Autor: Jutio Matus
Botánica luchó 18 años por esta flor
A botánica Gloria Rojas se encontró por primera vez con una planta de flor amarilla que le llamó mucho la atención el 2003, en el sector de la ex reserva nacional Jeinimeni, actual parque nacional Patagonia, en la Región de Aysén. Pasaron 18 años para tener la certeza de que lo que vio esa vez era una especie nueva, a la que bautizó como Alstroemeria esteparica. El hallazgo fue expuesto en la revista científica "Gayana botánica”, de la Universidad de Concepción. Dice que la llamaron la atención el tallo y su flor grande, pero la consideró como Alstroemeria patagónica, como era la costumbre para esa zona hasta ese momento. Pasaron los años, volvió a la zona para colaborar en un trabajo Esta es la nueva especie de planta nativa detectada en la Región de Aysén. La nueva especie de la Región de Aysén fue bautizada como Alstroemelia esteparica. La investigadora Gloria Rojas la vio por primera vez el 2003 con un arqueólogo y se topó con el ejemplar, pero muy pequeño, era muy diferente al que había colectado el 2003. Ahí recién sospechó que no era la misma especie observada en Jeinimeni.
“Me di cuenta de que esa de flor grande estaba metida entre medio de los coironales, poco protegida”, recuerda. "Fui muchas veces a Aysén, intenté traer plantas vivas, recorría más de 300 kilómetros hacia el norte de Coyhaique buscando estas plantitas”, describe la profesional del Museo Nacional de Historia Natural.
Después de varios años, Carlos Baeza Perry, doctor en ciencias y académico de la Universidad de Concepción, apoyó la búsqueda de Gloria, la cultivó y "sacó de las raíces el material cromosómico y encontró que evidentemente eran distintas”. La botánica reconoce que sin el estudio del especialista en citotaxonomía de plantas vasculares "yo no podría haber comprobado que eran distintas”. "Fueron muchos años”, dice. "Me apoyó un montón de gente también, un guardaparques amigo, otros amigos que me acompañaban. En esa época había que arrendar vehículos 4x4, ahora está pavimentado, pero en ese momento los caminos no estaban buenos. Mucha gente me apoyaba en mi locura de describir que estas cuestiones eran distintas”, dice y ríe.
La investigadora, quien también se desempeña en el Museo de la educación Gabriela Mistral, explica que le quiso poner el apellido parica” a la nueva flor por encontrarse en la estepa patagónica, muy cercano a la frontera con Argentina.
Reconoce que, al contrario de muchos colegas suyos, no quiso ponerle su apellido o un homenaje a su familia, sino que su idea fue diferenciarla de la Alstroemeria patagónica, porque cohabitan en el mismo sector geográfico. "Me gusta que el nombre sea relativo al lugar o a su ecología, entonces se me ocurrió esteparica”, asegura.