La profesora que dejó su legado en el salitre
La profesora que dejó su legado en el salitre D esde pequeña soñó con ser profesora. Ella y su hermana gemela jugaban y competían para ser una maestra. El amor por enseñar lo tuvo desde sus prime10S años. Delia Carvallo Vergara nació en la oficina Alianza. Junto a su familia recorrió muchas salitreras, entre ellas, Santa Laura, Pena Chica y Don Guillermo. Su padre fue elúltimojefe de población dela oficina Santa Laura en 1960. Delia Carvallo estudió junto a su hermana enel Liceo de Iquique. Luego llegó a Antofagasta para ingresar ala Escuela Normal de Antofagasta en 1961. “Desde niñas jugó con su hermana a la escuela y siempre querían ser la profesora”, puntualizó Carvallo. Alos 15 años iba a un centro de madres que había enel Hospital de Iquique aenseñarles a las mujeres. Siempre supo que su vocación era ser profesora. A los 22 años en 1963 llegó a la oficina JoséFrancisco Vergara como profesora ala Escuela N*14, donde educó a estudiantes de primero ysegundo año. Después se trasladó a Pedro deValdivia por una permuta en 1965 y enlasalitrera trabajó hasta 1995. Los 30 años quetrabajó en Pedro de Valdivia fueron los mejores en su experiencia profesio nal. Llegó como una Jolz y se fue abuelita. Ahí contrajo matrimonio con Cervando Castillo, quien trabajaba en el taller dela Radio PampaTuvo dos hijos: Mariana y Fernando. Vivióhasta 1995 en Pedro de Valdivia, hasta que ce-rróla oficina, y le ofrecieron irse a María Elena, pero su marido falleció, así que tuvo que venirsea Antofagasta. Cuando llegó a Antofagasta en 1996 comenz6a trabajar en la Escuela Juan Pablo Segundo, donde ejerció su labor docente hasta el 2006. Esa escuela valoraron mucho su experiencia y conocimiento como profesora normalista, ya queerauna docente integral con muchos conocimientos distintos. “Les dejé de regalo el himno de la Escuela Juan Pablo Segundo”, puntualizó la maestra. “Creo que mi labor como maestra siempre hasido sembrar. Para uno es una satisfacción ver que sus estudiantes hayan cumplido metas y se superaron. Acá en Antofagasta me junto con exalumnas de Pedro de Valdivia”, comentó Carvallo. “La pampa para mí es muy importante: mis padres fueron pampinos. El hecho de haber conocido distintas realidades nos sirvió mucho. Desde pequeñas éramos conocidas como las mellizas Carvallo. Siempre perteneció al coro y fue parte de la murga. A sus 84 años tiene su mente muy clara y está muy orgullosa de todo lo sembrado”, recalcó Delia Carvallo. “Recuerdocon cariño dela pampa, el esfuierzo y dedicación de las mujeres pampinas. Las madres mandaban asus hijas consus delantales blancos. Las niñas iban muy bien presentadas. Realmente esas mujeres era un orgullo de la pampa. Realmente, admiro a las mujeres pampinas”, comentó la maestra..