Autor: Guillermo Tobar Loyola, director nacional de Formación Integral de la Universidad San Sebastián
Columnas de Opinión: Mi querido estudiante
Columnas de Opinión: Mi querido estudiante Columnai quedaste en la universidad, debes saber que lo verdaderaS mente importante es que la universidad quede en ti. Se habla de vida universitaria porque ingresar a ella implica una transformación profunda en la forma de vivir y comprender el conocimiento. Atrás quedala educación secundaria, consuestructura másgulada, para dar paso a una etapa enla que tú asumesunrol más activo en tu aprendizaje y en tu crecimiento personal. Nosetratasimplemente de un escalón más en el ascenso educativo, sino de una nueva manera de aproximarse alsaber, caracterizada por la búsqueda del conocimiento en susentido más amplio y riguroso. La universidad en su origen medieval fue concebida como una comunidad de profesores y alumnos que buscan la verdad, unidos en torno al amor por el saber. Sin embargo, la verdad se busca de distintos modos, según las diversas disciplinas. Lo que nos unees la búsqueda.
En palabras de Henry Newman, “La universidad educa el intelecto para que razonebienentodos los temas, paraque tienda hacia la verdad y laasimile”. Por esta razón, la verdadera educación universitaria -mi que-rido estudianteno se midesólo en créditos o en conocimientos adquiridos, sino en la capacidad derazonar con profundidad, de cuestionar con fundamento y comprometerse con la realidad de manera consciente y responsable. No por casualidad la universidad está llamada aser un pilar en la construcción de la cultura de unasociedad, pues en ella confluyen individuos con formas deser únicas y perspectivas diversas. En este contexto, una comunicación abierta y una convivencia armoniosa no sólo enriquecen elaprendizaje, sino quetambién constituyen la esencia de una vida verdaderamente humana y orientada al bien común. Recuerda, además, que la exigencia universitaria es mayor y, enconsecuencia, la responsabilidad también. Aquí, el aprendizaje deja de ser una tarea impuesta desde fuera, setrata ahora de un compromiso personal. No es el profesor quien aprueba oreprueba las asignaturas, sino el propio estudiante quien, con esfuerzo y disciplina intelectual se enfrenta al desafío de su propio perfeccionamiento. Tampoco se trata sólo de pasar asignaturas, sino de cultivar una actitud intelectual que perdure más allá de losaños universitarios y que te prepare paraafrontar con prudencialos desafíos dela vida y dela profesión. En definitiva, la vida universitaria es una invitación a vivir el conocimiento con pasión y compromiso. Es unespacio donde se aprende no sólo a estudiar, sino a pensar, a cuestionar y a crear. Esel comienzo de un camino en el que, como estudiante, te conviertesenel protagonista de tu propia educación, forjandonosólo tu conocimiento, sino también tu carácter alcanzando asíunavida buena.
Por último, mi deseosincero es que, a través de tuex-periencia universitaria, cada persona quete conozca pueda reconocer en tila integridad, el compromiso y el anhelo de una vida plena y virtuosa, hastael punto de exclamar con admiración: jeres una gran persona!.