Autor: MANUEL ARIAS
Mayoría cree que efectos del estallido fueron negativos, pero que no se ha avanzado en solucionar demandas
Mayoría cree que efectos del estallido fueron negativos, pero que no se ha avanzado en solucionar demandas Con el fin de analizar a los chilenos a cinco años del inicio del estallido el Instituto de Políticas Públicas de la U.
Andrés Bello (IPP UNAB) realizó su cuarta versión del sondeo “Las movilizaciones desde el retrovisor”. Entre las conclusiones más importantes se encuentran un aumento en la percepción negativa de los eventos ocurridos tras el estallido y una creciente sensación de desconexión entre la clase política y las urgencias sociales demandadas por las personas.
Así, cuando se les consulta a las personas de si creen que los políticos están más conscientes de las urgencias sociales después de las movilizaciones del 18 de octubre de 2019, un 83% dice estar en desacuerdo, mientras que solo un 17% cree que es así.
Esto implica un crecimiento de 17 puntos respecto de lo registrado en la versión de 2022, cuando dicha cifra se encontraba en un 66%. En la misma línea, un 89% considera que el país no ha avanzado en las demandas sociales que dieron origen a las movilizaciones de hace cinco años.
Pese a ello, al igual que han exhibido otros sondeos, la percep-Si bien la mayoría hace cinco años fue un piensa que lo ocurridoerror, eso no significa que haya mayor confianza en las instituciones”................................................................. GONZALO VALDÉSSUBDIRECTOR IPP UNABción sobre el estallido es mayoritariamente negativa, con un 61% que considera que trajo efectos adversos para el país, versus un 23% que tiene una visión positiva, bajo la idea de que “ayudó a que las demandas de la ciudadanía fueron escuchadas”. De acuerdo con Gonzalo Valdés, subdirector del Instituto, el sondeo muestra que, si bien existe una lejanía ante lo sucedido tras del 18-O, esto no se debe a una mejora en la percepción de las personas sobre el sistema político. “Si bien la mayoría piensa que lo ocurrido hace cinco años fue un error, eso no significa que haya mayor confianza en las instituciones. Entonces, aunque la probabilidad de que se repita un estallido social es baja, eso noquiere decir que vayamos en un rumbo político razonable e institucional”, explica.
Movilizaciones y cambiosEl estudio también muestra que, debido a la desconfianza en soluciones a través de los actores políticos, la ciudadanía sigue creyendo que “para que haya cambios debe haber movilizaciones”, con un 55% de los encuestados de acuerdo con aquella afirmación.
A nivel desagregado, esta idea es más apoyada por los grupos más jóvenes, con un 60% que dice estar muy de acuerdo y de acuerdo, y decrece hasta un 46% en los mayores de 65 años. Según el académico, esto se condice con la desconexión que sienten las personas con la institucionalidad y con las sensaciones negativas que la mayoría de los encuestados expresaba sobre la situación nacional. Explica que “los sentimientos que prevalecen en las personas son la preocupación, la decepción y la rabia.
Es decir, la gente cree que el estallido no era el camino, pero eso está muy lejos de decir que piensan que las autoridades son receptivas a sus necesidades”. Agrega que la percepción generalizada es que “sus necesidades no son tomadas en cuenta” y que tienen poca capacidad de influencia, por lo que “surge la idea de que sin movilización no hay cambio”. De hecho, las emociones que prevalecen sobre la situación del país son en su mayoría negativas: un 43,2% dice estar preocupado; un 31,8%, sentir decepción; un 12,7%, rabia, y tan solo un 5,2%, esperanza. A nivel etario, los porcentajes son transversales en todos los grupos, sin grandes variaciones. Todo este contexto, Valdés considera que podría derivar en la aparición de movimientos o personajes populistas que se aprovechen de la desconfianza que tienen las personas en la institucionalidad. “No es novedad que haya una mala opinión de los políticos, pero hoy la desconfianza es brutal, no puede seguir así”, acota.
Principales problemasAl igual que otros sondeos, el realizado por el Instituto de Políticas Públicas de la UNAB arroja que el principal problema que afronta el país actualmente es la delincuencia y el narcotráfico, con un 77%. Luego aparece “el comportamiento de los políticos y corrupción”, con un 69%, y más atrás la inmigración, con un 47,4%.. Además, una 55% cree que las movilizaciones son necesarias para que hayan cambios y la mayoría de las sensaciones que prevalecen en el país son negativas y lidera la preocupación. Estudio realizo por el IPP de la U. Andrés Bello: