Algoritmos con ética
Algoritmos con ética ColumnaRaúl Caamaño Matamala, profesor Universidad Católica de Temuco¿ Cuándo regiremnos o. 2 conduciremos designios de personas, personales genuina elección y no POr«nresión” r “presión pres algorítmica?west-ce que c'est? ¿ Qué es esto? ¿ Uno con otro? ¿ Ciencia y tecnología huma¿ Qué influye en qué? ¿ Es posible? Yo, sí, creo que nizadas? C'est posible? es posible. ¿Cómo? ¿ Por qué? Porque quien, quienes se ocupan de la ciencia, de la tecnología son, ni más ni menos, personas que se han educado, formado en espacios comunitarios abocándose a sus estudios, a sus investigaciones y han sido educados por profesores que han privilegiadola formación ese, por propia y "*tices más, matices menos, ha sido siempreel propósito de sus comunidades educativas.
Que ya suman y suman los años en que nos estamos lle-nando de claves, de contraseñas, de huellas, de iris, denúmeros y más números, de caracteres y más caracteres, ya no queda espacio en una pequeña libreta para anotar esas claves, y es que son muchos los vínculos con servicios, empresas, bancos, compañías de seguros, tarjetas,... ¡cómo no volver ala libreta de ahorro del Banco del Estado! Así comenzó todo, así comenzó todo. Ahora toda conducta o comportamiento es seguido de cerca por algún algoritmo. Todo está controlado.
Saben, sesabe, “alguien” sabe que tenemos interés en la compra deun producto, y asínos llenan de avisos, de “anuncios”, como dice mi pequeña nieta, solo porque, precisamente en algún anuncio, algo, algún producto llamó nuestro interés, porque cliqueamos sobre su imagen, incluso solo por error. Bastó, solo eso bastó, para que luego, asomen varias veces sino el mismo anuncio o similares de la misma empresa, y esto casi como persecución. Y no nos debiera extrañar que hasta lleguen hasta nuestro número de contacto telefónico. Lo mismo si eres o somos de cierto tramo etario, por distintas vías asoman las ofertas, sino de seguros, de camposantos, de.. . un sinfín de productos, tangibles e intangibles. Todo, casi todo es objeto de dominio, sino acoso. ¡Qué decir de los llamados telefónicos o spam, o correos electrónicosno deseados, nosolicitados, que diariamente saturan, sino agobian, hasta la saciedad. Felizmente, se anuncia legislación en contra de esa práctica abusiva.
Ojalá mermen. ¿Es que la preeminencia de los algoritmos en nuestra vida presente y futura implicará siempre dominio de ellos? ¿ Cuándo regiremos o conduciremos designios personales por propia y genuina elección y no por “presión” algorítmica? Sin duda, es preciso dar atención a los algoritmos, en su origen creados por humanos, que sí ayudan, pero ya se entrometen demasiado en nuestras vidas, en nuestros dominios, se anticipan, y no pocas veces deciden por nosotros. También es claro, debemos convivir con ellos, pero sí se debe procurar hacerlo con asomos de humanidad. ¿Se puede? ¡ Sí, se puede!.