EEUU: la clase obrera en el centro
EEUU: la clase obrera en el centro Contra años de clintonismo neoliberal EEUU: la clase obrera en el centro por Rick Fantasiat El El lugar central que ocupa la figura figura del trabajador en los discursos politicos estadounidenses di tingue esta campaña presidencial presidencial de las anteriores. En el transcurso de los últimos cincuenta años, uno de los principales principales logros de la ideología neoliheral consistió consistió en eclipsar esta figura socioeconómica socioeconómica del imaginario político estadounidense.
Otros dos actores, ahora fácilmente identificables, identificables, la reemplazaron: el consumidor y el contribuyente, que son la referencia ohl igada igada cuando se trata de definir los contornos contornos del debate público, así como el tenor de las politicassociales.
Unoyotroganaron incluso incluso en envergadura a medida que retrocea retrocea 4;. dían tanto la presencia simbólica como los derechos económicos de la clase obrera (1). En paralelo al desbaratamiento metódico de la protección del trabajador, que se tradujo tradujo en un estancamiento de los salarios, la recurrencia recurrencia creciente a la mano de obra “ocasional”, “ocasional”, una reducción de las prestaciones ofrecidas por los empleadores y un debilitamiento debilitamiento del derecho a huelga, se hizo habitual habitual en Estados Unidos apreciar el progreso económico global desde la perspectiva de la inflación de los derechos del consuniidor(el derecho de elegir, de obtener un crédito, de comprar a cualquier hora, de hacerque le lleven lleven a uno lascompras hastalapuerta decasa, etc.). El contribuyente, por su parte, es invocado invocado asiduamente para justificar la contracción contracción de las ayudas sociales yel rechazo sistemático sistemático de todo gasto público cuyo objeto no sea favorecerla “inversión”, es decir, las ganancias ganancias privadas. Las administraciones demócratas demócratas de James Carter, William Clinton y Barack Obama alentaron este deslizamiento deslizamiento retórico con un celo no menor que el de las presidencias de los republicanos Ronald ReaganyGeorge Bush padree hijo. Punto de inflexión Sin embargo, la llegada de Joseph Biden a la Casa Blanca marcó una ruptura que dio el tono a la campaña.
Haciendosaber desde el comienzo de su mandato que los trabajadores trabajadores y la defensa de sus derechos sindicales constituirian para él una prioridad, el presidente presidente saliente volvió a poner a la clase obreraen primer plano.
La nueva inflexión se manifestó de un modo que no podía ser más claro en el otoño boreal de 2023, durante la huelga de seis semanas que organizó el principal principal sindicato de trabajadores de la industria industria del automóvil, la United Auto Workers (UAW). El objetivo del movimiento era volver volver sobre las numerosas concesiones acordadas acordadas duranteestos últimos veinte años a los “BigThree”lostresgrandes fabricantesdel país: General Motors, Ford y Stellantis, que suiió de la ftsiónenrre Fiat, Chrvslery Peugeot, Peugeot, responsablesde una hajasalarial ydel deterioro de las condiciones de trabajo.
Alrededor Alrededor de seis meses antes, los obreros del sector habían elegido a la cabezade su sindicato sindicato a Shawn Fain, un electricista calificado de 54 años, hijo y nieto de trabajadores de la industria del automóvil, en reemplazo de la dirección suniisa y corra pta que había estado estado en el origen de todas estas pérdidas. Particularmente Particularmente belicoso, el nuevo líder dejó primero que nada en claro que su intención era intensificarla lucha a fin de recuperar las ventajas perdidas. Las negociaciones alrededor de la renovación de las convenciones colectivas se abrieron en un contexto floreciente para para las empresas del rubro del automóvil, que reportaban ganancias en una fuerte alza. Su nueva promesa: las baterías para para los vehículos eléctricos, con seis fábricas fábricas en construcción repartidas entre los tres fabricantes. El 15 de septiembre de 2023, frente al estancamiento de las convcrsaciones con la patronal, la UAW pasó a la acción, marcando el fin de un periodo de relativa calma sindical.
Más que apelar a huelgas simultáneas a nivel nacional, la organización optó por una huelga rotativa: se decretaron paros selectivos en fábricas y depósitos de piezas de armado a lo largo y ancho de todo el país, incluida la zona donde donde se ensamblaban los modelos más rentables. rentables. Esta forma de huelga tiene la ventaja de lini itar las pérdidassalariales, ya que los trabajadores se turnan para parar el trabajo, trabajo, al tiempo que perturba profundamente profundamente la cadena de producción.
