RESCATE DE UNA FIGURA Cora Mayers y el trágico destino de una heroína de la medicina chilena
RESCATE DE UNA FIGURA Cora Mayers y el trágico destino de una heroína de la medicina chilena `` Con "Cora 1931", Irene Padilla busca restaurar la memoria de Mayers para devolverle su lugar en la historia. `` A pesar del tiempo transcurrido, el impacto de Cora Mayers en la salud pública chilena sigue vigente.
La Escuela de Enfermería de la Universidad de Chile, que ayudó a fortalecer, ha formado a generaciones de profesionales. `` Irene Padilla, a quien desde niña le ha apasionado la literatura y la historia, se ha dedicado estos últimos años a la investigación histórica con un enfoque de rescate de figuras femeninas. "P erdono tu traición, Cora. Perdóname a mí. Si no quieres mirar, está bien. El dedo pulgar decide. Saco el seguro. Levantas la cabeza. Sabes qué es. El corazón me estalla. Das la vuelta. Veo el pánico de quien no quiere morir y levantas una mano que no alcanza a cubrirte. Muevo el gatillo. Dos esferas encendidas en el rostro de tu amado Alfredo es la imagen que te llevas con un estruendo. Caes". La fecha era 12 de enero de 1931 cuando tres balazos se escucharon desde la oficina de Cora Mayers en la Escuela de Enfermería de la Universidad de Chile.
Dos cuerpos desplomados en el piso fue la escena que encontraron los que acudieron preguntándose qué había ocurrido: eran la mismísima Cora junto a su colega y amante, Alfredo Demaría, quien le quitó la vida y luego se suicidó. `Cora 1931' (Cuarto Propio) es la última novela biográfica de la periodista y escritora Irene Padilla, que, a lo largo de 558 páginas, logra darle voz a la historia de una de las pioneras de la medicina chilena de inicios del siglo XX.
Aquí, reconstruye los eventos de su vida, su impacto en la salud pública y la relación tormentosa que mantenía con Demaría. "Fueron tres largos años de investigación, y para mí, hacer ese trabajo no solo debía ser un personaje femenino, sino que, además, tuviera todas las características necesarias para poder hacer la novela", comenta Padilla. "Siento que hay una deuda con Cora porque el crimen borró toda su historia pasada respecto a la tremenda doctora que fue, y solo quedó marcada porque la asesinaron", asegura.
Una notable médico cirujana Cora Mayers Glehy, quien nació en Valparaíso en 1895, no solo fue una de las primeras médicas cirujanas del país a sus 22 años, en un campo dominado por hombres durante esa época. Sino que fue quien fundó la Escuela de Enfermería de la Universidad de Chile y la fusionó con la del Estado en 1929, siendo la directora hasta su muerte.
Además, creó el Servicio de Puericultura en el Hospital San Borja, fue jefa del Departamento de Educación Sanitaria de la Dirección General de Sanidad y también socia fundadora de la Sociedad de Pediatría en Chile, donde publicó trabajos como `La mujer defensora de la Raza' (1925) y `La puericultura al alcance de todos' (1933), de forma póstuma.
Irene Padilla, a quien desde niña le ha apasionado la literatura y la historia, se ha dedicado estos últimos años a la investigación histórica con un enfoque de rescate de figuras femeninas olvidadas por la historiografía tradicional. "Yo me acuerdo de haber leído `O'Higgins' de Jaime Eyzaguirre a los 13 años y desde esa época me impactó mucho el personaje de Isabel Riquelme", comenta. `Cartas al mar' (Planeta, 2022) fue el debut literario de la autora, y trata sobre la vida y obra de la madre de Bernardo O'Higgins.
Su interés por Cora nació justamente después de terminar su primera novela, ya que se encontraba en búsqueda de otra mujer chilena que hubiese sido borrada de la historia, "que no estaban en la primera línea pese a su influencia", afirma Padilla.
Sumado a esto, y a raíz de la pandemia y la crisis sanitaria, Irene quiso ambientar su siguiente libro en la medicina de inicios del siglo XX en Chile, y así encuentra el nombre de Cora Mayers. "Su caso es parecido al de Isabel, en el sentido de que no son conocidas a nivel nacional, de hecho, yo tampoco sabía mucho de ella. Esta mujer quedó completamente en el olvido, y eso lo encuentro una tremenda injusticia. Si lo piensas, es como haberla matado dos veces: primero el crimen que la mató y después, su memoria", dice Padilla. Desde su juventud, Cora Mayers mostró una vocación férrea por la medicina.
En una sociedad que empujaba a las mujeres a abandonar sus estudios en favor del matrimonio y la familia, ella desafió las normas y, luego de terminar sus estudios en Chile, viajó a Europa para especializarse en salud pública y pediatría en la Sorbonne de París.
Posteriormente, en uno de los congresos internacionales sobre esta temática que asistió en Uruguay, "vio plazas para los niños donde podían hacer deporte, y procedió a hablar con Arturo Alessandri, quien se entusiasma y decide hacer la primera plaza para niños en Chile, en la intersección de Av.
Brasil con la Alameda", dice Padilla. "Plazas donde pudieran ejercitarse, pudieran correr, y así estuvieran más sanos". Mayers trabajó durante toda la década de 1920 en un momento propicio para sus iniciativas, cuando se extendía la modernización de las políticas de sanidad e higiene públicas durante los gobiernos de Alessandri e Ibáñez.
