París, los Juegos Olímpicos y la reinvención de una ciudad
París, los Juegos Olímpicos y la reinvención de una ciudad FT Weekend THE FINANCIAL TIMES LIMITED 2020, ALL RIGHTS RESERVED NOT TO BE REDISTRIBUTED COPIED OR MODIFIED IN ANYWA Y Por Simon Kuper 'a soy ciudadano francés, después de dos décadas de vivir en París, por lo que pude votar en las recientes elecciones parlamentarias. También votó mi hija nacida en París, que acaba de cumplir 18 años. La mañana de la primera ronda, caminamos juntos por nuestro bulevar, entre pancartas anunciando la llegada de los Juegos Olímpicos. En su antigua escuela primaria, nuestro colegio electoral local, hicimos cola entre la gente mayoritariamente de raza blanca y acomodada que habita el centro de la ciudad. Fueron unas elecciones trascendentales: la extrema derecha francesa tenía su mejor oportunidad de asumir el poder desde la caída del régimen de Vichy en 1944, Este verano, París está acumulando nuevas historias. El partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) que es, entre otras cosas, un partido anti-París quedó tercero en las elecciones del domingo pasado, y de momento ha quedado a raya. Los Juegos Olímpicos comienzan el 26 de julio con una espectacular ceremonia inaugural a orillas del Sena, a menos que se trunque por temor al terrorismo. Pero los Juegos no son más que el pistoletazo de salida de un proyecto parisino mucho más amplio. El proyecto denominado "Grand Paris", que pretende unir por primera vez la ciudad y sus suburbios, está empezando a desplegarse ahora, con la apertura de varias nuevas estaciones de metro suburbanas para los Juegos Olímpicos.
En los próximos años, el Grand Paris podría traer consigo una transformación urbana aún mayor que el programa de renovación masiva de nuevos bulevares, parques y obras públicas del Barón Haussmann de la década de 1850.
París siempre se ha sentido como una isla dentro de Francia: una ciudad global en un país históricamente agrícola, hogar de inmigrantes y de familias de élite que han colocado libros en la pared durante siglos. La extrema derecha francesa desconfía tradicionalmente de la capital.
El padre intelectual del movimiento, Charles Maurras, encarcelado como colaborador en 1945, se quejó tras su primera visita a París de "una multitud de letreros extranjeros, llenos de esos nombres que empiezan con K, W y Z, que nuestros impresores describen espiritualmente como letras judías". Otro París Las "banlieues", o suburbios, proliferaron después de la guerra, pero siempre estuvieron separadas de la ciudad. París solía estar protegida por una muralla medieval. Desde la década de 1970, esa protección la proporciona la circunvalación Périphérique. Los parisinos rara vez se aventuran más allá del Périph hacia las banlieues, en parte porque las conexiones de transporte son malas.
La mayoría de los suburbios se construyeron apresuradamente, con muy pocas líneas de tren para su creciente po18 La Segunda jueves 18 julio 2024 18 La Segunda jueves 18 julio 2024 A 8 días de su inauguración París, los Juegos Olímpicos y la reinvención de una ciudad Tras unas elecciones caracterizadas por la división, los Juegos de este verano le darán el pistoletazo de salida a "Grand Paris", un vasto proyecto para transformar la capital francesa. blación de oprimidos viajeros. El proyecto de tránsito de Grand Paris no tiene nada que ver con los Juegos Olímpicos, salvo que los Juegos fijaron un plazo para la entrega de la primera fase. El proyecto surgió con Nicolas Sarkozy. Cuando llegó a la presidencia en 2007, quiso reinventar París, como hacen los gobernantes franceses. Mientras que los promotores privados les dieron forma a Londres y Nueva York, París es la creación de siglos de planificación estatal. Sarkozy pensaba que París debería ser una metrópolis global que compitiera con sus rivales anglosajones. ¿Pero cómo? La ciudad de 2 millones de habitantes dentro del Périphérique carecía de masa crítica.
No había otra opción: los cerca de 10 millones de habitantes de las banlieues junto con todas las compañías, universidades e institutos de investigación de las afueras tendrían que integrarse y estar bien conectados no sólo con París, sino entre sí.