En un primer momento, como la UAW anunciaba una semana de antemano la localización de los lugares afectados, los l3ig Three encontraron encontraron un modo de bloquear la medida despidiendo despidiendo preventivamente a miles de empleados empleados de otras instalaciones que correrían correrían el riesgo de ser afectados por un contragolpe. contragolpe. El sindicato decidió entonces, en represalia, no dar más preavisos, impidiendo impidiendo asi toda planificación de la producción. En el momento más álgido de la movilización, movilización, se contabilizaron 45.000 huelguistas sobre los aproximadamente 150.000 obreros obreros de la filial. Una visita inédita Apenas dos semanas después del inicio del movimiento, el presidente luden mostró su apoyo a los trabajadores de la fábrica General General Motors de Belleville, en Michigan. Fue recibido por Fain, orgulloso de subrayar el carácter inédito de la visita nunca antes un presidente en ejercicio había ido al piquete de huelga. Al día siguiente, Donald Trump intentó contraatacar yendoa hablar fi-ente a los empleados(no huelguistasvnosindicalizados) huelguistasvnosindicalizados) de un subcontratista de piezas de armado armado amenosde cien kilómetros de ahí. Sin abordar ninguno de los problemas que habían habían provocado el descontento, seconformó con criticar el entusiasmo de Biden por los vehículos eléctricos, agregando que la UAW tenía que unirse aso propia candidatura.
Un llamado ante el cual Fain permaneció sordo: sordo: “No veo el interés de encontrar me con él, porque pienso que a este hombre le importa importa un rábano aquello por lo que luchamos, aquello por lo que la clase obrera lucha.
Está al servicio de los millonarios, precisamente lo que no va más en este país” (2). Los trabajadores salieron ganadores ampliamente ampliamente en esta huelga histórica En efecto, efecto, los acuerdos firmadoscon los fabricantes prevén un aumento salarial de25%a lo largo largo de cuatro años, un aumento de las pensiones pensiones de la jubilación, un restableci miento de las medidas periódicas de ajuste al costo costo de vida que se habían suprimido durante la pandemia y, finalmente, el abandono del sistema agraviantedelas grillas salariales de doble valencia, que permitía a las empresas contratar nuevos empleados con un salario claramente más bajo que el de los empleados empleados más viejos. Según los acuerdos, las reSS, sa 9 ti A lo largo de su presidencia, Joseph Biden llevó adelante una importante política laborista que fortaleció a los sindicatos y les devolvió derechos a los trabajadores.
El discurso obrerista de Trump, por su parte, es una mera alegoría retórica, como lo confirman sus años de gestión y su confesada postura anti huelguista.. EEUU: la clase obrera en el centro muneraciones del segmento inferior verían hasta un 160% de aumento. La victoria se siguió emulando no sólo entre los obreros sindicalizados sino también de una punta a la otra del vasto sector industrial privado donde la mano ¿ cobra no goza de ninguna representación.
La mayoría de los observadores coinciden coinciden en decir que l3iden, en cerca de cuatro años de mandato. hizo por los trabajadores estadounidenses más que cualquier otro presidente desde Franklin Delano Roosevelt Roosevelt (3). Su infancia modesta en Scranton, ciudad industrial de Pensilvania, en una familia familia católica irlandesa, con un padre que tenía una pequeña empresa y que padeció la movilidad social descendente, puede explicarel explicarel lugar, al menos sentimental, que siempre siempre tuvieron dentro de su visión política las preocupaciones de la clase obrera. Pero el elemento biográfico no agota la cuestión. En 2016, la elección de Tru mp confirmó que el voto obrero ya no era algo que se diera por sentado para los demócratas. Cuando Biden se lanzó a la carrera presidencial en 2020, se impuso la necesidad de restaurar este vínculo tradicional. B idenom ics Ahora bien, la tarea era ardua.
Ideológicamente Ideológicamente empecinado en definir su electorado en términos de identidad, y entonces a poner poner de relieve las experiencias ya contrastadas contrastadas de inclusión o exclusión de los diferentesgrupos, el diferentesgrupos, el Partido Demócrata dio laespalda laespalda al concepto de solidaridad de clase ya las formas especificas de resentimiento que éste éste implica (salvo durante el breve momento de gloria de Bernie Sanders). Por otra parte, hizo suyo el consenso económico neoliheral neoliheral que ve en las “fuerzas del mercado” árbitros árbitros perfectamente legítimos del valor ydel cálculo moral.
