Kamala en la pelea
Kamala en la pelea LA CARRERA PRESIDENCIAL ha vuelto a dar un giro, esta vez en contra de Donald Trump y a favor de los demócratas.
Hasta hace pocas semanas, parecía que Trump se encaminaba a un triunfo en la elección de noviembre luego del desastroso desempeño del Presidente Joe Biden en el debate de la CNN, y tras el intento de asesinato del candidato republicano, donde este surgió como un mártir rebelde y luchador contra cualquier obstáculo. La presión al interior del Partido Demócrata, de grandes donantes de campaña y de figuras emblemáticas pidiéndole a Biden que bajara su candidatura surtió efecto. Biden, en un acto de generosidad política para quien ocupa el poder presidencial de la principal superpotencia del mundo, anunció que desistía de su postulación, y que apoyaba la candidatura de su vicepresidenta, Kamala Harris.
Harris, mujer de origen jamaicano e indio, ex fiscal general de California y senadora por el mismo estado, antes de ser escogida por Biden como su compañera de fórmula en la elección presidencial de 2020, transformó el panorama electoral. La aprobación de Harris subió 6 puntos en escaso tiempo. Una tarea esencial de un candidato presidencial en EE.UU. es unir a su partido, crear entusiasmo sobre su postulación, y apagar cualquiera disidencia. Hay que recordar que en convenciones demócratas pasadas afloraron fuertes divisiones y amargos enfrentamientos, restándole fuerza al candidato finalmente elegido.
En 2008 quienes apoyaban a Hillary Clinton se enfrentaron a los partidarios de Barack Obama en plena votación, y en la convención de 2016 hubo fuertes protestas y se restaron del encuentro numerosos partidarios de la candidatura de Bernie Sanders. Biden no había logrado un consenso en torno a su postulación, pese a haber ganado las primarias, y las voces crecían en su contra.
En cambio, Harris ha conseguido ese objetivo fundamental de unidad, reflejado en la energía a su favor, y la de su carismático candidato a vicepresidente Tim Waltz, en la Convención Nacional Demócrata de Chicago que los ungió formalmente.
Antenoche, el discurso de aceptación de Kamala Harris como candidata demócrata a la presidencia fue sólido, se le percibió segura, apeló al voto de centro con sus propuestas económicas, hizo un relato de su historia personal, fue firme en materia de política exterior, y movilizó las emociones y entusiasmo, esenciales aspectos de una campaña política. Su discurso final de la convención fue precedido del apoyo de grandes oradores como el matrimonio Obama, Hillary Clinton, Alexandra Ocasio-Cortez, Oprah Winfrey, y el propio Presidente Biden. Una candidatura del cambio es siempre favorable, especialmente si los votantes están insatisfechos con el rumbo de un país. Pero, para quien ocupa el segundo cargo de la Casa Blanca es mucho más difícil transformarse en la fuerza del cambio, tomando distancia del Presidente y de la actual gestión gubernamental.
Sin embargo, las encuestan ya demuestran que la gente visualiza a Harris de manera distinta que Biden, y aunque Trump, como opositor, aparece como impulsor de más cambios que Harris, los votantes están divididos sobre si Trump traerá el tipo de cambio deseable. La convención demócrata impulsará aún más la candidatura de Harris/Waltz, como sucede con posterioridad a cualquier convención, sea demócrata o republicana. Pero la competencia es estrecha y un exceso de confianza de los demócratas podría ser un grave error. Hay lo que algunos analistas denominan un "alza de azúcar" (a sugar high) producto de la novedad del lanzamiento de la candidatura de Harris, con todo el atractivo y entusiasmo del que Biden carece. Sin embargo, Trump tiene fuerza en los estados claves o "bisagras" y las diferencias entre ambas candidaturas en esos estados, según las encuestas, están en el margen de error.
Harris aventaja a Trump por dos puntos en los siete estados claves --donde Biden perdía por cinco puntos-y si bien este es un avance notable, Harris no mejoró sus resultados en todos los segmentos demográficos sino solo en jóvenes, votantes mujeres y no-blancos, con escaso avance entre adultos mayores y hombres blancos. A medida que Kamala detalle su programa de gobierno, se abrirán flancos que Trump buscará explotar y distorsionar. Algo de eso ya ha ocurrido con las propuestas económicas que delineó la candidatura de Harris/ Waltz.
El planteamiento de ofrecer bonos para quienes compran una vivienda por primera vez, la construcción de tres millones de nuevas unidades de vivienda, restaurar el crédito tributario por hijos, y, especialmente, bajar los precios de los alimentos, disparó las críticas de republicanos y de algunos economistas demócratas.
Pese a que Harris no habló de control de precios, el candidato republicano calificó la propuesta de "control de precios comunista". Los próximos 70 días veremos una competencia electoral intensa y reñida, esperando que su resultado mantenga y fortalezca la democracia en EE.UU. Heraldo Muñoz fue canciller de Chile entre 2014 y 2018. { OPINIÓN } Kamala en la pelea HERALDO MUÑOZ HARRIS se mostró segura en su discurso ante la Convención Demócrata. THE ASSOCIATED PRESS.