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29-01-2021
Lukas Niemann y Joaquín: "Siempre terminábamos peleando"
L ukas Niemann (23) tiene muy fresco en la memoria los días que pasaba con Joaquín, en la parcela familiar de Talagante, mucho antes de que su hermano se transformara en uno de los golfistas más talentosos y promisorios del mundo.
Lukas acaba de salir de ingeniería civil industrial, en la Universidad Adolfo Ibáñez, pero también es asiduo a los deportes, como el fútbol y el golf, que comenzó a practicar y a jugar, a pesar de que, cuando niño, lo hallaba fome. "Estoy jugando bien al golf, lo que me tiene demasiado entretenido. Siempre lo miré como algo fome y prefería jugar a la pelota, pero ahora me entusiasmé harto", relató.
Cuando los hermanos Niemann eran pequeños, iban a las canchas de golf de la mano de su padre, Jorge, pero solo Joaquin mostró real interés y condiciones innatas, hasta el punto de meterse entre los mejores 25 jugadores del planeta, con apenas 22 años. "Al Joaco le gustaba el golf desde pequeño. Mi papá jugaba de manera amateur y, a veces, nos llevaba. A mí no me gustaba, pero al Joaco sí. Hay una foto en que apenas camina, pero tiene un palo de golf en la mano. Los fines de semana, se levantaba temprano a jugar, mientras yo dormía, por ejemplo. A veces, incluso faltaba al colegio para quedarse a jugar golf", contó Lukas. Sólo Joaquín siguió jugando de manera profesional aunque son cinco hermanos, todos muy unidos, según explicó. "Mi papá tuvo un matrimonio anterior, donde tuvo dos hijos. Jorge (33) y Caroll (31). Después vengo yo, del matrimonio con mi mamá, Pamela Zenteno. Luego viene Joaco y mi hermana Maureen (15). Somos súper cercanos. Veraneamos juntos y nos vemos harto en Santiago. Si bien la Caroll vive en Cauquenes trata de venir harto a Santiago a vernos o cuando está el Joaco. Cada cierto tiempo, nos juntamos todos, salimos a comer, la pasamos bien", precisó. -¿Cómo era su relación con Joaquín, cuando eran pequeños? -Soy mayor que Joaco un año, por lo que peleábamos a cada rato. Siempre jugábamos, pero nos picábamos y siempre terminábamos peleando. La verdad no nos llevábamos muy bien cuando chicos, en ese sentido. Cuando él tomó la decisión de irse a vivir a Santiago, a los 14 años, comenzamos a llevarnos mucho mejor. Ahora nuestra relación es excelente. Vamos a todos lados juntos y me invita a su casa, en Estados Unidos. Hablamos casi siempre y tenemos grupos de amigos parecidos. Conversamos de todo, menos de golf. Los temas son el fútbol, autos, juegos, de todo. -¿Cómo era Joaquín? -El Joaco era taimado, como viejo chico, se enojaba harto y, cuando jugábamos, se picaba. Empezó a madurar y, si bien era bueno para jugar, le faltaba esa parte. La mejoró y le empezó a ir bien. -¿Cuáles eran sus juegos? -De chicos, Play, a las escondidas, a la lucha libre, pero siempre terminábamos peleando.
Llamó la atención de los expertos que en el último desempate en Hawái, en lugar de concentrarse en el partido definitorio, prefirió ir de picnic con sus más cercanos, mostrando cero ansiedad y nerviosismo. "Tuvo que aprender a manejar las emociones si quería llegar (a lo más alto). Y con eso llegaron las victorias y ser número 1 del ránking mundial amateur", subrayó. -¿Qué le parece la carrera que lleva su hermano? -Le ha ido espectacular, está 25 del mundo. Es una cosa soñada y es algo que no tiene techo, puede seguir creciendo y llegar a ser número uno. 29-01-2021
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