Más o menos un siglo después de que se redactó el primer plan para "Grand Paris" en 1913 que fue plan para "Grand Paris" en 1913 que fue plan para "Grand Paris" en 1913 que fue suspendido instantáneamente por la Gran Guerra el proyecto se inició por fin. Sarkozy puso a cargo al exalto funcionario y ejecutivo Christian Blanc. Aunque sufrió otro retraso a causa de la crisis financiera de 2008, el proyecto Grand Paris se puso finalmente en marcha. Este siglo, París se ha convertido aún más en una isla de élite. Sus beaux quartiers los hermosos barrios céntricos cercanos al río albergan a las personas inMuyentes del Estado, los negocios y la cultura, que casi se han desconectado del resto de Francia.
El demógrafo Jéróme Fourquet cuantifica su conquista de la ciudad: la proporción de ejecutivos y trabajadores de profesiones intelectuales en la población activa de París pasó del 25 por ciento en 1982 al 46 por ciento en 2013. La autosatisfacción de la élite francesa que aprueba exámenes la encarna Emmanuel Macron, el exbanquero de trajes a medida, rostro suave y dicción sobreeducada con la que da órdenes a los subordinados del país. A partir de 1789, las revoluciones franE S 5 E E. lO THE INANCIAL TIMES LIMITED 2020, ALL RIGHTS RESERVED NOTTO BE OR MODIFIED IN cesas comenzaron en París. Pero los "gilets jaunes" (chalecos amarillos) en 2018 lanzaron una revolución contra París. Sábado tras sábado, los chalecos amarillos marcharon sobre la ciudad, saqueando sus tiendas de lujo y otros símbolos dela riqueza parisina. Más tarde, la RN captó gran parte de esta energía antielitista. Las encuestas antes del domingo pronosticaban que se convertiría en el partido más grande del Parlamento, posiblemente con mayoría. Su fracaso sigue un patrón francés. Aquí los votantes suelen hablar de forma radical, pero actuar de forma conservadora. Su lenguaje revolucionario suele entenderse mejor como una pose estética, una reverencia a la tradición francesa. Muchos de los que votan por partidos extremistas, o. Dicen que lo harán, desean en silencio que gane un remilgado graduado de la École Nationale d'Administration. Saben que eso es lo que pasa siempre. Luego pueden pasarse cinco años despotricando contra él. Linmune a la ultraderecha Una ciudad sigue siendo casi inmune a la RN. El domingo pasado, el partido no obtuvo ningún escaño en París ni en sus suburbios. La burguesía del oeste de París se mantuvo mayoritariamente con Macron, mientras que los barrios obreros y hipsters del este votaron por partidos de izquierda o ecologistas. Muchos barrios pobres que apoyaron la revolucionaria Comuna de París en 1871 votan ahora por la extrema izquierda. La RN sólo obtuvo escaños en las zonas rurales más periféricas, conocidas como el Gran París. Esto se debe en parte a que es un partido anti-París. Al igual que el voto por el Brexitle permitió a la Inglaterra provinciana vengarse del Londres rico y cosmopolita, la RN ejerce el mismo atractivo en Francia. Se opone a la coexistencia multicultural (con focos de segregación) que caracteriza a la mayor ciudad de la Unión Europea. La RN describe las banlieues como infiernos "islamistas" donde los franceses de a pie (es decir, de raza blanca) no pueden salir a la calle con seguridad.
En una región de 12 millones de habitantes, siempre hay algún crimen horrible que el partido puede aprovechar como “prueba”. Conocílos suburbios durante una década enla que llevé a mis hijos alos partidos de fútbol los fines de semana. Nunca he visto una banlieue compuesta exclusivamente por un grupo étnico. Tampoco he visitado ninguna en la que me haya sentido perso'nalmente amenazado. Y a pesar del alarmismo de la RN y de los informes de los judíos sobre el aumento del antisemitismo, la convivencia diaria continúa en gran medida. Las banlieues sólo aparecen en las noticias por disturbios o crímenes, pero eso contradice la monótona tranquilidad de la mayoría de estos lugares. Con el tiempo, contrariamente a la narrativa de la RN, las banlieues se han vuelto más seguras.
La tasa de homicidios de la región parisina se redujo en casi tres cuartas partes entre 1994 y Los Juegos Olímpicos no son más que el pistoletazo de salida de un proyecto parisino mucho más amplio”. 19 La Segunda jueves 18 julio 2024 2022, hasta situarse en 1.3 homicidios por cada 100,000 habitantes, aproximadamente la misma tasa que la de Londres. Para que tengas una idea de la variedad demográfica de las banlieues, sigue la ruta del tren suburbano RER desde el aeropuerto Charles de Gaulle hasta París.
