No diga completos mojados, diga completos al vapor...
No diga completos mojados, diga completos al vapor... P ensé preguntarle a Juan Pablo Albornoz si recordaba la primera vez que se comió un completo.
Pero era una pregunta absurda. ¿Quién se va a acordar de su primer completo, de si fue un italiano o uno con todo? ¿ Si fue en un pan mojado o calentado en un tostador o en un horno? No, definitivamente era una estupidez. O tal vez no. Opté por variar un poco la pregunta.
Le consulté: ¿ de dónde te viene el interés por el mundo de los completos? Y la respuesta, para mi sorpresa, se pareció un poco o al menos eso pensé, a la que yo me había imaginado cuando pensaba preguntarle por sus recuerdos. Me dijo que quizás su afición le venía de las completadas del colegio o cuando, en los 90, compraba la promoción en los carritos de la 5 Oriente. Entonces recordé una historia parecida. A mi mamá en el colegio preparando completos en los recreos. El olor del chucrut, de la vienesa cocida, del pan frío. De la ventana que daba a un pasillo en donde los compañeros hacían fila. Hasta ahí la coincidencia. Porque yo no soy un catador de completos, ni hago reels que subo a Instagram, ni me regalan cuadros con la temática del completo, ni me hago tatuajes alusivos. Con suerte voy a los carritos y tengo la añoranza de los completos del Ibiza. Juan Pablo, elocuente, es el señor completo.
El catador, el influencer, el fotógrafo devenido en comunicador especializado en el sabroso y popular mundo de las vienesas envueltas en pan y aderezadas con palta, tomate, mayo y otros ingredientes a gusto del cliente. ¿Reels? Había escrito rils en la libreta de apuntes. Juan Pablo me explicó que se trataba de historias que grababa con su celular visitando locales de completos y que luego subía a Instagram. Google me aclaró que se escribía reels y no rils. El primer reels fue uno que grabó en una noche o madrugada de carrete. Con unos amigos se acercó a los carritos y comenzó a grabar. No sabe muy bien cómo llegaron a un enfrentamiento entre los defensores del pan mojado y quienes lo repudiaban. Por si usted no se ha enterado, lo del pan mojado hace referencia a la técnica de calentar el pan al vapor, regla general en los carritos. A Lucía Baeza, quien hace 8 años atiende el carrito número 5 "Sabores de Talca", no le gusta el "mote" de completos mojados. Por favor, son completos calentados al vapor. También desmiente el mito de que a la palta le echen agua. Es poco más de mediodía y al carrito se acercan dos jóvenes. Lucía los saluda chocando sus puños. Tiene carisma Lucía. Le gusta el contacto con la gente. Se crean lazos. Le traen el título universitario, le presentan a la polola. Se las arregla para aclararle a un australiano lo de los completos mojados. La visitan tiktoker. Lucía podría ser perfectamente parte de la tradición que anuncia que Talca es la ciudad de los completos. Como una marca registrada, como aspirar a una denominación de origen. ¿Y si los completos mojados, que me disculpe Lucía, son parte de la identidad de Talca? No es broma. Unas estudiantes de arquitectura de la Universidad de Talca realizaron su tesis tomando como referencia este tema. Las chicas, dice Lucía, venían a comer al carrito. Y Juan Pablo, que también está al tanto de la tesis, acota que el proyecto incluye una intervención en la ciudad. Entonces, si la academia se ha tomado en serio lo de la ciudad del completo debe ser por algo. Si a eso sumamos el poder de las redes sociales tenemos un cóctel perfecto. Abundan youtubers, tiktokers e instagramers probando los completos talquinos.
Opinando del pan mojado, de la mayo casera, del tomate y la palta, del "repleto", de "Donde Alex", de "Donde El Lulo", de "La Cafetería". Una larga lista y, como siempre, en gustos no hay nada escrito. Todo va sumando a favor de la ciudad del completo. En ese ambiente se mueve Juan Pablo Albornoz. Vio la oportunidad y la está aprovechando. Se ha transformado en un instagramers de los completos con sus reels que han llegado a más de 30 mil reproducciones. Al video de los carritos se han ido sumando otros, tanto en Talca como en otras ciudades. Lo llamaron unos venezolanos que tienen un local en Santiago y que querían sumar a su oferta los completos mojados. También está preparando un documental. En fin. No para. Se tatuó un completo en el brazo y un amigo le regaló una pintura. Y va a participar en el Festival del Completo, a realizarse el próximo 18 de noviembre en la Plaza Las Heras. La ciudad del completo toma forma. Es el antídoto perfecto al cartel de ciudad "freak", ese que hace referencia a la ciudad de las "guaguas cambiadas" y del primer caso de Covid. Un desmentido a los comentarios, como el de una gringa youtuber, que hablan de Talca como una ciudad fome. Cosas, dice Lucía, negativas. Y si los completos ayudan a cambiar esa imagen, bienvenido sea. Completos al vapor, nunca mojados. Rodrigo Contreras Vergara La ciudad del completo se levanta desde las cenizas del viejo hospital de las guaguas cambiadas, del primer caso de Covid, del cartel de ciudad fome. Una nueva ciudad que se saborea con panes calentados al vapor, tomate, palta y mayo casera. Con festivales y tesis universitaria.
Y un anfitrión que sube videos a TikTok y se tatúa un completo en el brazo Juan Pablo Albornoz, comunicador, instagramer, fotógrafo; y Lucía Baeza, defensora del completo al vapor, que no es lo mismo que completo mojado..