cualquier progreso. Las personas quetienen un mejor controlsobresu voluntad, su son más efecsus emociones y susacciones, deatención, tivas, felices y saludables, en tanto que sus relaciones son más duraderas, confiables y satisfactorias.
Y otro dato importante: la fuerza de voluntad es el mejor predictor del éxito profesional y académico -incluso más que el coeficiente intelectual-, y un determinante mucho más poderoso a fin de alcanzarlos cambios y los logros que la persona anda buscando..