Finalmente, tuvo que en frentar frentar a un Partido Republicano metamorfoseado metamorfoseado que, al mismo tiempo que se proponía arrasarcon los fundamentos mismos del proceso proceso democrático y el ceremonial político, pretendía proteger al trabajador estadounidense estadounidense de la “carnicería” provocada por el libre libre mercadoylaglobalización. Ya electo presidente, Biden tomó el toro toro por las astas y, en apenas algo más de tres años, logró volver a poner a la mano de obra ya los sindicatos ene1 centro de laeconomia.
Las fuerzas contrarias eran poderosas, tanto en Wall Street, que se inclinaba tradicionalmente tradicionalmente hacia el lado opuesto, como ene1 Senado, Senado, donde los demócratas sólo disponían de una muy pequeña mayoria, ven la Cámara de Representantes, donde los republicanos dominaban y la extrema derecha buscaba abiertamente sabotear el trabajo gubernamental, gubernamental, o incluso en la Corte Suprema, sumamente sumamente servil de los círculos empresariales. empresariales.
Pero gracias a una sabia dosificación de la presión política en un contexto de emergencia emergencia inédita creado por la pandemia, la administración administración Biden logró impulsar una suerte de “estrategia deshock a la inversa”, y hacer adoptar un ambicioso plan degastos.
Cerca de la mitad de esos cerca de 3,5 billones billones de dólares financió desgravaciones fiscales destinadas a compensar el impacto impacto negativo del Covid, mientras que 1 billón debería destinarse a lo largo de diez años a volver a poner en estado las infraestructuras infraestructuras del transporte nacional (rutas, puentes, vías férreas para la circulación de pasajeros y mercancías, aeropuertos y redes de transporte transporte comunes). Los fondos públicos sirvieron sirvieron también para sostener proyectos de desarrollo desarrollo de energías verdes, para aumentar las subvenciones federales, para reducii el costo de las coberturas en salud y para lanzar un programa de negociaciones con los laboratorios laboratorios farmacéuticos a fin de hacer bajar el precio de ciertos medicamentos prescriptos alosbeneficiarios de Medicare(la obra social de los juhilados). Yaeso se agregó un presupuesto presupuesto de varios cientos de billones de dólares dólares que tenía que permitir atraer a inversores privados y crear, casi en su totalidad, una industria industria estadounidense de chips electrónicos, electrónicos, con el objetivo de garantizar, hacia el año 2030, un quinto de la producción mundial de esos componentes sofisticados. La ráfaga de inversiones apuntaba, entre entre otras cosas, a rehacer y renovar el sector sector manufacturero en las regiones donde estaba declinando o era inexistente.
La desindustrialización de amplias zonas del territorio, combinada con décadas de antisindicalismo antisindicalismo encarnizado de parte de la patronal, tuvo como efecto cavar una fosa entre las organizaciones sindicales y los bastiones tradicionales de la clase obrera. obrera.
Simultáneamente, ésta se des solidarizó solidarizó del Partido Demócrata, incluidas las áreas en donde estaba vinculada por todo tipo de lazos políticos, culturales e institucionales institucionales a escala local (4). Así, las “Bidenomics” “Bidenomics” (neologismo para Biden yeconomics) yeconomics) constituyeron un conjunto de políticas políticas industriales dirigidasaaquellos olvida. dos por la prosperidad ciudadanos cada vez menos inclinados a votar demócratas y que podrían, sobretodo, mostrarse cada vez más receptivos a los llamados a rechazar rechazar la democracia misma(5). Por lo demás, hubo medidas que apuntaron apuntaron específicamente a facilitar la implantación implantación de sindicatos, particularmente la que excluye de los contratos federales a las empresas empresas acusadas de actividades antisindieales antisindieales (que son moneda corriente en Estados Unidos) (6). En un sistema en el cual las negociaciones negociaciones colectivas y el diálogo soc ial siguen siguen siendo extremadamente descentralizados descentralizados (y conflictivos), sólo un décimo de la niano de obra está sindicalizada 7%enel sector privado, 35 %en el sector público (7) mientras que muchas ventajas básicas sólo benefician a los asalariados de las empresas dotadas de representación sindical.
