“Gracias a mis abuelos soy lo que soy”: La historia del agricultor que cambió las calles por los surcos
“Gracias a mis abuelos soy lo que soy”: La historia del agricultor que cambió las calles por los surcos Claudia Robles Maragaño prensa@latribuna.cl En En ci sector de Santa Laura, El Peral, a unos 15 kilómetros de Los Angeles, Braulio Moya Abello se dedica no solo a la producción de hortalizas, hortalizas, sino también a prolongar prolongar lo aprendido desde su niñez.
Desde temprana edad estuvo ligado al trabajo trabajo de la tierra, y aunque en su juventud consideró migrar definitivamente a la ciudad, optó por volver al campo después de unos años y desarrollar allí su vida junto a su familia. Actualmente, con décadas de experiencia, recuerda cuando recorría las calles ofreciendo sus productos sin un lugar fijo.
“Gracias a mis abuelos soy lo que soy”, expresa Braulio Moya Abello, quien nació, creció ydecidió quedarse quedarse en el campo, a pesar de que cuando joven también también soñó con irse a la ciudad. ciudad. “Como todos los jóvenes, jóvenes, uno quería supera rse”, recordó al ser entrevistado por La Tribuna respecto de sus inicios. Estudió en la escuela Diego Portales Palazuclos de El Peral y cursó la enseñanza enseñanza media en el Liceo Comercial de Los Angeles, pero su vocación por el agro fue descubierta cuando era niño. “Mi abuelo sembraba de todo: maíz, espárragos, pepino, tomate... Siempre Siempre estuve cerca de eso”, comenta. En su infancia, la figura figura de sus abuelos lo marcó profundamente. Criado por ellos, aprendió desde temprano el valor del trabajo, trabajo, la paciencia para una buena siembra y el respeto respeto por la tierra. “El tener ser bueno para trabajar es porque lo aprendí con ellos. Muchos no aguantan trabajar trabajar bajo la lluvia o el frío, pero yo sí, porque ellos me enseñaron con el ejemplo”, valora. DEL CAMPO A LA CIUDAD Después de terminar sus estudios en el Liceo Comercial de Los Ángeles, Ángeles, el agricultor angelino comenzó a buscar nuevas oportunidades. Fue así como llegó a trabajaren un local de la ciudad. Durante una década, atendió a cientos cientos de personas de distintas comunas de la provincia. El lugar era más que un local comercial: “Uno se dedicaba dedicaba a conversar un buen rato con quienes llegaban a comprar”. En ese entonces, los clientes eran pequeños y medianos agricultores. “Ellos eran como una biblia de conocimiento. Tenían mucha experiencia experiencia y sabían de todo”, destaca, destaca, mientras recuerda las conversaciones de cuando trabajaba en Los Angeles junto a su empleador, Héctor Héctor Ormeño. “Ahí vendíamos vendíamos semillas, pero también también aprendí cómo cultivar, cómo tratar las plantas”, detalla. Después de 10 años trabajando trabajando en el local angelino, angelino, sintió que era momento de dar un giro radical en su vida. “Yo me salí del trabajo y empecé acá en el campo”, relata.
Esos inicios fueron complicados por tratarse de un emprendimiento familiar que no contaba con un mercado ni un punto de venta fijo: “Callejeábamos “Callejeábamos la verdura para poder venderla”. Ese momento marcó un nuevo comienzo para él y su familia: “No teníamos punto de venta, así que nos poníamos en la calle”. Junto a su esposa, su hijo, su cuñadaysu padre, quien lo apoya en las labores, siguieron trabajando en la huerta.
“Fue bastante difícil cuando empezamos. sobre todo acá en el campo cuando cuando se trabajaba con fertilizantes fertilizantes más frescos”, situación situación que derivó en mejorar los procesos porque inicialmente generaron inconvenientes inconvenientes con algunos vecinos. vecinos. Reconoció que fueron optimizando los procesos para desarrollar la actividad. actividad.
LOS PRIMEROS AÑOS El agricultor angelino destacó que en los inicios también hubo personas que les ayudaron: “Teníamos “Teníamos un vecino que también nos ayudó mucho acá, don René con su esposa, la señora señora Irma, quienes siempre tenían la disponibilidad para venir a ayudarnos, porque cualquiera no viene por un pedazo chico a trabajar en el campo, porque somos pequeños parceleros, de 500 metros cuadrados”. Con el tiempo, y tras un par de intentos, lograron finalmente entrar al programa programa Prodesal. “Eso también también nos ayudó para poder vender en la Plaza Pinto”. Ese espacio les permitió consolidarse y. poco a poco, mejorar su situación. “Gracias a Dios nos ha ido bien y ahora, después de cinco o seis años trabajando trabajando duro, podemos decir que estamos un poco más establecidos en el área agrícola”, agrícola”, destaca Moya.
ENTRE LECHUGAS, AJOS CHILOTES Y ZANAHORIAS La lechuga es el cultivo cultivo estrella y permanente de la familia Moya, quien también apuesta por hortalizas hortalizas tradicionales como la zanahoria en rama “a la antigua” y el ajo chilote, cuya cosecha exige cerca de ocho meses de trabajo. Cada semana, dependiendo dependiendo de los días, llega con su producción a las plazas Pinto o de Armas.
El trabajo en el campo lo realizajunto a su esposa, principalmente en microtúneles microtúneles construidos con PVC, lo que les permite mantener la producción incluso en días de lluvia: “La idea nuestra, como trabajamos con microtúneles, microtúneles, que son invernaderos invernaderos pequeños, es hacer con el tiempo invernaderos un poco más grandes Y tratar de trabajar más bajo techo, porque con los años uno va perdiendo la fuerza y energía también, así que la idea es cuidar nuestra salud también”. EL ANTES Y EL AHORA Uno de los mayores desafíos para la agricultura agricultura familiar en El Peral fue siempre el acceso al agua. “Había menos tecnología en cuanto al riego”, recuerda recuerda el agricultor al señalar cómo sus abuelos debían enfrentar largas temporadas temporadas sin poder cultivar ciertos ciertos sectores. “Aquí mismo en El Peral había huertos donde antes no se podía regar. Otros que nunca se mojaron”, comenta. Hoy la realidad es distinta: distinta: el riego tecnificado, con pozos y sistemas de goteo, ha tiansformado el paisaje. “Entonces el agua llega donde usted la lleve”, asegura. Moya asegura quejunto a su familia están dispuestos dispuestos a compartir los conocimientos conocimientos adquiridos con el paso de los años.
“Nosotros no tenemos ningún problema problema enseguirayudando ala agricultura”, manifesta, al tiempo que extiende una invitación a quienes deseen conocer en terreno cómo se trabaja en el campo, tal como lo ha hecho con distintas distintas visitas. “Están abiertas las puertas puertas a que vengan a conocer cómo hacer, por ejemplo, microtúneles, porque ahora es más sencillo para nosotros. Los dejamos invitados invitados a seguir aprendiendo”, aprendiendo”, agregó.
“Gracias a mis abuelos soy lo que soy”: La historia del agricultor que cambió las calles por los surcos FAMILIA DESTACA que ha sido testigo de la transformación de tierras donde antes no se podía regar. Actualmente, gracias a la tecnología, desarrollan sus actividades agrícolas. BRAULIO MO\? COMENTA que ha sido visitado por la seremi de Agricultura, Pamela Gatti, y ci ministro del ramo, Esteban Valenzuela..