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Varias compañías internacionales del grupo de las big tech han desarrollado y proporcionado servicios valiosos que son, además, muy apreciados por los usuarios. Esta realidad ha favorecido el rápido desarrollo de las tecnologías digitales y la inteligencia artificial (IA). Sin embargo, en la última década, se han producido varias demandas por prácticas monopolísticas y cláusulas abusivas, de las grandes empresas tecnológicas de ámbito internacional, especialmente las del grupo de las big tech, denominado GAFA Google, Amazon, Facebook y Apple ) a las que se suma Microsoft (GAFA+).
Actualmente, con el crecimiento del mercado de la IA, las compañías del GAFA+ han incrementado significativamente su valor económico. Este poder financiero permite comprar a cualquier posible competidor. A diferencia de los monopolios clásicos, en los que los grupos utilizan su posición ventajosa para elevar los precios, perjudicando así a los consumidores, ahora la mayoría de los servicios prestados por las tecnológicas son gratuitos. Este tipo de comportamiento se caracteriza por el control sobre productos, servicios, o plataformas tecnológicas clave, lo que les otorga un poder significativo sobre el mercado y limita la competencia. A esto se suma un tema de trasfondo de esta polémica: la lucha de las grandes naciones por ser dominantes en el ámbito tecnológico y, en particular, la batalla de la IA de Estados Unidos frente a China.
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Las implicaciones de los monopolios tecnológicos para el mercado son variadas: concentración de poder, barreras a la competencia, desigualdad económica, entre otras. El problema actual es que GAFA+ ahora está intentando controlar la IA. Si esto se permite, se podría reforzar y extender su supremacía a una mayor parte de la economía. De ahí que es imperativo que los gobiernos supervisen y controlen cuidadosamente las inversiones y asociaciones que las grandes empresas tecnológicas están utilizando para reforzar su control sobre esta tecnología.
Un informe del poder judicial de la Cámara de Representantes de EEUU encontró que las big tech han invertido con frecuencia en empresas y tecnologías emergentes en mercados adyacentes, han integrado o agrupado estos productos con sus plataformas dominantes y, luego, han dado una ventaja a sus ofertas a través de un acceso superior a sus plataformas. Al invertir en tecnologías adyacentes, estas pueden limitar las amenazas a las plataformas centrales de las empresas y, de esa manera, convertirlas en mejoras que pueden aislar a las empresas de los desafíos competitivos.
Una amenaza reciente que plantean las big tech a la competencia tiene que ver con la IA, sobre la cual aún no conocemos el real potencial y consecuencias. Sin embargo, debemos examinar las inversiones y las asociaciones de las empresas de grandes plataformas con compañías emergentes de IA. Por ejemplo, Microsoft ya se ha asociado con OpenAI, lo que incluye una inversión multimillonaria, colaboración en el desarrollo de tecnología y la provisión exclusiva de servicios en la nube de Microsoft para OpenAI.
Una de las razones por las que las big tech se han vuelto tan poderosas es que los reguladores han estado dormidos durante más de 20 años y les permitieron absorber a las empresas emergentes antes de que representaran una amenaza.
Abordar estos desafíos podría tener dos dimensiones. Una primera dimensión es más reactiva y, tradicionalmente, ha involucrado medidas regulatorias para controlar los monopolios tecnológicos, regulación en el uso de los datos, y la separación de empresas.
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Finalmente, la otra dimensión es más proactiva, pues en cierto modo el problema no es un monopolio tecnológico per se sino que nuestra alta dependencia tecnológica en ello. Luego, ¿cómo nuestro eco-sistema podría reducir la dependencia tecnológica, que es sensible a dichos monopolios?
Quizás la respuesta debería involucrar planes nacionales de IA más agresivos. Por ejemplo, se podría promover una industria nacional y/o latinoamericana en IA a fin de ampliar el número de actores y fomentar la competencia. A ello se sumaría establecer propuestas regulatorias de esta tecnología que, además de definir los lineamientos legales, promuevan el surgimiento de empresas tecnológicas competitivas de IA de nivel internacional.
SOBRE EL AUTOR
John Atkinson es profesor titular y director del Magíster en Inteligencia Artificial de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibañez.
Las opiniones expresadas son solo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Chile.
¿Hay un monopolio de la inteligencia artificial por parte de las big tech? 03-07-2024 Forbes Las implicaciones de los monopolios tecnológicos para el mercado son variadas: concentración de poder, barreras a la competencia, desigualdad económica, entre otras, advierte John Atkinson, prof... |
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