Por otra parte, personalidadesconoeidas por su compromiso en favor de los trabajadores trabajadores integraron las filas del National Labor Relations Board (NLRB), la agencia federal que se ocupa de controlar la aplicación de la legislación laboral ylas buenas prácticas en materiade negociaciones colectivas un campo en el cual, todavía hoy, las infracciones infracciones son mayoritarias. Biden también puso a la cabeza de la Federal Trade Commission (FTC) a Lina Khan, una joven jurista que no da cuartel contra las fusiones industriales, en particular en el sector tecnológico.
Falso obrerismo republicano Con un “laborismo” inspirado en el ala izquierda izquierda del campo demócrata, a contramano contramano del clinconismo neoliberal, Biden preparó preparó a los suyos para librar la feroz batalla electoral en curso, una batalla muy diferente diferente de las precedentes, porque el Partido Republicano Republicano de otras épocas se convirtió en el partido de Trump. Al candidato republicano republicano le gusta proclamar que “ningún presidente presidente fue tan bueno como él con los trabajadores”. trabajadores”. Trump y su compañero de lista James David (“J.
DT)Vanceunantiguoinversor DT)Vanceunantiguoinversor de capitales de riesgo de Silicon Valley, Valley, autor de 1-fillbilly Élégie, hest-seller en el que cuenta su infancia pobre en los Apalaches Apalaches (8)se posicionan como los salvadores de Estados Unidos, como los que correrán al auxilio de sus compatriotas oprimidos por toda una serie de “malvados y horribles” personajes, sea que los llamen inmigrantes, inmigrantes, demócratas, expertos, académicos, izquierdistas, izquierdistas, progresistas y comunistas.
Para ellos, la figura del trabajador no remite a una fuerza social tangible que se puede defendero defendero movilizar; es una alegoría retórica que se usa para enmascarar designios políticos que, si se desplegaran a la luz del día, parecenan odiosos. Durante su presidencia, Trump no hizo prácticamente nada para mejorar la situación situación material de los estadounidenses, a fortiori fortiori aquella de los más humildes.
Salvo por una renegociación bastante anecdótica del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), su administración ofreció generosos regalos fiscales a las empresas y a los más afortunados, y se esforzó, por diversos diversos medios, porsocavarel poder de los sindicatos. sindicatos.
El NLRB, mientras sededicabaa erosionarel erosionarel derecho a huelga, autorizó asia los empleadores a recurrir abusivamente a la clasificación de “trabajador independiente” una categoría que no implica e1 derecho a sindicalizarse, pero también a despedir a asalariados en razón de sus actividades sindicales sindicales (aunque no haya sido el motivo oficial que seenunció). En agosto último, en ocasión de una entrevista con Elon Musk difundida en X, e1 candidato republicano reveló el trasfondo trasfondo de su pensamiento sobre el derecho a huelga.
Mientrasque su interlocutorse decía listo para dirigir una comisión sobre la eficacia eficacia del gobierno dentrude su futura administración, administración, Trump se deshizo en elogios sobre la firmeza del dueño de Tesla y SpaceX respecto respecto de sus empleados: “Lo adoro.
Usted es el mejor desengrasante de todos. ] Veo cómo lo hace: ni bien llega, dice:, Quieren renunciar? renunciar? Empiezan con la huelga y dice: Bien, están todosdespedidos. ¡Todos!. ¡Usted es el más fuerte! Encajaría perfectamente [en una administración Trumpj”. A falta de transformar la vida cotidiana de los obreros, Trump no dejó de atizar sus disconformidades, disconformidades, sus miedos y sus prejuicios. Uno de sus rituales favoritos consiste en ensuciar ensuciar públicamente a personalidades o instituciones instituciones bien instaladas con la finalidad de provocar un shock en su auditorio. No hay duda deque, para quienes se sienten excluidos excluidos o marginados por el “sistema”, este tipo de performance aporta una prueba desu garra. garra.
En contrapartida, en sus giras de campaña campaña en pueblitos rurales o industriales, Trump y Vance se cuidanhien de decir abiertamente ¡ oque piensan de los trabajadores y del movimiento movimiento obrero, ycon razón: como los republicanos republicanos tradicionales, combaten todo lo que podría reforzar la posición de la clase obreraen la sociedad. Las únicas excepciones a la regla: los sindicatos de la policía, mayoritariamente mayoritariamente alineados conellos, y los Teamsters íHermandad Internacional de Camioneros], que decidieron no tomar partido por ninguno ninguno de ambos candida tos.
