COLUMNAS DE OPINIÓN: Cobre, BRICS y Trump: una advertencia para la política exterior chilena
COLUMNAS DE OPINIÓN: Cobre, BRICS y Trump: una advertencia para la política exterior chilena La reciente decisión del expresidente estadounidense Donald Trump de anunciar un arancel del 50% a las importaciones de cobre, no solo sacudió los mercados internacionales: también encendió las alarmas en La Moneda. La medida, coincidió --no por casualidad-con la participación del Presidente Gabriel Boric en la última cumbre de los BRICS, realizada en Brasil. Chile asistió a ese encuentro como país invitado, sin compromisos formales ni adhesiones ideológicas, pero en diplomacia el simbolismo importa.
La sola presencia en un foro que agrupa a potencias como China, Rusia, Brasil, India y Sudáfrica fue interpretada por Trump como una señal de alineamiento político con un bloque que él considera contrario a los intereses de Occidente. Y su reacción fue inmediata: amenaza arancelaria no solo al cobre, sino también a todos los países que, en sus palabras, "se inclinen hacia los BRICS". El problema es evidente. La política exterior chilena ha buscado históricamente mantener una posición de autonomía, promoviendo el multilateralismo y la apertura comercial. Pero el escenario global ha cambiado. Ya no basta con declararse neutral: las señales se leen, se interpretan y se castigan. En este nuevo orden internacional, incluso un gesto diplomático puede tener consecuencias económicas profundas. El cobre representa cerca del 50% de las exportaciones chilenas y es clave para la estabilidad fiscal del país. Un arancel del 50% en el principal mercado del hemisferio norte podría afectar no solo la competitividad del mineral chileno, sino también las decisiones de inversión, el empleo en la minería y la recaudación tributaria. A ello se suma la incertidumbre que generan estas tensiones en un mercado global que ya viene resentido por los conflictos en Europa del Este, la desaceleración china y el alza en los costos logísticos. Por cierto, el gobierno ha reaccionado con mesura, recordando que Chile no forma parte del bloque BRICS y que su participación fue una señal de diálogo más que de alineamiento. Sin embargo, el daño ya está hecho.
Y eso debe llevarnos a una reflexión más profunda: ¿ está preparada nuestra política exterior para navegar en un mundo donde las potencias globales exigen definiciones claras y castigan las ambigüedades? La diplomacia contemporánea no se juega solo en las declaraciones conjuntas o en los comunicados de prensa. Se juega en la capacidad de prever impactos, medir señales y, sobre todo, proteger los intereses estratégicos del país. No se trata de renunciar a una política exterior autónoma, sino de ejercerla con inteligencia táctica y con visión estratégica. Cobre, BRICS y Trump: una advertencia para la política exterior chilena Marcelo Gutiérrez Abogado, Académico Universidad del Alba.