¿Ha dicho usted “sentimiento de abandono”?
¿ Ha dicho usted “sentimiento de abandono”? Impactos en el mundo rural popular ¿ Ha dicho usted “sentimiento de abandono”? por BenoTt Coquard y Clara Deville * Se Se ha vuelto evidente: en el medio rural, rural, las clases populares se sentirian “abandonadas” por el Estado. Sería asimismo una de las principales causas causas desu afinidad con la Agrupación Nacional (Rassemhlement national, RN), pero también una puerta de entrada a una derecha que busca busca hacerpie fuera de las grandes ciudades.
Los economistas JuliaCagúyThonias Pikettyhacen Pikettyhacen de la reconquista de las clases populares rurales la “prioridad absoluta para el bloque social-ecológico”, y además invitan a combatir combatir su “sentimiento de abandono” con medidas sociales y económicas adaptadas (i). ¿Pero qué oculta esta expresión en apariencia apariencia benevolente de”sentimiento de abandono”, coreado por todo el campo político y niediático en su conjunto? Se impone un llamada a la prudencia prudencia porque se adivinan más que nunca las consecuencias sociales de estas palabras utilizadas utilizadas para resumir lo que pensarian las clases populares.
Cuando, por ejemplo, la “inseguridad “inseguridad cultural” (2) deviene la clave para comprender comprender el comportamiento de los “pequeños blancos”, esto autoriza a una cierta burguesía conservadora a hacer descansar sobre otros su propio “pánico moral”. Y la agresión semántica que conlleva tal marco de lectura haría olvidar que un movimiento niasivoe inédito conioel de los “chalecos amarillos” sostiene otras reivindicaciones reivindicaciones económicas y socia les la critica al desprecio y la arrogancia del jefe de Estado, el deseo de poder”vivirdignamerite”, la desigualdad desigualdad fiscal. (3) En esto, las clases trabajadoras rurales siguen siendo el arquetipo de la “clase objeto”, “hablada más que lo queella habla”, según según la tesis de Pierre l3ourdieu. (4) ¿ Ausencia del Estado? La explicación de la orientación política por el solo sentimiento de abandono participa del mismo error. Si la expresión se basa en una observación observación tangible, está sujeta a demasiadas simplificaciones en cuanto a los efectos sobre las personasafectadas.
El “abandono” del campo campo por parte de los servicios públicosestálargamente públicosestálargamente documentado. (5) En las ciudades o en los pueblos que hemos estudiado, los habitantes habitantes pasan cada día delante de las ruinas de una vieja maternidad, de un centrode impuestos recientemente recientemente cerrado o de un edilicio del Fondo Fondo de subsidios familiares: todo responde a la caída de la industria, con un paisaje de fábricas destruidas, sin hablar de los pequeños comercios comercios y restaurantes desaparecidos.
Alcanza con iniciar la conversación para escuchan “era mejor mejor antes”, “no hay más que para los otros”, [los gobernantes aol “piensan más en nosotros”. Sin embargo, el voto por la RN no se reduce reduce a una simplebronca popular frente a laausencia laausencia del Estado.
En principio porque no está verdaderamente “ausente”. Ciertamente, decenios decenios de reformas y de racionalización han conducido a concentrar todo en lasciudades, asegurando luego la continuidad territorial mediante el despliegue de soluciones digitales (virtualización de procedimientos administrativos, administrativos, “e-salud”, etc. ), En los lugares donde donde el Estado ya no está “de verdad”, dentro de sus muros ya través de sus agentes, uno pasa aún más tiempoen el camino para encontrar la ciudad. donde se multiplican los contactoscon los representantes del poder que permanecen en su lugar (secretarios del ayuntamiento, agentes de centros sociales, etc. ) En realidad, cuando el Estado se desentiende, su influencia se intensifica: llena la cabeza, devora el tiernpo, tiernpo, invade las casas bajo la forma de memos y de pilas dedocunientos a llenar. Porque el poder del Estado no se detiene en los muros de sus instituciones: él administra a distancia. A distancia porque está lejos del lugar donde viven esas pohlaciones, perosohre todo, porque desarrolla sus actividades cada vez más alejadasde las prácticasordinariasde lasclases populares. Numerosos ejemplos lo ilustran.
La virtualidad que, además de alimentar la “brecha “brecha digital”, profundiza la violencia simbólica producida por el funcionamiento burocrático; la reuhicación urbanade los servicios públicos que exige “ir a la ciudad” fuera de la zona de los recorridos familiares; el desarrollo de la atención atención con cita previa, en fin, que implica la posi bilidad de organizar su tiempo, lo que es dificil para los trabajadores precarios y temporales, cuyas condiciones de vida impiden la posihili dad de controlar su futiirn División territorial Dirigirse al Estado requiere entonces de competencias competencias cada vez másespecíficas, o quizáses más probable mandar a las clases populares al rango de “incapaces” de hacervaler sus derechos. El problema no es tanto que el Estado abandone los medios rurales. Detrás de la cortina de humo de la “división territorial”se esconden de hecho mecanismos de dominación que también operan operan en la ciudad. Porque el retiro del Estado es menos geográfico que profundamente social. Si algunos territorios son menos dotados de serviciospúblicus, serviciospúblicus, noes por el hechodeser rurales sino sino por la pobreza de los que los habitan.
