Flores Eternas musas
Flores Eternas musas \ SNACKS SUSTENTABLES_ Flores Eternas musas Por_ Ignacio Szmulewicz R.
You dont bring mefiowers anymore En En la infancia, suelen atizar la llama del cortejo con el juego de sus pétalos al son de: “Me quiere”, “No me quiere”, “Me quiere... mucho, poquito, nada”. Al deceso, se convierten en los gestos que la comunidad realiza instintivamente para acompañar el proceso de duelo de familiares familiares y amigos, y así ennoblecer el tránsito hacia el más allá. Son el símbolo universal de la belleza y del amor. Colores radiantes, formas extravangantes, refinamiento y sensualidad sensualidad en igualdad de dosis. Atraen a humanos y no humanos humanos hacia los sublimes néctares de su reproducción. Y su flechazo, de la mano de Cupido, llega directo al corazón. En la voz de Ibrahim Ferrer, de Bella Vista Social Club, dos simples gardenias pueden decir: “Te quiero, te adoro, mi vida”. Por esta razón, alcanzan la cúspide de su potencia evocativa en los duetos.
Sea Barbra Streisand con Neil Diamond en su memorable «You dont bring meJlowers anymore». O bien en la sensual «Luther» de Kendrick Lamar (with SZA) cuando su significación roza lo planetario: “In this world, concreteflowers grow” (En este mundo, crecen flores de concreto). En la cultura visual, las encontramos como modelos para la utilería medieval en copas, candelabros o muebles, o bien adornando querubines en frescos renacentistas; como emblemas del amor galante en el Rococó, y también en la publicidad de las primeras máquinas computacionales (IBM utilizó las rosas para promocionar su hardware en los 80). De Jean-Honoré Fragonard a los pioneros de Silicon Silicon Valley, ha sido transversal el consenso sobre la importancia importancia de las flores para el inconsciente colectivo. La flor de Lis y el Girasol Las flores han representado personajes, estados de ánimo, o momentos momentos de la vida. La hagiografía las ha requerido constantemente: constantemente: Santa Cecilia y las rosas, San Antonio de Padua y las azucenas, Juana de Arco y la Flor de Lis.
En el siglo XVII encontraron un lugar predominante en el nuevo género de la “Naturaleza muerta”. En sus telas, se pueden reconocer las cualidades de cada ramo, pétalo o pistilo y, al mismo tiempo, contemplar la fugacidad de una belleza perecible. Los pintores barrocos Jan Brueghel el Joven, Juan de Espinosa y Giovanna Garzoni son algunos de los exponentes de ese periodo. En la cúspide de la ciencia moderna, dibujantes y acuarelistas acompañaron expediciones para colmar el hambre del saber occidental. La más destacada en el ámbito floral fue la aventurera naturalista y pintora Marianne North quien cruzó el planeta en la segunda mitad del siglo XIX. Chile estuvo entre sus destinos y la británica encumbró altas montañas, atravesó bosques sureños y laderas costeras para capturar las especies endémicas: el Q_uintral el Coihue, la Ortiga caballuna y el Chagual. A fines del siglo XIX, los impresionistas ampliaron los beneficios que tendrían las flores para la visualidad. Dos ejemplos sirven para ilustrar este punto.
En «Coquelicots» (1873), de Claude Monet, se pueden apreciar las posibilidades de la complementariedad complementariedad cromática, por ejemplo, el contraste entre el espesor verde de los árboles en la línea de horizonte y la liviandad bermejón de las amapolas esparcidas en el campo. Una década después, con sus «Girasoles» (1888), Vincentvan Gogh se sumergirá en la capacidad capacidad expresiva de la Naturaleza, incluso si se encuentra en un jarrón o sobre una mesa de interior.
Líneas dramáticas y colores intensos, en definitiva, una presencia que, solitaria, despierta en el público un abanico de emociones. » Jan Brueghel el Joven d-1 6O7 cm de Marianne Nortfl Í TI 16_La Iancra 167_ enero 2025. Flores Eternas musas L h 1 I. 1, iL Y ç3 hi.
Flores Eternas musas Ninguna artista del siglo XX dedicó tal pasión a este tema como Georgia OKeeffe (1887-1986). Pionera de la Abstracción, desarrolló una prolífica carrera como paisajista paisajista del desierto del suroeste de Estados Unidos.
Desde temprano visitó lugares inexplorados hasta finalmente asentarse en un pequeño poblado cercano a Santa Fe, la capital de Nuevo México, donde vivió por cuarenta años luego del deceso del compañero de su vida, el fotógrafo Alfred Stieglitz. Sus obras son gloriosas. Veamos sólo un ejemplo: «Jimson Weed/White FlowerNo 1» (1932). La tela de 48 x 40 pulgadas (121.9 x 101.6 cm), muestra el instante protagónico de la corona de las flores a una escala monumental. La sensualidad, calidez y abrigo, conmueven con una belleza única y perdurable en el tiempo. Amor vegetal Pero las flores pueden transportarnos a estados alterados de la consciencia.
Esto fue lo que motivó al artista panameño panameño Milko Delgado (1995) en su video »Dendrofihia» (2021). Frente a una cámara fija, con un fondo dorado y unvisillo unvisillo color crema, se lo ve preparando cuidadosamente arreglos florales en la ancestral técnica japonesa Ikebana. El artista entra y sale de la escena con sus tijeras de podar, incorpora otros elementos como jarrones, frutas y velas, compone las cosas y vuelve a mirar a la cámara. Cada tanto, el espectador es sorprendido al constatar que toda la performance ha sucedido inhalando popper, psicotrópico que induce al placer y la euforia. Así, el Arte resignifica la tradición del bodegón con nuevas lecturas de los efectos corporales y psíquicos de la belleza. Flores digitales En su instalación «La vida secreta de las flores» (20182024), la argentina Julieta Tarraubella (1991) presenta la versión espectral del momento primaveral de las plantas. plantas.
Un conjunto de pantallas y fotografías de pequeño formato registra el nacimiento y declinación del encanto de lirios y tulipanes en un circuito cerrado de cámaras, conformando una vista semi-científica, artificial y urbana, donde la Naturaleza es transformada en imagen digital. La obra muestra la realidad con un brillo incandescente de un instante archivado en los ceros y unos del lenguaje binario.
Es una visión que combina la fibra del high tech que lo atraviesa todo en las ciudades modernas con el gesto amoroso de capturar con ternura e inocencia el reino de lo orgánico. 1 Y EL ARTE CONTEMPORÁNEO: ¿ CÓMO HA ABORDADO ESTE ÍCONO NEURÁLGICO DE LA BELLEZA OCCIDENTAL? Georgia OKeeffe. «Jimson Weed/White Flower N 1» (1932) Julieta Tarraubella. «La vida secreta de las flores» (2018-2024).