Consulta remota
Consulta remota Erwin Buckel, cirujano digestivo y jefe del Programa de Trasplante de Clínica U. de los Andes.
La principal causa por la que una persona necesitaría un trasplante de riñón es la insuficiencia renal crónica, que es una enfermedad que puede afectar tanto a niños como adultos en diversas etapas de su vida. En niños, es debido principalmente a malformaciones y, en los adultos, por enfermedades autoinmunes, enfermedad hipertensiva o enfermedad vascular. La evaluación previa a un trasplante renal es muy extensa.
Para asegurar el buen resultado, hay que pensar que no solamente es una cirugía de alta complejidad, sino también que es un paciente que va a estar en un mayor riesgo de infecciones, producto de la inmunosupresión a la cual va a tener que ser sometido para evitar el rechazo. La evaluación es muy extensa tanto del punto de vista cardiovascular como vascular periférico, respiratorio, de infectología, etc. Se deben realizar muchos exámenes hematológicos, de imágenes y endoscópicos para evitar la aparición de complicaciones, tanto en el posoperatorio como en el mediano y largo plazo. Los riesgos de un trasplante renal son los riesgos de una cirugía de alta complejidad. Asimismo, tiene un posoperatorio que debe ser cuidadoso para evitar dificultades respiratorias y cardiovasculares. Otro de los riesgos más frecuentes es la pérdida del injerto, ya sea por causa inmunológica, como el rechazo, o por infecciones o por complicaciones vasculares quirúrgicas. Sin embargo, el dato más relevante y el beneficio más importante, por supuesto, es la calidad de vida y la sobrevivida en el largo plazo.
El trasplante renal provee de una excelente calidad de vida y una mejora en la sobrevivida en el largo plazo de los pacientes que, de no ser trasplantados, están sometidos a un procedimiento de sustitución, de función renal como es la diálisis, que es mucho menos eficiente que lo que hace un riñón ya sea nativo o trasplantado. La tremenda debilidad que sienten los pacientes que están en diálisis mejora muchísimo con este procedimiento y los pacientes se llenan de energía. Por otro lado, un riñón trasplantado puede durar muchísimo tiempo, hay experiencias de riñones que han durado 30 o incluso 40 años. Pero, en general, el promedio de duración es alrededor de 13 a 15 años con buenos cuidados. Eso no significa que no haya pacientes que eventualmente sus riñones les puedan durar mucho más, es un promedio. De manera que es un tratamiento que provee una solución en el largo plazo de los pacientes.
El principal tratamiento después de un trasplante, desde el punto de vista de los medicamentos, es el tratamiento inmunosupresor que involucra esquemas de varios fármacos que lo que buscan es disminuir la respuesta inmune de los pacientes de manera que haya un menor riesgo de rechazo. Esto los hace más vulnerables a infecciones, especialmente durante los primeros meses donde este tratamiento es más intenso. En el tiempo, la intensidad de la inmunosupresión se va reduciendo y el riesgo de infecciones se minimiza.
Cabe mencionar que el estilo de vida afecta la sobrevida del injerto, por ende, es muy importante que los pacientes se cuiden especialmente de diabetes, hipercolesterolemia, hipertensión y, para todo eso, una vida saludable es clave, tanto desde el punto de vista alimenticio como el de actividad física. ¿Cuándo es necesario un trasplante de riñón? Mande su pregunta al correo saludybienestar@mercurio.cl Consulta remota Insuficiencia renal CEDIDA.