Así, el repliegue del Estado toca también laperiferiade ciertas metrópolis, donde se escuchan las mismasafirmaciones mismasafirmaciones (“el Estado no se interesa por nosotros”, “sólohaypara losdemás”), El enfoque actual sobre la ruralidad desde el único prisma del “sentimiento de abandono” excluye en este sentido la posibilidad de un diagnóstieocomún.
Entonces, las realidades del campo en decadenciaron decadenciaron aveces mucho máscercanasde aquellas que se encuentran al pie de algunas torres que de las de ciertas zonas rurales atractivas, ellas mismas más cerca de las del centro de las grandes grandes ciudades.
Esos espacios que los discursos políticos oponen han vivido cada uno desde su lugar la desindustrialización y visto crecer una juventud sin ftituro, para la cual el recurso al Estado Estado se convirtió en un estigma potencial.
En un caso como enel otro, la falta deenipleos estables se arraiga localmente, y estar desempleado hace hace temer a los jóvenes ser asimilados a los más vulnerables, aquellos que se presentan como los eternos beneficiarios de la asistencia.
Basta con observar por ejemplo la atracción general por el estatus del emprendedor que, sin poder salir de la precariedad, por lo menos le permite aferrarse al equipo de “los que trabajan” yencuentra el modode alejarsede los juicios negativos asociados asociados a aqLiellos que reciben ayuda del Estado(6). El problema es menos el “abandono” que la polarización for,. osamente desigual de los recursos del Estado. Cienos espacios saldrían másbeneficiadosqueotrosen lacompetencia por el mantenimiento ola instalación de servicios servicios públicos, convertidos en bienes raros y distintivos. A veces, esta situación produce protestas, pero las clases populares están lejos de liderar el “odio” del campo sobre la ciudad. Las luchas contra la decadencia rural las llevan a cabo primero las clases que tienen interés en comprometerse en defender el atractivo de sus espacios vitales y que consideran que todavía tienen algo que perder. Se trata a menudo de personalidades del lugar, politicamente inclinadas inclinadas a la derecha, que temen por sus pequeños ygrandes privilegios. Pero deellos, dificilmente uno diría que se sienten ahandooados. Del lado de las clases populares, las reivindicaciones reivindicaciones parecen menos evidentes, porque muchos piensan que no tienen grandes cosas que perder. “El problema ya está acá”, afirma un viejo empleado de una fábrica de Somme. De licencia por cuestiones económicas, vivede diferentes trabajos temporales, todos situados a más de 45 minutos de trayecto, que él haceen ciclomotor el tren que le permitía llegar a hora fue suprimido.
Si está preocupado por la partida partida de los servicios públicos (“No hay nada más acá, ni el tren, ni nada”), él “no espera del Estado”, Estado”, argumentando que todas las veces que le pidió ayuda, “salió mal”. Y las chances cte acceder acceder a sus derechos se reducen sistemáticamente sistemáticamente a medida que se desciende en la jerarquía social. social.
Para aquellos que no encajan del todo en la grilla administrativa, dominan mal el lenguaje burocrático ono disponen de los códigos necesarios necesarios para orientarse en los misterios de los procedimientos, obtener una vivienda social o una pensión es una carrera de obstáculos.
Y cuando alcanzan a hacer valer sus derechos. son esos mismos los que son sospechados de fraude expuestos a un mayor control (7). Ampliación de la brecha Estas experiencias degradantes, que recuerdan recuerdan a las vividas en la escuela, permiten al Horecimientodelaxenofohiade Horecimientodelaxenofohiade RN operaratoda operaratoda velocidad. “Si yo me llamara Mohammed, todo iría mejor”, pudimos escuchar, como una explicación directamente comprensible de las dificultades conocidas, en lugar de atacaral atacaral Estadoy, su fiincionaniiento. Todoesto conduce al alejamiento de sus derechos para designar “al que es asistido” como chivo e misano, misano, mientras se extrae así mismo de esa categoría. categoría.
Percibir esas ayudas sociales en un pueblo donde “todo el mundo se conoce” se ha convertido en un potencial defecto social, El discurso de segmentación de la RN entre los que reciben asistencia, los inmigrantes y los otros, ha adquirido un efecto performatiyo, performatiyo, sacando provecho de las reformas liberales del mercado laboral, que han ampliado la brecha brecha entre fracciones vulnerables y estables de las clases populares.
Frente a esto, y aunque la extrema derecha fracase en el plano económico, económico, se asegura este capital del mal menor que permite esperarque otros grupos sociales que pasarán después sean más especificos y desfavorecidos, desfavorecidos, especialmente, frente a la burocracia burocracia del Estado.
