Comentarista EMOL (Chile)
10-10-2024
Una seguidilla de homicidios: El comportamiento del crimen organizado y las cifras de la crítica situación
Entre la noche del viernes y la tarde del lunes, nueve personas fueron asesinadas solo en la Región Metropolitana. Expertos profundizan en los datos y abordan la temática. Como un “momento crítico”. Así se refirió Carabineros y la Policía de Investigaciones (PDI) a la situación de seguridad que enfrenta el país, pero sobre todo la Región Metropolitana.
Solo en 72 horas, desde la noche del viernes hasta la tarde del lunes, nueve personas fueron asesinadas en Maipú, La Cisterna, Quinta Normal, Colina, La Pintana, Macul, Estación Central y Puente Alto; todas comunas de la capital. ¿Lo más preocupante? La violencia de los delitos y la frecuencia en la que ocurren.
Por ejemplo, una de las nueve víctimas fue carbonizada, con signos de haber sido maniatado, y con marcas de por lo menos 14 heridas cortopunzantes en el tórax; una violencia desmedida que no solo deja entre ver la falta de medidas eficientes, sino también la transformación del crimen en Chile; lo que antes era un hecho aislado o que incluso, no ocurría, en la actualidad es cada vez más frecuentes. Los medios de comunicación lo han catalogado como olas de homicidios que se incrementan en los fines de semana y evidencian el recrudecimiento de la crisis de seguridad.
Seguidilla de homicidios Hugo Contreras, académico de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo (UDD), explica que de los homicidios registrados en el país algunos están relacionados con el crimen organizado, como los que se generan por ajustes de cuentas, robos o sicariatos, así como los homicidios interpersonales, que se generan por riñas o violencia intrafamiliar. “Si bien todos son homicidios, habría que hacer esta distinción, ya que los primeros, y la violencia con que son ejecutados, son los que tienen atemorizada a la población.
La falta de una policía de seguridad efectiva, el control y acceso a armas de fuego, o la impunidad, podrían ser factores que dan aún más poder a las organizaciones criminales, y que permiten que, por ejemplo, en un fin de semana, se ejecuten y concentren un número importante de nuevos homicidios”, detalla.
Contreras señala que es imposible que haya presencia de policías las 24 horas en cada posible lugar donde pueda ocurrir un delito u homicidios: “En la actualidad, los robos ocurren a cualquier hora del día y lugar, sin haber una distinción, por ejemplo, entre un espacio público o residencial. Y si hay presencia policial en cierto territorio, la delincuencia se mueve a otro.
El homicidio de la madrugada del martes en Lo Vásquez, ¿quién hubiese sospechado de ese lugar y hora, como para qué tener Carabineros custodiando la zona?”. En tanto, Camila Astrain, investigadora del Centro de Estudios en Seguridad y Crimen Organizado (
CESCRO) de la
Universidad San Sebastián (
USS), explica que hay distintos factores que inciden en el aumento de los delitos y, del último Informe Nacional de Víctimas de Homicidios Consumados en Chile, señala que lo siguiente llama la atención: · Un 20,4 % de las víctimas fueron extranjeras, continuando con la constante tendencia al alza observada desde el año 2020. · Un 52,5 % de las víctimas poseían antecedentes de condenas penales. · 14% de los homicidios consumados aún se encuentran en proceso de investigación, aumento sustantivamente mayor a lo registrado en años anteriores (0,2% en 2023). · 15,2 % de los homicidios consumados ocurrieron en contexto donde la víctima fue atacada por desconocidos sin aparente provocación, aumento sustantivamente mayor a lo registrado en años anteriores (10% en 2023). · 14% de los homicidios consumados ocurrieron en contexto de hallazgo de cadáveres con participación de terceros, aumento sustantivamente mayor a lo registrado en años anteriores (5% en 2023). “Lo anterior hace plausible concluir que la presencia del crimen organizado en Chile ha jugado un rol en el aumento de los homicidios, considerando que un aumento en los niveles de violencia y homicidios se pueden considerar señales que el crimen organizado se ha instalado en el país, puesto que es uno de los mecanismos que utilizan las organizaciones criminales para ejercer control territorial y ajustar cuentas entre bandas o amedrentamiento. De hecho, el mismo informe da cuenta que el 34,5 % de los casos se produjeron en contexto asociado a delitos y/o grupos organizados”, detalla.
El equilibrio en Chile La académica explica que para la prevención del tipo de delitos violentos que se registran en el país se requiere de estrategias más focalizadas, que se sustenten en el análisis de información, en investigaciones policiales que den cuenta de un alto nivel de especialización y que coordinen a diferentes instituciones.
Sin embargo, “estrategias como el plan enjambre carecen de este tipo de características, por lo que no resultan efectivas para prevenir, controlar y perseguir este delito”. No obstante, apunta a que se han realizado esfuerzos importantes para comprender y frenar la preocupante alza de los homicidios ocurridos en el país, pero la académica puntualiza que aún quedan una serie de preguntas sin resolver.
Por ejemplo: mejorar la comprensión del fenómeno respecto a quiénes están involucrados, la procedencia de las armas de fuego y municiones utilizadas, entre otros elementos, lo que permitiría lograr una persecución penal más efectiva en la materia.
Además, plantea que se pueden implementar diferentes medidas para revertir esta situación: · Es fundamental el mejorar la coordinación e intercambio de información entre los diferentes organismos del Estado con miras a robustecer el análisis criminal. · Implementar estrategias focalizadas en la recuperación de armas de fuego, “no solo para disminuir el poder de fuego en la población sino también porque la información que se puede obtener de las pericias de las armas podría explicar hechos delictuales ya consumados y establecer una posible relación entre eventos”. · Explorar la posibilidad de implementar medidas extraordinarias, como programas a nivel comunitario que eviten el escalamiento de situaciones de violencia.
El Salvador y Chile La académica puntualiza que, si bien el Salvador reporta una importante disminución en la tasa de homicidios, no existe evidencia sustantiva para concluir sobre el éxito rotundo, parcial o fracaso de la estrategia de seguridad implementada por el presidente Nayib Bukele.
“La valoración positiva a sus resultados en la reducción de homicidios se ha atribuido principalmente a la construcción del Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) y a la reclusión en él de los principales integrantes de las organizaciones criminales salvadoreñas”. No obstante, comenta que es importante recordar que no solo se requiere de una estrategia penitenciaria efectiva, sino también de estrategias de prevención, detección y persecución no solo de sus integrantes, sino también de los bienes que va generando el mercado ilícito.
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