Pasa por Aulnay-sous-Bois, ciudad natal de Aya Nakamura, la cantante franco-maliense que podría cantar en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos (una posibilidad que ha provocado ataques racistas contra ella en las redes sociales). El tren luego se adentra en el norte de París, pasando por el barrio natal del querido judoka francés Teddy Riner, que llegó con sus padres desde el Caribe francés.
Otros héroes del deporte francés, como el futbolista Kylian Mbappé y el genio del baloncesto Victor Wembanyama, son productos mestizos de las banlieues: los orígenes de Mbappé se encuentran en Camerún y Argelía, mientras que el padre de Wembanyama es de origen congolés y su madre es francesa de raza blanca. La RN parece considerar ilegítimos a las personas que no son de raza blanca que viven en los suburbios. Planea dejar de conceder la nacionalidad automática a las personas nacidas de padres extranjeros en Francia, lo que implica que cualquiera que se haya convertido en francés de esa manera no es verdaderamente francés.
Al parecer, las personas con doble nacionalidad tampoco cuentan como franceses de pleno derecho, porque la RN les prohibiría ocupar puestos "estratégicos", Y la política de "preferencia nacional" del partido, que les otorga alos ciudadanos franceses el primer derecho a la asistencia social y la vivienda, convierte a los no franceses en habitantes de segunda clase. La RN parece soñar con volver a convertir en huevos la tortilla multicultural que es el Gran París. Una izquierda que no la quiere La extrema izquierda — parte del bloque izquierdista que ahora es el grupo más numeroso en la Assemblée Nationale — tiene sus propias rencillas con París. Aborrece la ciudad lujosa que ha surgido con Macron.
Uno de sus primeros actos presidenciales fue eliminar el impuesto sobre el patrimonio, lo que le valió el apodo de "le président des riches” (el presidente de los ricos). En la actualidad, tres de las seis mayores corporaciones europeas por valor de mercado son grupos de lujo franceses con sede en el Gran París. La mayor, LVMH, es el principal patrocinador local de los Juegos Olímpicos. La izquierda quiere subirles los impuestos a los ricos de Francia, casi todos los cuales viven en París, El Brexit estimuló una afluencia de banqueros internacionales. Ahora ni siquiera necesitan aprender francés: el centro de París se está convirtiendo en una ciudad de negocios bilingúie, casi como Ámsterdam. Y los restaurantes y hoteles excesivamente caros están por doquier. Esta plutocratización molesta a la extrema izquierda, a pesar de que cerca de una cuarta parte de los parisinos viven en viviendas sociales, casi el doble que a principios de siglo. La alcaldesa socialista de París, Anne Hidalgo, pretende aumentar aún más la proporción. Al estrés político de París se le suma ahora el estrés olímpico. Carteles de servicio público en el metro les advierten a los viajeros que "Anticipen los Juegos” como si fueran una especie de pandemia. Los parisinos buscan obsesivamente en Google qué calles estarán cerradas. Quienes viven cerca del Sena temen ser sometidos a un encierro al estilo del Muro de Berlín durante los días próximos a la ceremonia, sin poder recibir invitados ni ir al supermercado sin pases especiales. Se pretende que el propio Sena acoja las pruebas de natación al aire libre, pero quizás no esté lo suficientemente limpio. Y la ciudad más densa de Europa debe acoger de algún modo a millones de visitantes olímpicos. ¿ Dónde está la alegría Gran parte de París ya está bloqueada, creando embotellamientos épicos. A todo el mundo le preocupa el terrorismo, el trauma moderno de la ciudad.
La ceremonia de apertura, en el río que atraviesa el centro de París, con todo el mundo a la expectativa, constituye el objetivo terrorista más atractivo que pueda imaginarse. ¿Dónde está la alegría en todo esto? "La alegría llegará”, promete el teniente de alcalde Emmanuel Grégoire. Pero no se puede animar a los parisinos diciéndoles que los Juegos Olímpicos convertirán su ciudad en el centro del mundo. París ya se cree el centro del mundo. No estamos en Barcelona, Atlanta o Atenas. París no necesita los Juegos. La mayoría de los parisinos sólo esperan que los Juegos Olímpicos transcurran sin desastres, como ocurrió con las elecciones parlamentarias. Quizás esta época parisina, en retrospectiva, se parezca a la de Haussmann. Casi todas las noticias de su época han caído en el olvido. Lo que sobrevive es la ciudad que creó.