Sin embargo, pese a su éxito profesional, la vida personal de Cora estuvo marcada por una relación sentimental oscura con Alfredo Demaría, médico y político que formó parte de la influyente generación de 1920, la cual fue conformada por un grupo de profesionales que tenía inquietudes sociales, políticas y culturales, y que nació, en un principio, al alero de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), de la cual Demaría fue presidente en 1920. "En ese tiempo, hubo un movimiento que fomentaba el anarquismo en la clase obrera, y ese anarquismo se toma la FECh", dice Padilla, "y su lema era que los estudiantes debían tener un compromiso social. Ellos no iban a estudiar con el objeto de hacerse un nombre y dinero, sino que para ellos el trabajo tenía que ser por la gente.
También tenían un propósito pacifista". Sus vínculos con el mundo de revista Claridad Por otro lado, si bien Mayers no era una activista feminista en el sentido convencional, su vida y carrera fueron un ejemplo de la lucha de las mujeres de su generación por ganar espacios en ámbitos tradicionalmente masculinos. De hecho, ella paga un aviso económico "para ayudar a los estudiantes de la FECh a sacar adelante la revista Claridad, la cual era potenciada por el anarquismo de esa generación", asegura Padilla.
Su cercanía con figuras como Amanda Labarca y su participación en iniciativas de salud pública la convirtieron en una referente para muchas jóvenes de su época. "Cora es muy sutil políticamente, no era la que se subía a los estrados como su amiga Labarca, quien decía que Mayers era una estadista. No era una Elena Caffarena tampoco, sino que era feminista desde su punto, que era la medicina", afirma Padilla.
Mayers "también crea una escuela de `madrecitas' por correspondencia, en donde enseñaba aprendizajes básicos de puericultura, de cuidado de los niños a las mujeres obreras y a las hijas mayores". Sin embargo, su trágico final demostró cuán frágil es la posición de las mujeres, incluso aquellas con conocimientos, poder e influencia. "Si esto le ocurrió a una mujer con educación y reconocimiento, imaginen lo que pasaba con aquellas sin recursos ni redes de apoyo", reflexiona la escritora.
Aunque Mayers y Demaría compartían intereses y trabajaban juntos en iniciativas de salud pública, con el tiempo la relación se tornó posesiva y violenta. "Eso representa muchos casos de femicidios, donde los victimarios tienen una especie de antifaz, o sea, se muestran completamente distintos ante la sociedad y a estas víctimas muchas veces nadie les cree", señala Padilla.
La investigadora descubrió que la relación pasó de la admiración al acoso y la manipulación. "Este tipo de violencia no siempre se ve desde el inicio, es algo que en la mayoría de las ocasiones toma meses o incluso años, y las mujeres terminan atrapadas en relaciones que, cuando intentan dejarlas, ya han escalado a un punto peligroso". Ese 12 de enero, tras recibir una carta de Cora donde ella ponía fin a la relación, Alfredo Demaría irrumpió en su oficina en la Escuela de Enfermeras de la Universidad de Chile y le disparó a quemarropa, antes de suicidarse. "Fue un crimen planeado. No un arrebato, sino un acto de control absoluto", enfatiza la autora. Un trágico olvido Tras su asesinato, el nombre de Cora Mayers comenzó a desdibujarse en los registros históricos.
Aunque su trabajo dejó huella en la medicina chilena, el hecho de que su historia estuviera ligada a un femicidio llevó a que fuera relegada al olvido. "Era más fácil para la sociedad médica de la época no hablar del tema. La incomodidad de reconocer que un profesional brillante había cometido un crimen atroz llevó a que ambos fueran enterrados en la memoria colectiva", sostiene Padilla. A pesar del tiempo transcurrido, el impacto de Cora Mayers en la salud pública chilena sigue vigente. La Escuela de Enfermería de la Universidad de Chile, que ayudó a fortalecer, ha formado a generaciones de profesionales.
Sus iniciativas en puericultura y prevención de enfermedades marcaron un antes y un después en la salud infantil de nuestro país. "Se educó en el extranjero, pero todo se lo devolvió a su país, ella nunca vio un interés propio, nunca quiso ser el rostro visible, sino que todos los conocimientos que obtuvo se los devolvió a Chile de alguna forma", afirma la escritora.
Con "Cora 1931", Irene Padilla busca restaurar la memoria de Mayers para devolverle su lugar en la historia, pero también recalcar que "esto le puede pasar a cualquiera". Al mezclar las voces de Cora y Alfredo en el relato, quiso retratar cómo "una relación de pareja se vuelve tóxica, posesiva, dominante y que socava al otro psicológicamente". Para Padilla, no importa si tienes dinero o estudios, ya que "alguien se puede cruzar en tu camino y hacer esto, nadie está libre, y eso es lo más escalofriante". Cora Mayers y el trágico destino de una heroína de la medicina chilena MARTINA ADASME RESCATE DE UNA FIGURA A través de su última novela "Cora 1931", Irene Padilla reconstruye la vida y el aciago final de Cora Mayers, una de las primeras médicas cirujanas de Chile y pionera en salud pública, cuyo legado fue opacado por un femicidio. Con una investigación de años, Padilla busca devolverle a Mayers su lugar en la historia y reflexionar sobre el impacto de la violencia de género en la memoria colectiva. Irene Padilla, autora de `Cora 1931'. EL MERCURIO Cora Mayers, fotografiada por las estudiantes de la Escuela de Enfermería, 1930. ARCHIVO HEIDI EHRENBERG Titular de La Nación por el fallecimiento de Mayers. Revista Sucesos, enero 1931. BIBLIOTECA NACIONAL Asalto de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), 1920. BIBLIOTECA NACIONAL CORA 1931, Irene Padilla, Editorial Cuarto Propio, 2024,558, pp. $17.000 BIBLIOTECA NACIONAL.