EDITORIAL: La señal de alerta de las cerezas
EDITORIAL: La señal de alerta de las cerezas EDITORIAL La señal de alerta de las cerezas La alarma generada por la brusca caída de los precios de las cerezas en China es una situación que se veía venir, dado el explosivo aumento de la superficie de plantaciones que se observa en el país en los últimos diez años.
Es fundamental que la industria regional defina una estrategia para el futuro, que considere la diversificación de mercados, como el resto de Asia, Estados Unidos, Europa y Latinoamérica; el desarrollo de nuevos nichos en China; y la introducción de nuevas variedades que brinden fruta de calibres más grandes y de mejor calidad.
L a alarma generada por la brusca caída de los precios de las cerezas en China es una situación que se veía venir, dado el explosivo aumento de la superficie de plantaciones de cerezos que se observa en el país en los últimos diez años. Si bien no es primera vez que ocurre, es primera vez que golpea a los productores de O'Higgins y el Maule, donde se concentra casi el 80% de la producción nacional. El sobrestock que se generó en China desde inicios de enero, con fruta procedente de la zona central de Chile, inundó los canales de distribución en el gigante asiático. A modo de comparación, en la temporada pasada, a igual fecha, habían arribado 50 millones de cajas, en cambio, esta temporada ya sumaban 90 millones.
Con el paso de los días, sin embargo, se ha ido vendiendo la fruta y los precios han comenzado a recuperarse, aunque nunca al nivel inicial, y muy lejos de los valores de la temporada pasada.
Esto ha dado cierto alivio a los productores de Ñuble, cuya fruta comenzó a llegar a China la semana pasada, ad portas del Año Nuevo Chino (29 de enero), el periodo de mayor demanda de cerezas. Así, se espera que la caída en los precios golpee con menos fuerza a los envíos de la región. Si bien la participación de Ñuble en los embarques de Chile es menor, el rubro es relevante en la economía regional, de hecho, es uno de los principales cultivos frutícolas. Según ProChile, en 2024 se exportaron cerca de US$10 millones de cerezas desde Ñuble. El 91% tuvo como destino China. Aunque es prematuro hacer una evaluación de la temporada, no pocos anticipan que los resultados serán positivos para Ñuble, pero modestos.
En tanto, para 2026 existe la expectativa de que, al celebrarse el Año Nuevo Chino más tarde (17 de febrero), exista una oportunidad para los cereceros de Ñuble, ya que el arribo de su fruta calzará con la previa de la festividad.
No obstante, es fundamental que la industria regional defina una estrategia para el futuro, que considere la diversificación de mercados de destino, como el resto de Asia, Estados Unidos, Europa y Latinoamérica; el desarrollo de nuevos nichos en China; y la introducción de nuevas variedades que brinden fruta de calibres más grandes y, en general, de mejor calidad. Por otro lado, el rubro también debe moderar su expansión, ya que el crecimiento de la producción solo se traducirá en una reducción de los precios en los próximos años. En este rubro, a diferencia de otros, la competencia son los propios chilenos, ya que el país es prácticamente el único exportador del Hemisferio Sur, concentrando el 97% de los envíos.
Dicho de otro modo, para los productores de Ñuble la principal amenaza la constituyen los cereceros del Maule y de O'Higgins, y, por tanto, cada vez sufrirá con mayor frecuencia el castigo en el precio debido a la sobreoferta. Apostar por la calidad y la eficiencia, expresado esto último como un adecuado manejo de los costos, parece ser el único camino para aquellos fruticultores de Ñuble que deseen seguir apostando por la cereza.
A nivel micro, la integración de la producción y la exportación puede ser la respuesta para algunos; y a nivel macro, la coordinación público-privada puede allanar el camino para generar alianzas que contribuyan a mejorar la eficiencia en el procesamiento, el transporte y la logística, sumando más packing a nivel regional y aprovechando los puertos de Biobío..