El auge de los independientes
María José Naudon Decana Escuela de Gobierno '06 serán los candidatos independientes en esta elección; la mayoría de ellos postulará a alcaldías. Si a este número le sumamos los independientes inscritos en listas de partidos, comprobaremos que hemos alcanzado una cifra récord. Esta situación pone de manifiesto una creciente desconexión entre la ciudadanía y los partidos tradicionales, lo que impulsa a buscar alternativas fuera de las estructuras partidistas convencionales.
Los candidatos independientes tienden a ser más frecuentes en comunas medianas y pequeñas, donde la política suele centrarse en las relaciones directas envotantes y los candidatos, así como en su capacidad para abordar problemas locales específicos. Sin embargo, la presencia de candidatos independientes en ciudades grandes también muestra una tendencia al alza. Estos son capaces de movilizar apoyos en entornos más complejos y competitivos, lo que refuerza la idea de un cambio profundo en la forma en que los ciudadanos ven y participan del proceso político. Este cambio estructural está vinculado a una creciente desconfianza hacia los partidos políticos y un deseo de los electores de encontrar alternativas que perciben como más auténticas y representativas de sus intereses. ESOS cidad para resolver los desafíos de la mediación política y su vocación de intermediación.
Enfocados en la competencia electoral los partidos reducen la política a un juego de estrategias para ganar votos, sin presentar un proyecto capaz de convocar mayorías y proponer un futuro que active la esperanza en la ciudadanía.
Por otra meno, comorevelael In- “Lag pregunta no es — parte, la tentación de forme sobre Desarrollo si la democracia simplificar lo que de su Humano del PNUD, se deb indir d yo es complejo genera expresa una gran prescindir de que se tad para la conducción 10S partidos, sino convierten en semillas del cambio. La percepcómo estos pueden — de enorme frustración.
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Este sentimiento se alimenta de una profunda desconfianza, basada en la percepción de corrupción y en la idea de que los partidos políticos son entidades que buscan perpetuar su poder, en lugar de solucionar los problemas de la población. Central en este asunto es la incapago, en la mayoría de las democracias consolidadas estos son fundamentales para la organización del poder y la estabilidad del sistema político.
La pregunta no es si la democracia debe prescindir de los partidos, sino cómo pueden transformarse para recuperar su capacidad de mediación y su legitimidad ante un electorado cada vez más crítico y demandante, respondiendo a las nuevas expectativas ciudadanas y sociales.