Es el sentido de una expresión que vuelve frecuentemente entre las clases trabajadoras rurales: “nosotrosya”, “nosotros primero”, como un eco de los viejos eslogan del Frente Nacional “los franceses primero”. Estas dinámicasson particularmentevisibles entre los más vulnerables. Frente a la “desagradable “desagradable reputación” que se “arrastra”, la adhesión adhesión a los discursos de la extrema derecha juega como tina devolución del estigma. Las clases populares. por tanto, mantienen una relación ambiguacon el Estado y sus agentes, agentes, del que el “sentimiento de abandono” no permite dar cuenta.
Durante una conversación sobre el trabajo en negro, dos jóvenes obreros de una zona rural observahan con humor “Esto es Córcega sin el mar”. Una manera de decir: acá se hace lo que se quiere, no nos sometemos a los mandatos del Estado y es así que pensamos que podemos salir de esto y afirmamos orgullosamente orgullosamente como hombres consumados, confonne a los modelosdeéxito localeshasados en el mérito individual, a una manifiesta dLstanciadel Estado.
En el ni isnio lugar, desde el primer dia del movimiento de los “chalecos amarillos”, las personas movilizadas reclamaban a la vez “gravar a los ricos”, los “verdaderos contaminadores”, contaminadores”, pero también que se los “deje tranquilos”. tranquilos”. “Todo queda lejos”, decian sobre el peaje bloqueado, en comparación con las antiguas antiguas generaciones, que podían “hacer todo en bicicleta” cuando el trabajo y los servicios estaban mejor ubicados. A partir de ahora, es necesario desplazarse lejos.
En realidad, los “chalecos amarillos” rurales, que trabajan en pequeñas empresasconstructoras, empresasconstructoras, en una fábrica o en el domicilio de personasmavores, personasmavores, no reclamaban la llegada del TOV a la región, en contraste con una antigua movilización movilización de la burguesia local.
Ellos pedían ante ante todoque les dejaran alcanzar esta distancia irreductible entre ellos yel trabajo, pero también también entre ellosyel Estado, sin barreras adniinistrativas, adniinistrativas, sin radares ni impuesto al carbono, cuandoel estallido del preciode lagasoli na puso puso en duda su capacidad de llegar a fin de mes y, final mente, a mantener su estilo de vida.
Agreguemos que entre los obreros y los empleados empleados rurales que hemos encontrado, el Estadojaniás Estadojaniás está completamente ausente, en el sentido de que la estabilidad alguna vez adquirida. adquirida. en parte se construyó con el Estado social o lo que queda de él. El contexto local y el siguo de los tiempos los llevan a ¡ dentificarsecon la visión visión del mundo deciertos familiares próximoso de algunos amigos, generalmente un poco más ricos. Aveces, los trabajadores independientes influyen en el medio popular rural repitiendo una y otra vez que ellos “pagan por los otros” y que el Estado “roba” la plata de su trabajo. Para ser un obrero respetable, aspirar al ascenso socialosimplemente, nopasar socialosimplemente, nopasar por unbeneíiciario dela asistencia, una de las soluciones es respaldarel respaldarel discurso de los poderosos del lugar.
Desde esta perspectiva, no se sabría decir o pensarqueel Estado nos abandona mientrasque proclamarsedel lado de RN permite afirniarsu capacidad para arreglárselas sin ser ayudado ni “reclamar”. Todo confluye entonces en considerar considerar al Estado, devenido figura de la civilización. como el componente de un modelo de sociedad repulsiva, contralacual unosedefine. (1) (DL Une hi, ,iredn aniflpoMçrw. Ékctk, ,w,i irn1gaIi:6socÑIcs, n Fraoce. 1789 -2022. seuii, Paris, 202,3. (3) lina nxiónespccbknrrncdeíerwlid mcl dctntepúblicu jnr Laurent Ucuvtl. CLLlnsdcunré ralezntle, Farard, Pris, 2iJi& (3) L. orr el cc4ectwnde iniesñgnción ciuda&r, a íohreIn libron, ie qucjzw (es rnhkrs de la rnWre «, Lr Monde, hp&miatqutJuin 2021 (4) Picnc Bcurdku. ” L)ncclassc objci. Acte &?u, vcliwrhrrn sci, nçmscxjaes, o 17-iS. nnvlç, nlwede 19fl (S) ctrhihault courceile. gal Fijaltswyrhnma, raul, ,i)c (bojo ladirección&), Értorrosdbiht a&Mor*é, Ieg, rrrnnrnsn, is dett:ar. sevkespubUae:wnÑorsremex.t. Borddclesu. Lornrnnt, 2024. (6) Ahdelnuur. 5nh. Moi. peti&edtrrprisc. Lesdufttitrgrtnitt dehsiapieá la rkliet Pres. se univers2tairn & France, Paris, 20i7. (»Vmce, u ceabcis, conrrdkrksassiR& Umnesaausagsdun not do rS re, Raiso,,. lagir, Pan,,. , 2021. Sodóiogos del Instiiut oatpooal de rectiercbe tjctir lariculture, talineniationer renvironnewenc IINRAE), miembros dci Centre daconomie et de eec iotogte acaliquées ¿ tagriruitureetaus esparce ruraus. de DUon, TriucocYi. Maria Eugenia Villalonga.