La preparación frente a un año difícil
La preparación frente a un año difícil prendente frente a la incertidumbre que existe en los mercados globales. La segunda parte de su presentación estuvo dedicada a una descripción general de los desafíos de un nuevo entorno internacional.
Esto incluyó un análisis de las políticas comerciales del Presidente Trump y sus efectos sobre el comercio, tasas de interés, tipo de cambio y otros riesgos, para luego aterrizar la discusión en el potencial impacto sobre las exportaciones chilenas.
Al finalizar, planteó que la principal fortaleza de Chile para enfrentar el escenario es su reputación como socio comercial confiable, por lo que, señaló, es importante “cuidar entre todos la reputación de Chile, cooperar y actuar coordinadamente, al margen del año electoral”. Parece importante reflexionar sobre lo anterior, pues puede ser interpretado como un nuevo llamado a sus propias huestes respecto de la necesidad de evitar profundizar el deterioro institucional que tiene al país convertido en uno más de la región.
Desde las investigaciones por corrupción hasta los problemas de gestión, pasando por la incapacidad de controlar la violencia y delincuencia, es evidente que Chile perdió posiciones en cuanto al orden y certeza jurídica en la región durante la actual administración. La oposición debe también internalizar la responsabilidad en esta pérdida reputacional y sumarse a todo esfuerzo por detener esta evolución frente a un 2025 de alta incertidumbre internacional.
El cambio en el orden económico mundial, en especial por lo que parece ser un drástico giro de la posición de EE.UU. respecto del comercio internacional, es un desafío significativo para las economías emergentes, alejadas de los grandes centros y abiertas al mundo. En este contexto, las palabras del ministro de Hacienda, Mario Marcel, en el seminario organizado por BTG, eran esperadas con expectación por el mercado. La primera parte de su presentación puso el foco en 2024 y tuvo tres objetivos.
Primero, insistir en que el crecimiento del año anterior sería 2,5%, lo que implicaría superar “ampliamente el crecimiento tendencial y las expectativas de mercado de fines de 2023, validando las proyecciones del Ministerio de Hacienda”. A la espera de la cifra final del Banco Central, el debate respecto de cambios marginales parece algo inocuo.
Segundo, plantear una crítica hacia la discusión pública que, de acuerdo al ministro, “tiende a distraerse con componentes estacionales o transitorios, sobreponderando los datos negativos”. Tal incomodidad frente a las críticas es natural para una administración que no ha logrado dar con medidas para mejorar de forma significativa el crecimiento mensual ni afectar permanentemente las estimaciones de crecimiento tendencial.
Y tercero, ubicar a 2025 como un año en que no parecen existir grandes impedimentos para crecer “igual o más que en 2024”. La afirmación puede ser algo sor-Por su parte, la ausencia de una batería específica de nuevas medidas para acelerar el crecimiento económico en 2025 o preparar a la nación respecto de los vaivenes de los mercados internacionales, con efectos que van desde el tipo de cambio hasta nuestras cuentas fiscales, sorprendió. Esto cobra relevancia frente a la necesidad de conocer el plan de Hacienda para hacerse cargo de los gigantescos desequilibrios que se produjeron en 2024, reconocidos como una amenaza para nuestra estabilidad fiscal. Ahora, tampoco es posible descartar que la ausencia de una nueva agenda desde la actual administración sea deseable, sobre todo si permite centrar el foco en la gestión. Esto podría evitar que el crecimiento del gobierno bajo el mandato de Gabriel Boric sea, marginalmente, no el peor desde el retorno de la democracia.
Como ha ocurrido históricamente, quizás con la excepción de 2021, el fin de un gobierno da espacio para que la competencia por llegar a La Moneda genere propuestas en todo el espectro político para promover el progreso y el crecimiento. En esta oportunidad, tal necesidad es superlativa. Chile requiere un menú de programas país que permita retomar el crecimiento económico a la brevedad. La atracción de la inversión será clave. El foco de las campañas deberá estar puesto ahí. De no ser ese el caso, será una señal clara de la desconexión de la clase política con nuestra realidad..