Estudiantes se salvan de milagro
Fue una salvada milagrosa. A eso de las 12.30 horas del martes, dos automóviles colisionaron, dejando un escenario dantesco en plena Ruta 5 Norte con Eduardo De La Barra, cerca de la pasarela del Líder. Los testigos sólo sintieron el impacto, «que sonó como una explosión», y al observar bien se percataron que se trataba de un accidente de tránsito. Algunos corrieron a socorrer a los supervivientes, mientras que otros llamaron a personal de emergencia, todos en estado de shock, por lo que pensaron que había tenido consecuencias fatales. Resulta que ambos vehículos quedaron en condiciones paupérrimas, con pérdida total. Pero afortunadamente, al llegar personal de emergencia, tanto de Samu como Bomberos, pudieron constatar que entre los ocupantes de ambas máquinas no existían fallecidos, de hecho, sólo uno quedó con lesiones de consideración. Se trata del conductor del Hyundai Tucson, quien habría provocado el accidente y que además se llevó la peor parte.
LA DINÁMICAHasta el lugar también llegó personal de Carabineros, primero para cerciorarse que el procedimiento se llevara cabo de manera correcta, con la constatación de lesiones y el traslado de los vehículos siniestrados, y ver si los conductores mantenían su documentación al día. Y como segunda misión, también debieron realizar labores para regularizar el tránsito en el sector. Al no haber víctimas fatales ni heridos en riesgo vital, no se dispuso la concurrencia de la SIAT (Sección de Investigación de Accidentes de Tránsito) dedonde quedó», relata una testigo. Y es cierto, ambos vehículos se encontraban a una distancia considerable. Consultado personal del SAMU, señalaron que el conductor del jeep no tenía lesiones graves, pero igual lo llevaron al servicio de Urgencias del Hospital San Juan de Dios, por precaución. Se desconoce si iba bajo la influencia de alcohol o alguna sustancia, pero aquello también lo corroborarían en el nosocomio. Lo que sí está claro, es que actuó de forma imprudente y pudo terminar con su propia vida y también con la de los estudiantes al realizar la arriesgada maniobra a exceso de velocidad. TESTIGO LO VIO TODOLa mayoría de quienes se encontraban en el lugar no vio el accidente propiamente tal, sino que lo percibieron tras el impacto.
Quien sí vio todo lo que ocurrió en una secuencia, prácticamente sin parpadear, fue otro conductor, Cristian Rivera, quien también venía de norte a sur, y que vio el momento de la colisión. «Cuando chocaron, el auto blanco empezó a girar en trompo inmediatamente, y no sabía cuánto tiempo iba a estar así, entonces pensé rápido y me alejé un poco, obviamente tomando los recaudos porque venían más autos atrás, en eso veo que más allá en medio del polvo va volando el jeep, pero de verdad, volando, despegado del suelo dando vueltas hasta que quedó volcado varios metros más allá. Nunca me había tocado ver algo así, pero lo positivo es que no hubo muertos ni heridos graves. Creo que salvaron de milagro, no la cuentan dos veces», concluyó Rivera. Un grupo de alumnos se trasladaba en un automóvil desde Las Compañías hasta una casa de estudios superior, cuando otro vehículo de mucho mayor envergadura los impactó directo en el costado izquierdo.
Ambas máquinas resultaron con pérdida total y nadie se explica que, habiendo quedado en esas condiciones, nadie haya resultado herido de gravedad, ni los tres ocupantes del móvil colisionado, ni el conductor del jeep que provocó el accidente. Carabineros.
De igual forma, se intentó establecer la dinámica de los hechos, y quedará en manos de los involucrados tomar la decisión de iniciar acciones legales por los daños, lesiones u otros. «SÓLO SENTÍ EL GOLPE Y DESPUÉS GIRÁBAMOS»De acuerdo a los antecedentes que pudo recabar La Región en el lugar, y con el relato de los implicados, el móvil Toyota Yaris de color blanco sólo estaba en el lugar menos indicado en elpeor momento, ya que se encontraba estacionado, viniendo desde el norte hacia el sur, listo para tomar la curva hacia el Parque Japonés cuando fue impactado por la otra máquina a una velocidad que superaba los 120 kilómetros por hora. Pese a que los daños del vehículo son evidentes, ni el conductor ni los pasajeros, todos estudiantes de educación superior, resultaron con lesiones de consideración.
El conductor del auto más pequeño, Cristian Aracena, cuenta que venía bajando desde Las Compañías, paró para esperar poder gi-rar a su izquierda y en ese intertanto se produjo lo que pudo ser una tragedia de proporciones. «Sentí el golpe, y después como que nuestro auto comenzó a dar vueltas, girando, sentí mucho dolor en ese momento, pero afortunadamente no nos pasó nada, ni a mí ni a mis amigos, que además somos compañeros del Inacap», relata Aracena. LAS HIPÓTESISEl automóvil que colisionó al Yaris, tras impactarlo, volcó, «salió volando casi cincuenta metros, usted veNOLA CUENTAN DOS VECES:. NO LA CUENTAN DOS VECES