Si Sean t)Brien, presidente de ese histórico sindicato de camioneros, camioneros, ahora ampliado a otras profesiones, profesiones, fue invitado en julio a hablar frente a la convención republicana, su denuncia del poder ilimitado de las empresas le valió entonces entonces ser copiosamente abucheado por los delegados.
En suma, el “obrerismo” de la candidatura republicana se sintetiza en una posición simple que se supone que expresa la opinión de un obrero fantasmagórico: un hombre blanco, fuerte, duro ante el mal, que existe como entidad individual, pero de ninguna ninguna manera como reprcsentantedeuna clase clase o de un movimiento. Votar por demócratas En el campo opositor, Kamala Harris y su compañero de lista Timothy Walz se esfuerzan esfuerzan por demostrar que están del lado de las clases trabajadoras, entonces de los sindicatos. Bajo la batuta de Walz, Minnesota Minnesota adoptó el cuerpo legislativo más favorable favorable a los trabajadores desde hace décadas, décadas, un resultado ampliamente saludado por lasorganizaciones sindicales.
En cuanto cuanto a Harris, codirigió, en la Casa Blanca, en su calidad de vicepresidenta, un “grupo de trabajo sobre la sindicalización y autonomizaeión autonomizaeión de los trabajadores” (9). Con un pedigrí seniejantey una tasa de desempleo que oscila en torno al 4% desde hace un año, nos inclinaríamos a imaginar a los demócratas demócratas seguros de poder contar con los votos obreros.
Sin embargo, la combinación combinación de un modo de escrutinio alambicado, deunaclara des politización del electorado y de una polarización en alza de la sociedad bajo influencia de los medios masivos confiere confiere a las sirenas contestatarias de Trump un poderdeseducción bastante mayorque lo que deberían tener.
Si a eso se agregan las diferentes huelgas que sacudieron la economía durante estos últimos meses, parecen creadas todas las condiciones para para crear un clima de profunda incertidumbre incertidumbre respecto del día después del escrutinio, y quizás respecto del porvenir mismo de la clase obrera estadounidense.
LCfNick Fiatasia. [)ictarure serle pmlécariaL 5fratgies de réprcssion vi Iravail sus Éiats-uniç, Ae:esdekj Rechercheeri Sciences Sxfales, N 138, Paris, jun jode 2001.2.Ton, Perkins:TrumpurgesuAWwendorsehimin speech ni nonuninnearparts maker”, The Gria ni ion, l. ondres, 25 dv sepliembre de 2023.3. Lyni Press:fliden ja che niostpro-Iabor presideas since rna. Wjll ir niarter in Novetnber?”. llleNcw Yo*er, lSde abril dc2024.4.Lainey Newman yTheda skucpol. Rust Mt Union Blues. Whv Working-Class Vners Arr TurningA wavfrnm thr Democroiic Pçsrtv, Colu rubia University Presa, Nueva York, 2023.5. Aurelia Gasayflavid Madland. communides char lnstmanufaeturingjobsaremain beneficiariesnf luden Adniinistratinnsnew industrial pnlicy”. Center for American Irogress. 6 de marzo de 2024. www. ainericanprogress. org 6. Jonathan Wrismaii, ”Flush wirh federal ninnev, scrings attached. a Deep South factory voteato unionize, Tire New York Times, 12 de mayo de 2023.7. cf Rick rantatia y lan voss., Des rcytadiears dosaessiques. RépnL\siun pat mnaktt nbíistancr. nr.dirolr ata EraisUnis, Raisonsdagir. Paris. 2003. &Jarncs David Vance.
HÜ1hil! yEkie (inicia] mente publicadoenllarpercollins. en 2016; reeditado en Evcrgrcen, 2017), L. eLivre de poehe, Paris, 2018.9.StevcnGrccnhouse, ”WhvHarrisVPvhoiccisgood news for workvrs. 6 dv agustode 2024. https;//slate. coni Profesor emérito cte sociología en el Smith College de Northampton, Massachusetts. (oaulor, iunto con Kim Vos. de Des svncltwts cbmestious Rnression pat rancIe et rsistcnce svndicale cItux tcts-Unis. Raisorisdagir, Paris. 2003), Traducido del inglés: Élise Roy Traducción del francés: Menina Massip.